Camino a la libertad emocional

Dicen que el corazón nunca olvida aquellos momentos en que supo latir con mayor intensidad.
Y probablemente sea cierto. Aunque, en demasiadas veces, nos sentimos rehenes de ese corazón y presos de esos momentos.
Pero llega un día, un instante, en que el alma va desatando sus cadenas, puede viajar por otros rincones, desempolvar otros recuerdos e idealizar cada vez menos “aquel pasado mejor”.
Y ese es el proceso en que vamos transitando, aprendiendo, cayendo muchas veces, pero levantandonos siempre.
Es que el arduo camino hacia la libertad emocional sólo se consigue dejando de escapar, enfrentando fantasmas, aceptando las heridas pero por sobre todo entendiendo que la verdadera libertad se encuentra en uno mismo, en la paz que habita en el silencio y en la soledad.
En la tranquilidad de saber que se dió todo cuanto se pudo y más.
En el perdón y en la compasión. Dejando el rencor de lado y entendiendo que el amor verdadero también consiste en dejar ir a quién se ama para que busque si propia felicidad, aún a costa del dolor propio.
Se trata de dejar de esconderse de uno mismo, de aceptarse, de hacerse cargo de uno mismo, de valorarse, de quererse, de permitirse escribir nuevas historias, aunque se hubiera preferido no escribir aquel final.
Pero los finales llegan. Indefectiblemente. Y resistirse solo posterga, retrasa aquello que debemos aceptar tarde o temprano, hundiendonos en un largo letargo que nos daña todavía más sin llegar a ningún destino positivo.
La libertad emocional, entonces, no es mas que una decisión que debemos tomar, incluso, una y otra vez, hasta internalizar que tenemos, debemos volar hacia un nuevo horizonte, que, hasta quizás, sea mejor.

Cecilia Baliani

*

*

Top