La changa de “La 12”

Luego del allanamiento del año pasado, volvieron a operar en el mismo edificio, ubicado en Florida, entre Sarmiento y Perón. Aunque aseguran que la desaparición de $ 300.000 de esas oficinas les complicó la operatoria. Otra parte de la barra se mudó a un local en la calle San Martín. Sus buenos precios provocan envidia entre sus colegas arbolitos: “No se cómo hacen pero siempre pagan diez guitas ($ 0,10) por los pesos y ofrecen los dólares a diez guitas menos que el resto”.

Con el aumento del dólar para todos y todas por encima de los $ 13, la barra brava de Boca volvió al negocio de los arbolitos.

Pese al mega allanamiento que habían vivido a fines de octubre del año pasado, un sector de La 12 volvió a operar en una cueva ubicada en un edificio en Florida, entre Perón y Sarmiento.

Varios arbolitos, pertenecientes a la hinchada, vocean en la peatonal las palabras “casa de cambio”, como si se tratara de un lugar formal y habilitado para hacer este tipo de transacciones. En el latiguillo, agregan: “Dólares, euros, reales: pago más”.
Los colegas arbolitos admiten que esas palabras son ciertas: “No sé cómo hacen, pero siempre pagan diez guitas ($ 0,10) más que el resto. Y para quien quiere comprar dólares, lo vende a diez guitas menos. Es que ganan con el volumen”.
Un cambista callejero cuenta que se dividieron: “Algunos de La 12, como El Mellizo, El Tano y Juanjo, se quedaron acá en Florida, mientras otros se mudaron a la calle San Martín. Pero se comenta que tuvieron un problema serio: les robaron $ 300.000 de la oficina, que quedaban guardados en una caja metálica, al cuidado de una persona que trabajaba en el inmueble. “Un día desaparecieron los billetes y el encargado de cuidarlos, sin que volvieran a tener rastros”, comentó la fuente.

Un veterano arbolito de la peatonal prefiere no meterse con ellos: “Son bravos. Venden ropa deportiva para lavar plata y cuidan los coches de la Bombonera. Un día vi como uno de ellos le pegó un puñetazo en la cara a un milico que no se qué le dijo. Por eso, yo prefiero no meterme con ellos, aunque no se les puede negar la camaradería: siempre nos avisan cuando vienen las inspecciones, para que paremos de vocear y nos callemos, así no nos labran ningún acta”, comenta un arbolito que gana un sueldo fijo de $ 250 por día.

Los vendedores no tienen problema en revelar los vericuetos de su oficia, tal como pudo comprobar este cronista en diálogo con un arbolito, que los conocedores identifican como perteneciente al grupo de los cuidacoches de la barra brava de Boca.

–Arbolito: ¿Vos necesitás comprar o vender?
–Periodista: Tengo un amigo que necesita comprar y vine a averiguarle los precios.
–¿Qué cantidad? Porque a partir de u$s 1.000 te puedo mejorar el precio.
–¿Por u$s 1.000 qué precio me hacés?
–$ 13,40.
–¿Pero la transacción se realiza acá en la calle, a la vista de todos?
–No, no te preocupes, que vamos a la oficina, que está acá nomás, donde tenemos contadora de billetes y hasta detector de billetes falsos, para que te quedes tranquilo.
–¿Y para vender dólares cuánto me pagás?
–Depende. Si es a partir de u$s 1.000 y son billetes de u$s 50 o de u$s 100 te puedo pagar $ 12,90. Pero si son billetes chicos, o sea de u$s 20, te pago $ 12,40.
–¿Por qué hay tanta diferencia de precio por lo que pagan por los billetes chicos?
–Porque nadie los quiere. Los cajeros de los Estados Unidos dan sólo billetes de u$s 20, entonces todos se vienen con esos billetes, que ocupan cinco veces más bulto que uno de u$s 100 y tardás cinco veces más de tiempo en contarlos. Entonces los corretas (mayoristas del negocio del dólar paralelo) no los quieren.
–¿Y si para comprar dólares te acepto que me des billetes de u$s 20, ¿qué precio me hacés?
–En vez de $ 13,40, te puedo bajar a $ 13,10. ¿Te parece bien?

Fuente: El Cronista

*

*

Top