A la mayoría nos suena, al menos en las grandes ciudades. Corridas, agenda completa, puro estrés. El resultado, inevitable: te olvidás dónde dejaste el auto, te salteás un turno que tenías planeado desde hace un mes, perdés cosas, te cuesta recordar datos que te sabías de memoria y no podés concentrarte más de una vez. ¿Te pasa? Ya tiene nombre y en Estados Unidos y Europa se multiplican los casos entre profesionales jóvenes y no tanto: se llama “síndrome de la vida ocupada”.
Así denominaron los investigadores del CPS Research, un centro de investigación de Glasgow (Escocia), al problema de desmemoria y falta de concentración que padecen muchas personas como consecuencia de un estilo de vida frenético, con múltiples ocupaciones en el hogar y el trabajo y el bombardeo incesante de información procedente de los teléfonos móviles, la tele, la radio, Internet…
“La desmemoria es un proceso normal de la vejez, pero tenemos evidencia que sugiere que ahora está afectando a gente cada vez más joven como resultado de múltiples ocupaciones en el hogar o el trabajo y por el exceso de información que consumimos hoy en día”, explicó el doctor Alan Wade, de CPS Research.
Rápidos, los laboratorios farmacéuticos recogieron el guante y ya están anunciando la pronta salida al mercado de medicamentos que operen contra el olvido y despejen el día de estos síntomas molestos. Sin embargo, antes de sumar un nuevo fármaco a nuestras vidas es mejor parar, pensar y tomar algunas decisiones respecto a cómo vivimos.
* En primer lugar, tratá de salir del caos mental en el que vivís: tratá de reorganizarte y no pretendas hacer más actividades de las que podés hacer. Hacé una lista de prioridades y no ote sobrecargues.
* Procurate espacios de “nada”: en algún momento del día es necesario refugiarse en un rato de paz y tranquilidad. Un termo de mate, un libro, un poco de música, un rato de tele. Lo que te guste. Pero, en algún rincón de una jornada estresante, pará la moto.
* La alimentación también es otro factor clave. Una dieta a base de frutas y verduras brinda más energía al organismo y nos predispone a estar de mejor ánimo para encarar el día.
* Cuidá tu descanso. Es imporante tener una conducta adecuada de sueño. La rutina ayuda mucho: aunque te cueste, al menos en la semana tratá de establecer un horario de fin del día. Dormir al menos siete horas es fundamental para que el sueño repare un día agotador.
* Cuando termina el horario de trabajo, apagá el celular y alejate del mail. La carga psicológica y emocional de estar siempre alerta genera altos niveles de estrés y afecta la salud y los vínculos personales.
* Hacé ejercicio físico al menos tres veces por semana. Ayuda a liberar la tensión acumulada y a generar endorfinas. Además, es ideal para cuidar la salud y mantener un buen peso.
* No te aísles: cuando vivimos a mil solemos cancelar todo lo que tiene que ver con momentos de ocio. Encuentros con amigas, cine, almuerzo con la pareja… Muchas cosas quedan de lado en favor de supuestas urgencias y cosas importantes. ¡Error! Tu semana debe tener espacios de socialización y placer.
* Dedicá tiempo a tu cuidado personal, físico y psíquico.
* Cuidá tu vida sexual, dale espacio, contactate con el placer físico y con la enorme riqueza de encontrarte con otro, piel a piel.