Desde hace meses el Gobierno teje un minucioso plan para “reenamorar” a la clase media, un sector que según los estudios de opinión pública se ha desencantado sistemáticamente con el kirchnerismo. Pero hoy, a medida que se acercan las últimas elecciones del oficialismo, se vuelve un atractivo nicho a seducir para alcanzar una mejor performance electoral.
La cúpula del Gobierno planea hacer anuncios cada una o dos semanas como mucho durante abril y mayo, que configurarán un bimestre de alta intensidad en novedades vinculadas a políticas para estimular el consumo. Cristina Kirchner coronará el plan con un megaacto el próximo 25 de mayo, el último que encabezará la jefa de Estado como Presidenta.
No fue casualidad que el jueves pasado, además de anunciar beneficios sociales para los sectores más postergados, como los subsidios para la compra de garrafas, Cristina haya presentado un plan canje de electrodomésticos –Renovate–, uno para reemplazar el taxi y la reconversión de SUBE en una tarjeta de descuentos. Los últimos tres apuntan directamente a la clase media.
Una de las políticas que más ruido promete hacer será sobre un sector que vive la peor crisis en 12 años: el inmobiliario. Dentro del Ministerio de Economía trabajan en una reformulación del Plan Procrear –hoy pensado para construir o refaccionar una casa– para que sea extensivo a la compra de departamentos, la “reserva de valor” preferida de la clase media. El Gobierno analiza un plan de créditos hipotecarios subsidiados para la clase media. Mantendría la filosofía del Procrear: la cuota para acceder a la unidad no debería ser mucho más elevada que la de un alquiler. Cristina busca anunciar que ella también es creadora de dueños. “Lo que tenemos que lograr es una implementación rápida, con una tasa baja, competitiva y de fácil acceso”, confirma un funcionario y reconoce que el objetivo es “capitalizarlo electoralmente”.
Sin dudas la vedette de los anuncios será la suba del piso salarial a partir del cual se cobra el impuesto a las ganancias. En la cúpula del Gobierno aseguran que el anuncio debería hacerse antes de las elecciones primarias del 9 de agosto. No está en la agenda inmediata del oficialismo, precisamente porque el kirchnerismo nunca les dará el gusto a los reclamos de la oposición y los gremios, que el martes hacen un paro por ese tema. Pero el Poder Ejecutivo entiende que es “casi obligatorio” que se anuncie antes de las internas K. “El 9 de agosto nos jugamos todo, las Paso son clave para encarar las elecciones generales más tranquilos”, ilustra el asesor de uno de los hombres que más conoce la intimidad de la Presidenta. El funcionario aclara que los anuncios para seducir a la clase media son vitales para una mejor performance de los candidatos del oficialismo. Una pelea que hoy tiene como protagonistas a Daniel Scioli, Florencio Randazzo y Axel Kicillof. Casualmente la candidatura del ministro de Economía hoy es tema de discusión en las principales mesas del kirchnerismo. Otro anuncio en carpeta se vincula con un plan para devolver parte del IVA a los sectores más postergados, por ejemplo a beneficiarios de planes sociales.
Una de las claves del plan para ganar la clase media es Ahora 12, las cuotas para todos y todas. Hace poco el Gobierno sumó útiles escolares, colchones, anteojos recetados y libros a la lista de electrodomésticos, ropa y materiales para la construcción. La idea es sumar más comercios y rubros. De a poco y en diferentes anuncios.
El histórico enemigo del modelo, el campo, también puede recibir una buena noticia. Se estudia devolver parte de las retenciones a los productores agropecuarios de las economías regionales, es decir, a aquellos que enfocan su cosecha en manzanas, peras o tomates, por ejemplo. Hace dos semanas, CFK creó un fondo de $ 2.500 millones para beneficiar a 46 mil chacareros agrupados en la Federación Agraria.
El kirchnerismo se recupera como espacio político y mejora según las encuestas. Para Management & Fit, el Frente para la Victoria pasó del 23% a 33% de intención de voto sólo entre febrero y marzo de este año. En el mismo período, descendió un 8% el pesimismo del electorado sobre su situación económica futura. Son datos técnicos que ayudan a entender por qué el Gobierno todavía cree que en la clase media hay mucho terreno para ganar.
Fuente: Perfil