“¡Callate, atorranta!”, le espetó el Andrés “el Cuervo” Larroque a Laura Alonso. Así reaccionó el diputado kirchnerista cuando la diputada del PRO interrumpió al jefe del bloque K, Agustín Rossi, por sus críticas al rabino Sergio Bergman y porque se había terminado su tiempo para presentar su opinión en el debate por el memorándum de entendimiento con Irán.

Larroque, protagonizó uno de los cruces más picantes con su par de la oposición, en medio del plenario de comisiones que discutió el acuerdo con el país asiático para interrogar a los acusados del atentado a la AMIA en Teherán. Sin filtro, el dirigente de La Cámpora le gritó “atorranta” a Alonso en pleno debate en la Cámara baja.

La diputada del PRO había intentado interrumpir a Agustín Rossi, jefe del bloque K, quien cargó primero contra el radicalismo y luego arremetió contra el macrismo y el legislador Sergio Bergman, por una columna de opinión que publicó en un diario. Cuando se entrometió, Alonso fue sorprendida por los agravios de su par.

Además, la diputada cuestionó que el santafesino se había excedido diez minutos en el tiempo de su discurso. Al oírla y sin levantarse de su silla, Larroque la cruzó: “¡Callate, atorranta!”, le dijo a los gritos. El insulto sacó de quicio a Alonso, que enfurecida se paró y gritó: “Parate cobarde, parate cagón, decímelo de vuelta”, sostuvo mirándolo a los ojos.

En diálogo con Infobae, Alonso contó qué fue lo que provocó su indignación y contó lo sucedido en Diputadoso: “Larroque me gritó ‘atorranta’. Le pedí tres veces que me lo dijera parado, mirándome a la cara y con micrófono abierto. Le dije cobarde. Le volví a decir que se parara y le dije ‘cagón'”.

En el medio de los epítetos, intercedió la diputada del FAP, Victoria Donda, que cuestionó a Larroque. “¿Cómo puede ser que diga callate atorranta?”, se preguntó. La discusión quedó disuelta a medida que continuó el debate.

Pero el cruce no quedó ahí. Mañana se va a plantear una cuestión de privilegio para que el hecho se exponga en el recinto y quede constancia de la agresión.

Fuente: La Razon