Organizaciones Feministas de Chile realizan este jueves actividades en las redes en reclamo del derecho al aborto libre, seguro y gratuito

Durante toda la semana mujeres, lesbianas y disidencias chilenas realizan actividades en reclamo por el aborto libre, legal seguro y gratuito. Como en Argentina, en Chile miles de mujeres mueren por abortos clandestinos cada año y el movimiento feminista exige el derecho a decidir sobre sus propios cuerpos.

Según cifras del Ministerio de Salud, en Chile se realizan más de 33.000 abortos por año, es decir 90 abortos diarios en promedio. Por la ilegalidad no se conocen las cifras exactas, estas suelen ser mucho mayores a las oficiales. El Instituto Chileno de Medicina Reproductiva estima que superan los 70.000 al año.

La marea verde y negra que el año pasado marchó por las calles de Santiago, Valparaíso, Calama, La Serena y Antofagasta, Copiapó y otras regiones de Chile bajo la consigna “el aborto libre será antiracista o no será” se volcará a las redes sociales y el activismo virtual. Se trata de un año distinto por la cuarentena que rige para frenar la propagación del coronavirus.

Se realizan conversatorios, talleres de ESI y aborto con pastillas, un foro en el que participarán feministas latinoaméricanas, pañuelazo, cacerolazo y hasta una marcha virtual animada por una actriz Mariana Loyola.

La lucha del otro lado de la cordillera

La primera movilización por el aborto libre en Chile fue en 2013. El motor fue el caso de una nena violada y embarazada por su padrastro que fue obligada a parir. El episodio abrió un fuerte debate sobre el aborto en la sociedad. En ese momento, a diferencia de acá en que la interrupción es legal desde 1921, regía una ley absolutamente prohibitiva que databa de la dictadura pinochetista.

Las declaraciones del presidente, Sebastián Piñera, – quien transitaba su primer mandato- a favor de la continuidad del embarazo de la nena hicieron que las mujeres de ese país salieran a la calle para pedir por el aborto libre, legal, seguro y gratuito.

Recién en julio de 2017 el Senado chileno aprobó la legalizar la interrupción del embarazo por tres causales: en caso de riesgo de vida para la madre, inviabilidad del feto y violación. El proyecto había sido enviado por la entonces presidenta Michelle Bachelet después y tardó dos años en ser tratada, generó un tenso debate en el recinto.

Dicha ley fue modificada por el Tribunal Constitucional de Chile – cuya función es el control de constitucionalidad de todas las normas-. El organismo decidió que a la objeción de conciencia de los médicos -contemplada por la norma- se debía sumar la de las instituciones. Así se abrió la posibilidad a un sin fin de obstáculos burocráticos para quienes quieren abortar y pueden hacerlo legalmente.

“Creemos el aborto por las tres causales no es suficiente. En muchos casos ni siquiera se cumple pero además no incluye a todas las personas gestantes. Si en Chile tenés dinero podes hacerte un aborto sin problema, pero si estás entre las mujeres mas vulnerables no tenés ninguna posibilidad de hacertelo en buenas condiciones. Todas tienen que poder acceder a un aborto libre, seguro y gratuito “, expicó Milene Molina Arancibia quien es parte de la organización de la marcha y participa de la organización de mujeres frodescendientes Luanda y es coordinadora para el cono sur de la red de Mujeres Afrolatinoamericanas, Afrocaribeñas y de la a Diáspora para el Cono Sur.

Para que se debata una ley de aborto Legal la voluntad política es más que fundamental en Chile, en particular la del Presidente porque según dicta la Constitución toda reglamentación que modifique los recursos públicos del Estado puede ser presentada exclusivamente por el titular del ejecutivo. Una ley que contemple abortos en los hospitales si o si modifica el presupuesto público.

Una marcha antirracista
Este año por primera vez las organizaciones feministas decidieron cambiar la fecha de la movilización por el aborto libe al 30 de julio. Esa modificación no fue fortuita, se debe a que desde el año pasado en ella participan colectivos de afrodescendientes chilenas e inmigrantes negras. Fueron ellas quienes pidieron respetar el día internacional de la mujer afrolatinoamericana, afrocaribeña y de la diáspora que se conmemora también el 25 de julio desde hace 28 años

Verónica Ávila integrante de la Coordinadora Feminista en Lucha contó a minutouno.com: “El año pasado en un bonito trabajo con las compañeras afro logramos hacer un llamado antirracista. Este año profundizamos el vínculo y logramos establecer un bonito acuerdo de respeto a la fecha. Como el 25 de julio es el día de la mujer afro latina, afro caribeña y de la diáspora, decidimos correr la fecha a hoy”.

Por su parte, Molina Arancibia destacó el gesto del resto de las organizaciones.“Como mujer afrodescendiente le pedimos cambiar la fecha porque queríamos ser las protagonistas, que ese día se hable sólo de las problemáticas de las mujeres negras. Queríamos que el lema antirracista se lleve a la acción y no sólo fuera algo de lo cual hablamos. Fue una alegría que fue muy bien aceptado por las compañeras de las otras colectivas ”.

Desde el domingo 19 al pasado sábado 25, distintas organizaciones de mujeres afrodescendientes de todo Chile realizaron actividades que buscaron visibilizar el racismo, la marginación y las problemáticas de que viven las mujeres negras, afrodescendientes y migrantes de ese país. Hubo cine debate, mesas con expositoras de diferentes países, charlas abiertas y agitación en las redes. Terminó con un acto político y festival online.

Cari Amaral de Microsesiones Negras, la Red de Mujeres Afrodiasporicas y Disidencias en Red dijo que en su país “no hay mucha conciencia del antirracismo y no se habla mucho del tema” y recordó que este año muchos a muchos los conmovió el crimen del afroestadounidense George Floyd pero no las muertes por racismo estructural en Chile, como pasa con la población haitiana migrante.

Dentro de las actividades se tocaron temas como la hipersexualización y fetichización de los cuerpos negros, la afrochilenidad, problemáticas de los migrantes, infancias negras y migrantes, la presencia de personas afrochilenas en la escritura de la nueva constitución.

Después del estallido
Las activistas coinciden en que el estallido social de octubre del año pasado fue un bisagra para la sociedad chilena y dentro de las organizaciones feministas. Las mujeres, lesbianas, travestis, trans y otras identidades y los migrantes fueron las poblaciones cuyos derechos fueron más vulnerados.

Amaral recordó que “el abuso policíaco fue gigante principalmente, por ejemplo, contra las personas que son vendedores ambulantes. Muchas de esas son mujeres negras, migrantes o mujeres indígenas. Hubo muertes y en el momento en que estuvimos en Estado de Emergencia y hubo toque de queda deportaron a más de 80 inmigrantes por estar en la calle pasada la hora que imponían, sin tener en cuenta que las medidas se anunciaban sólo en español”.

Por su parte, Molina Arancibia opinó que “hubo cambios importantes. Se demostró que las personas que vivimos en este territorio perdimos el miedo definitivamente ya no tenemos miedo de salir a la calle a enfrentarnos con la estructura del Estado que nos vulnera. Hoy a pesar de no poder estar en las calle no tenemos distancia social, como dice el gobierno, hay una distancia física pero una tremenda unión y comunicación social”.

Fuente: Minuto Uno

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