Continúa la tensión por la toma de tierras linderas al Indoamericano

Las ocuparon unas 300 familias. Una discusión terminó a los balazos. Fue en un predio frente a la Villa 20 y cerca del Parque Indoamericano, lugar de la violenta usurpación de 2010.

Hubo un alerta temprana, un rumor. Y a la noche ocurrió. Y ocurrió, además, con una pelea que terminó en tragedia, con un muerto. Unas 300 familias ocuparon el lunes a última hora un predio de unas 12 hectáreas, el mismo donde durante años funcionó el cementerio de autos de la Policía Federal, en Lugano, y acamparon ahí para exigir viviendas. El lugar está pegado a la Villa 20, desde donde llegaron los ocupantes, en una zona cercana al Parque Indoamericano, escenario de la violenta usurpación de 2010. Hubo un fracaso en el intento de negociar el desalojo por parte del secretario de Seguridad nacional Sergio Berni y una mesa de diálogo abierta con el Gobierno de la Ciudad que continuará este mediodía.

La toma del terreno volvió a poner en discusión el crecimiento de las villas en la Ciudad y el comercio que hay detrás de las tomas. En la de ayer incluso hubo un versión sobre una mano política detrás, con punteros y familias que se disputaban el espacio “para vivir mejor”. Esa versión fue confirmada incluso por fuentes del Gobierno porteño. Pero no todos decían eso.

Emanuel, un joven de 30 años, fue uno de los delegados que impulsó la ocupación. Según contó, en la Villa 20 hay negocio detrás de muchas casas, pero el hacinamiento y las necesidades son las que derivan en estas tomas. “Ya no hay lugar y el que hay se negocia. Es imposible para los que tenemos hijos, acá el alquiler de un cuarto nos cuesta $ 1.500, y a veces hasta ni te dejan quedarte si son muy chicos. Yo tuve que mudarme varias veces. Por eso nos vemos obligados a hacer esto: queremos este predio para poder construir nuestras casas, tener un lugar digno”, contó.

La toma amaneció tensa. Y siguió así todo el día. Después de ser el lugar donde la Federal acumulaba autos abandonados, el predio de Fernández de la Cruz y Pola pasó a ser un terreno con pastizales. Unos días atrás los habitantes de la villa cortaron y limpiaron el lugar. Y después lo tomaron. Lo hicieron de noche, y todos juntos. Marcaron parcelas con cintas, algunos pusieron carpas, otros telas sobre palos o troncos. Así terminaron el lunes. Pero a la noche ese movimiento terminó con una tragedia.

Junto a Emanuel hubo varios jóvenes que se presentaban como delegados. Uno de ellos defendió la ocupación y pidió que, sobre todo, se investigue el asesinato de Osvaldo Soto, un hombre de 30 años baleado por otro en una discusión absurda. Ayer, Javier, sobrino de Osvaldo, contó: “Mi tío estaba armando una carpa, solo eso. Hasta que vino otro e hizo una fogata al lado. Discutieron porque la carpa podía prenderse fuego, y el tipo se puso loco: volvió con una 9 milímetros y le disparó en el pecho. Lo llevaron a la salita de salud pero ya había muerto, tenía dos hijos”. La causa por el crimen de Soto quedó caratulada como “homicidio y usurpación”.

Las horas siguieron con esa tensión. Por la mañana estuvieron el secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni, el fiscal Carlos Rolero, y funcionarios y asistentes de la Secretaría de Hábitat del Gobierno porteño. También pasaron delegados de otras villas cercanas. Y hubo un fuerte operativo de seguridad que incluyó a Gendarmería, Policía Federal y la Metropolitana. Incluso con carros hidrantes.

Según la Ciudad, el predio tiene una ley de urbanización, pero para eso primero es necesario “sanear” el piso, que está contaminado por los años que tuvo chatarra encima. “Así no puede ser habitable, está totalmente contaminado”, dijeron. La idea es contemplarlo en un futuro para sumar el predio a la urbanización de la villa. Pero ayer los asistentes sociales solo repetían que así como está nadie puede vivir ahí.

“No queremos dinero, queremos viviendas, todos nosotros estuvimos en la toma del Indoamericano en 2010, donde fuimos estafados y nunca nos dieron más que un papel. Esta es una toma pacífica y es lo único que podemos hacer para poder vivir bien”, dijo Mariel, de 17 años, madre de dos hijos.

Por una ley sancionada en la Legislatura en 2005, el terreno ocupado debía destinarse a un plan para construir viviendas. Pero nunca se cumplió. Anoche en la Ciudad aseguraban que lo necesitan liberado para poder urbanizar la Villa 20. Así se lo dijeron a los nueve delegados de la toma con los que se reunieron por la tarde. Quedaron en volver a juntarse hoy y sumar a la negociación a funcionarios del Instituto de la Vivienda de la Ciudad.

Fuente: Clarín

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