Tecnología electoral: La Boleta Única Electrónica debuta en la Ciudad

El sistema de boleta única electrónica (BUE) no es voto electrónico, lo cual implica un sistema informático integrado, sino una modalidad de sufragio que permite seleccionar los candidatos a través de una pantalla táctil e imprimir la boleta -que contiene un chip- que debe ser depositada -como en la forma tradicional- dentro de una urna.

A diferencia de la urna electrónica, la máquina de votación no guarda la información de voto sino que la registra e imprime en una boleta y, entre sus ventajas, el gobierno porteño destaca que “busca disminuir el fraude electoral, fortalecer integralmente el proceso electoral y agilizarlo, tanto al momento de efectuar el voto, como así también en su escrutinio”.

Otras particularidades que se agregarán a la votación del próximo domingo en la ciudad es que ya no habrá necesidad de “cuarto oscuro” ya que las máquinas podrán disponerse enfrentadas entre sí, y habrá una prohibición expresa de utilizar cámaras de fotos o celulares inteligentes en el momento del sufragio.

A modo de simulacro, el sistema ya fue probado en las primarias del pasado 26 de abril, en las que unos 300 mil porteños se capacitaron en el uso del nuevo sistema, organizado por la Defensoría del Pueblo de la ciudad, con mil máquinas electrónicas desplegadas en el 95% de las escuelas habilitadas para votar.

El día después a las primarias, el jefe de Gobierno, Mauricio Macri, admitió que “seguramente habrá algunos inconvenientes” en la primera experiencia, pero defendió la herramienta para “agilizar y transparentar” los comicios, y prometió que en caso de acceder a la Presidencia de la Nación, impulsará el mismo sistema para todo el país.

Para el gobierno porteño -que contrató a la empresa MSA Argentina para proveer el sistema y las máquinas- se trata de una forma “moderna, ágil, sencilla y transparente” de votar que, entre otros beneficios, “evita la multiplicidad y robo de boletas, ahorra toneladas de papel, impide la introducción de boletas falsas, evita votos nulos, resguarda el secreto del voto y agiliza y transparenta el conteo de voto”.

Las principales dudas radican en el tiempo de implementación y capacitación que programó la administración de Macri para que los porteños se familiaricen con la nueva modalidad de votación que viene a cambiar un sistema centenario de votación.

A pocos días del comicio, el gobierno porteño lanzó un programa de capacitación masiva para que los vecinos aprendan a usar el sistema, aunque desde algunos partidos -como ECO, el Frente para la Victoria y la izquierda- lo consideran “insuficiente e improvisado”.

Ante esta situación, la Legislatura porteña aprobó en los últimos días una ley que obliga al Ejecutivo a colocar máquinas en la entrada de los establecimientos de votación para que los ciudadanos que no se capacitaron previamente puedan realizar una práctica antes de emitir su voto definitivo.

Durante la campaña, el principal crítico de la BUE fue el candidato de ECO, Martín Lousteau, quien realizó varias presentaciones ante el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) y en los próximos días -antes del domingo 5 de julio- hará una evaluación final sobre el sistema.

Según advirtió la Defensoría del Pueblo, la capacitación de las autoridades de mesa y de los fiscales de los partidos políticos serán la clave del éxito en la implementación de la BUE el próximo domingo.

Para ello, el juzgado electoral a cargo de la jueza María Servini de Cubría viene realizando un intensivo trabajo de capacitación sobre 26.000 autoridades de mesa para cubrir la totalidad de las 7.200 mesas electorales de la ciudad.

Es que en las primarias del 26 de abril hubo un preocupante récord de ausentismo entre las autoridades convocadas -más del 50%-, una situación que -de repetirse el 5 de julio- podría ocasionar serias demoras en la apertura del comicio.

Ante la ausencia de una autoridad de mesa, ya no se podrá convocar al primer ciudadano que se presente a votar para que cumpla la obligación, ya que la capacitación previa en las nuevas tecnologías será determinante.

En cuanto a los fiscales, los partidos políticos opositores denunciaron que la administración porteña demoró la entrega de máquinas para poder capacitarlos.

En simultáneo con las elecciones generales en la ciudad, los vecinos de los barrios de Mataderos, Liniers y Parque Avellaneda participarán de una consulta popular para elegir el nombre de su comuna.

El nombre propuesto es “Lisandro de la Torre” y surge del nombre del frigorífico fundado en 1923 en Mataderos; y bautizado con ese nombre por Juan Domingo Perón, “como reconocimiento a quien se enfrentó y denunció a la corrupción de su época y a las grandes corporaciones y grupos económicos extranjeros en pos de proteger a las empresas y al trabajo local”, según indica la ley aprobada por la Legislatura porteña.

Fuente: Télam

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