¿Sabías que existe la adicción a un ex? Enterate de lo que le pasa a tu cerebro por culpa de la dopamina

Las rupturas son difíciles, especialmente cuando aún existen sentimientos de por medio y sin importan quién rompió con quién, es un hecho que es difícil deshacer la conexión que alguna vez existió.Pero, ¿sabías que añorar a tu ex es el mismo efecto de una persona con adicción a las drogas?

Sabes que no debes ponerte en contacto con él, pero en un momento de debilidad que agarrar su teléfono y el texto, “Te extraño”, Pasa un buen rato y no hay respuesta, sientes que el corazón te palpita rápido y de pronto, te sientes peor que nunca. Cuando una está enamorada, en una relación que parece perfecta y de pronto todo se derrumba, es fácil volverse irracional e impulsiva; tienes ganas de estar con esa persona pero al mismo tiempo quieres darle un puñetazo en la cara y desaparecer. Tu celular se convierte en una bomba de tiempo, en espera de estallar por una llamada que no te hará.

Sí, eres como una adicta a la heroína que anhela su siguiente dosis y aunque suena demasiado dramático, no estás tan lejos de ser así.

Investigaciones recientes sugieren que puede haber una base psicológica para esos “antojos” de tu ex pareja. La doctora Lucy Brown, profesora de neurología del Colegio de Medicina Albert Einstein y cabeza del proyecto “The Anatomy of Love”, utilizó imágenes de resonancia magnética para registrar la actividad cerebral de adultos que habían experimentado una ruptura inesperada y concluyeron que aún sentían amor por su ex. Por otro lado, cuando se les mostraron fotografías de sus ex parejas, se registró una actividad significativa en las mismas áreas del cerebro que la que ocurre cuando hay una adicción a las drogas.

En otras palabras, la añoranza (o el ‘antojo’) que experimentas hacia tu ex es similar a cuando un adicto que se está rehhabilitando anhela probar una droga. Esto es lo que te lleva a sentir una angustia intensa y hasta malestar físico. Aquí es cuando las malas decisiones también se hacen presentes (como optar por hacerte bolita, llorar todo el día en cama, sentirte vacía y tentarte a ‘stalkear’ o mandar mensajes que no deben ser) .

Las investigaciones de Brown, en conjunto con Helen Fisher, investigadora del Departamento de Antropología de la Universidad Rutgers, en New Brunswick, (Canadá) explican que estar enamorado crea alteraciones en el funcionamiento químico del cerebro, en donde aumenta la dopamina, el químico que provoca una sensación de bienestar y que se ‘altera’ al momento de estar junto a tu ex (ese momento cuando sientes que todo se te mueve y no sabes ni qué hacer).

Cuanto más amas, más dopamina liberas y más adicción se crea el uno el otro. Mientras estás enamorada, este sentimiento es más grande y es muy difícil escapar, hasta que llega la ruptura.

Cuando esta llega, el cerebro sigue de algún modo programado para seguir disfrutando de esa sensación de dopamina, por lo que cuando piensas en esa persona, se libera aún más sustancia pues “no distingue” que ya terminaron la relación.

Es una especie de apego creciente causado por dopamina, que disminuye la serotonina y que ‘nubla’ tu juicio. Cuando todo esto pasa, ignoras los efectos negativos hacia esa persona, provocando que sólo veas las cosas (buenas) que quieres ver. Si tus niveles de serotonina estuviesen en balance, sabrías que es momento de superarlo y alejarte.

Fuente: Nueva Mujer

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