Para Prat Gay la mejor receta económica es “dejar de afanar”

La entrevista tiene lugar en la casa del ex presidente del Banco Central, en el barrio porteño de Belgrano.

-Leía su “historia clínica” y pensaba en lo complicado que es para muchos votantes entender quién es usted, su identidad política. ¿Cómo cree que la gente lo ve?

-Bueno, no es fácil, es una pregunta de terapia. Por ejemplo, después de una charla, la gente dice: “Ah, yo pensé que eras un tipo duro, distante, que no te involucrás y me di cuenta de que sos un tipo normal”.

-Pero, además de sus rasgos de personalidad, su trayectoria política también hace que no sea fácil “sacarle la ficha”.

-Yo aparecí en la vida pública muy joven y con un cargo muy importante: presidente del Banco Central, cuando todo estaba destruido. Elegí el bajo perfil. Era el tipo frío, quirúrgico, que venía a resolver un problema.

-Ordenemos su historia. Antes trabajó aquí (foto de JP Morgan)

-Estuve siete años. Morgan me ayudó a ser mejor presidente del Banco Central porque me permitió conocer a fondo el sistema financiero.

-Usted asume en el Banco Central en 2002 y un artículo de la época dice que “Prat-Gay es bien recibido por el mundo financiero porque es amigo de los mercados”.

-Cuando yo llegué pensaron: “Éste es uno de nosotros” y cuando me fui festejaron.

-Los mercados tampoco le habían “sacado la ficha”.

-¡Y los diarios tampoco! Tengo guardadas las tapas de Clarín y de LA NACION de ese día. Tu diario dice: “Un liberal ortodoxo presidente del Banco Central”, y Clarín dice: “Un economista heterodoxo”.

-Kirchner lo conserva en su puesto. ¿Por qué se va en 2004?

-Yo entendí que habíamos llegado de la nada y cumplimos: bajamos la inflación, rescatamos las cuasi monedas, pusimos en orden la deuda financiera. Pero además dije: “Llegamos bien porque Néstor tiene el 22% de los votos. El día que tenga el 45% va a ser el que fue en Santa Cruz, donde no dejaron nada”. Yo pensé: “Van a venir por el Banco Central”.

-Una de las cosas que, sin embargo, se le reconocen a Kirchner es la reestructuración de la deuda.

-No, para mí es la primera gran mentira. No hubo la quita que dicen que hubo. Con la trampa de pagar el cupón del PBI, ya pagaron casi 11.000 millones de dólares, cuando la quita original era de 32.000 millones. Ya devolvieron la tercera parte, quedan 20 años más para devolver lo que falta. Fue un gran fiasco.

-Inflación: ¿dónde se origina?

-Hay poca inversión para el nivel de consumo. Por falta de inversión no reacciona la capacidad de producción y la demanda le gana a la oferta.

-Ésta es la teoría del Gobierno: ¡los empresarios no invierten!

-Esa parte es cierta, pero ¿por qué no invierten? ¡No saben si los van a expropiar, porque no hay un horizonte y les cambian las reglas! Si estás al tope de la capacidad instalada, no tenés inversión y a eso le echás el combustible de la emisión, esa combinación es la que produce inflación.

-¿Cómo se frena la inflación?

-Lo primero es dar vuelta el Indec, arreglás el reloj para poder medir. Lo segundo, lo ponés en hora, no dice más 10, si no 25. Hay que dar un horizonte de tiempo que induzca a los empresarios a invertir. Montás un cuadro fiscal y monetario, en el que prometés ir bajando gradualmente la inflación. Hoy es de 25%, me comprometo a que el año próximo sea de 18%, el segundo de 12%, el tercero de 9% y que cuando me voy la dejo en 5%.

-Pero ¿es viable?

-Sí, lo hizo Chile y lo hicimos nosotros cuando llegamos al Central. Como veo que me mienten con la inflación, por las dudas me cubro y aumento. Termina siendo un fenómeno de psicología de masas. En cambio, si hacés acuerdos y sos creíble, el resultado es casi inmediato.

-¿Cómo llega al ARI y a Carrió?

-Con menos de 40 años había sido presidente del Banco Central, que era equiparable a ser ministro de Economía. Pero entendí que para las transformaciones en serio la herramienta era la política. Ahí encontré a Carrió, un faro en medio de un ambiente plagado de corrupción.

-(Foto de Pino Solanas)

-Me parece muy buena la lucha que hacen Pino y Lilita contra la corrupción. Pero hace falta gestión, como me tocó a mí en el Banco Central.

-Según su teoría, Pino “vendería” honestidad y usted “honestidad con gestión real”.

-Quedó demostrado que no nos alcanzaba con estar sentados en una banca. Si logramos que se deje de afanar, viene el despegue?

-Venimos hablando de sus ideas de izquierda y de repente tenemos esta foto: (Amalita Fortabat)

-La conocí en sus últimos años. Me llamó para manejar sus ahorros después de la venta de su compañía. Su actividad principal era la filantropía y en eso era inigualable. No veo una contradicción.

-Hay una foto del entierro en la Recoleta. Usted es uno de los diez que carga el féretro.

-Cualquier consultor político me hubiera dicho: “No te metas en esta foto”. Pero yo hago lo que siento y lo volvería a hacer.

-Uno podría decir: “Prat-Gay, con una mano agarra la manija de Amalita y con la otra camina junto a Vicky Donda”. Es raro.

-Para ser de izquierda no tenés que andar con una boina, una barba tipo “Che” y enfundado en una bandera. Yo hago mi trabajo en villas y trabajé mucho en microfinanzas.

-Se dijo que usted había asesorado cómo sacar el dinero de Amalita a paraísos fiscales.

-No. Loma Negra la vendieron a los brasileños. Intervinieron bancos americanos y la operación se hizo en Estados Unidos. Nosotros intentamos traer buena parte de esa plata a la Argentina, pero había un encaje del 30% y Amalita dijo que no, porque no iba a dejar el 30% en un lugar que no sabía si lo iba a recuperar.

-(Última foto: Tumini, Donda y él mismo) Mire si se junta en Londres con sus ex compañeros del Morgan y ellos le piden que les explique quiénes son.

-La Argentina es esto también, distintas historias. Con ellos venimos de vidas muy diferentes, pero tenemos una idea de futuro parecida. Si miramos todo el tiempo para atrás, nunca lo vamos a resolver.

-Dejamos acá.

Fuente: La Nacion

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