Filmus discute modelos para la Ciudad

El ex ministro, que busca renovar su banca, asegura que el FPV puede disputar la Ciudad con el macrismo.
Daniel Filmus, primer candidato a senador del Frente para la Victoria en la Ciudad de Buenos Aires, sale de una reunión e ingresa a otra.
El ex ministro de Educación suspendió ese vértigo electoral, al menos por un momento, para sentarse en el sofá de su oficina y atender a Tiempo Argentino.
Filmus tiene una vasta experiencia como candidato kirchnerista en la ciudad: lo fue en dos ocasiones en las elecciones a jefe de gobierno (2007 y 2011) e hizo lo propio en los comicios de medio término de 2007. En octubre de aquel año, obtuvo el escaño que busca repetir.
“En este tiempo voté un conjunto de leyes que son importantísimas para la recuperación del papel del Estado y para reafirmar una senda que tiene que ver con el crecimiento, la distribución del ingreso y la ampliación del horizonte de derechos”, afirmó el legislador, para quien “la posibilidad de ser candidato implica reafirmar esta senda y dar una pelea para que el proyecto del gobierno nacional continúe”.
–¿Qué se pone en jugo en esta elección legislativa? –Va a haber un debate muy fuerte respecto del papel que deberá tener el Parlamento entre 2013 y 2015. El ejemplo más claro del Congreso que quiere la oposición ocurrió el miércoles pasado cuando estábamos por decidir la designación de la embajadora en la OEA (Nilda Garré). Aquel día íbamos a tratar muchas leyes importantes, como la que protege a los chicos que tienen TGD, entre otras. Todo se tiró por la borda porque en un momento la oposición encontró que nos faltaban dos legisladores para tener el quórum. Se levantaron y se fueron. Lo que están diciendo con eso es que va a haber nuevamente, como hubo entre 2009 y 2011, un Congreso que obstruirá todas las propuestas que Cristina va a querer llevar adelante, en el marco de una crisis internacional muy profunda que exige un gobierno que tome decisiones todos los días. Estamos decidiendo si vamos a poner un Congreso que ayude a tomar las decisiones que hacen falta para enfrentar la crisis o vamos a poner un congreso que ponga palos en la rueda para generar las condiciones que sirvan de plafón para que otra fuerza pueda ganar en el 2015. Se juega si el país sigue avanzando o la oposición logra reconfigurar un Grupo A con mayoría para paralizar el Parlamento.
–¿Cree que podría estar en juego, en algún punto, la institucionalidad, al proyectar un Parlamento obstruido? –No, la institucionalidad en el país está muy firme. Lo que genera son condiciones muy fuertes para deteriorar la economía, lo que afecta las condiciones de vida de la gente.
–¿Qué espera en las PASO, donde el Frente para la Victoria presenta una lista única? ¿A qué aspira? –Estamos en condiciones de disputar ser la primera fuerza de la Ciudad y estamos realmente convencidos de que lo vamos a lograr. Las PASO tienen una característica particular: hay algunas fuerzas que no tienen nada que ver entre sí que en esta situación puntual se han agrupado para una presentación conjunta.
–¿Se refiere al frente UNEN? –Es muy extraño ver en la misma agrupación al ministro que propuso la 125 y a quien encabezó la resistencia a esa medida, me refiero a Martín Lousteau y Elisa Carrió. Uno ve allí a quienes proponen el endeudamiento del país con el FMI y quienes proponen no pagar la deuda externa. A quienes acompañaron el voto del matrimonio igualitario y los que encabezaron la lucha contra esa ley. Ante esa contradicción es muy difícil que exista una propuesta. Por eso pensamos que el objetivo fundamental es ponerle palos en la rueda al andar del gobierno. El propio Pino Solanas ha dicho que esa unión tiene fecha de vencimiento y va a ser el mismo día de las elecciones de octubre.
–¿Y qué opina de quien sería, según las últimas encuestas, su principal adversaria: la candidata a senadora por el PRO, Gabriela Michetti? –Con el macrismo discutimos dos modelos de Estado y de democracia.
Ahí sí hay una lista homogénea y que conceptualmente está en las antípodas de lo que pensamos. En la presentación de sus candidatos, Mauricio Macri planteó que estas elecciones van a definir qué tipo de democracia queremos los porteños. No queremos un tipo de democracia que vete 120 leyes; que reprima como en el Hospital Borda ni que espíe a los opositores. Esta diferencia entre un Estado ausente o uno presente, entre un Estado para unos pocos o uno para todos, se ve en las leyes que se votaron en el Parlamento.
El último ejemplo fue la posición de Macri y del PRO ante la ley de fertilización asistida. Votaron en contra como lo hicieron con el matrimonio igualitario. Han votado siempre en contra de cualquier medida que significara la democratización y ampliación de los derechos en la Argentina.
–Usted fue dos veces candidato a jefe de gobierno porteño. ¿Qué diferencia hay entre aquellos escenarios y el actual? –Históricamente, en la Ciudad hay una diferencia enorme cuando hay que votar en un contexto nacional o uno local. Cuando fui candidato a senador nacional nosotros le ganamos a Carlos Melconian que era el candidato del PRO, que hacía poco había ganado la jefatura de la Ciudad. Inclusive, en la última elección, Federico Pinedo, que era candidato a diputado, entró tercero. Creo que la gente opta a nivel nacional para que continúe un proyecto, para que el país no entre en crisis y para que haya mayores niveles de crecimiento y justicia social.
En el caso de la Ciudad, vota un modelo de gestión que prescinde del Estado porque puede resolver sus temas de educación, de salud y de vivienda por sus propios medios. Está claro que el 35% que votó a Cristina (en la Capital Federal en las últimas elecciones) tiene más proyección a votar un modelo nacional como el que encabezamos nosotros. De cualquier manera, hay otra importante porción de la sociedad cuya posición dependerá de cómo se dividan las otras fuerzas políticas.
–¿Cree que eso se puede polarizar en octubre por la dinámica de las PASO? –Es muy difícil saber qué va a pasar después de las PASO, tenemos poca experiencia en la materia. Estamos seguros que hay dos proyectos muy definidos: el que encara el PRO y el nuestro, y en el medio hay un conjunto de fuerzas que se agrupan para oponerse a lo que hace el gobierno nacional.
–Por sus diferentes experiencias como candidato del FPV en la Capital Federal, ¿cree que tiene un piso establecido en el electorado porteño? –A partir de 2007, nos estabilizamos como segunda fuerza, principal fuerza de la oposición.
Y eso viene marcando un piso que oscila entre el 24, 28, 35 y el 40 por ciento.
–¿Y cree que tiene un techo también? –Todas las fuerzas tienen un techo. Pero hay una parte importante de la población que, a pesar de la influencia de los medios de comunicación que es poderosa en la Ciudad, está de acuerdo con lo que nosotros hicimos y en que sigamos en la misma dirección. Cuando uno repasa el conjunto de las medidas del gobierno nacional y las transformaciones que se han hecho en estos años, el acompañamiento es muy grande. El pueblo sabe que somos los que vamos a defender a los más humildes, la igualdad social, la unidad latinoamericana, la industrialización y el trabajo argentino. Hay que usar estos meses de la campaña para convocar a quienes defienden esta m
La candidatura de Massa y el cortoplacismo
–Una particularidad de esta elección, por ser un nuevo actor, es Sergio Massa, candidato a diputado nacional. ¿Cómo analiza su aparición y posicionamiento? –Todavía no sabemos qué piensa Massa. Yo conozco a un Massa que era miembro del gabinete de este gobierno, que fue director de la ANSES.
¿Cómo es que ahora conforma una lista con muchos opositores cuando hasta ayer estaba con el gobierno? No le hemos escuchado propuestas.
Sería bueno que se defina: está de acuerdo con lo que hizo el gobierno o no. La idea de poder sobrevolar la situación y que todos lo vean bien va a ser cortoplacista. Apenas comience el debate electoral va a tener que tomar definiciones y colocarse en un lugar. Si realmente estuviera de acuerdo con las políticas del gobierno, estaría en nuestras listas.
Son listas amplias, generosas. Si hay algo que en política no se puede hacer, es no tomar decisiones o querer conformar coaliciones entre sectores que no tienen nada que ver entre sí.

Fuente: Tiempo Argentino

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