La segunda ronda de elecciones departamentales en Francia culminaba con un panorama similar al de la primera vuelta -el domingo pasado-, con el triunfo del partido conservador Unión para un Movimiento Popular (UMP) que lidera el ex presidente Nicolas Sarkozy y una favorable actuación del Frente Nacional, de extrema derecha. Según las primeras estimaciones, la derecha ganaría entre 65 y 71 de los 101 departamentos franceses, mientras que la izquierda obtendría entre 28 y 35.

El FN, que lidera Marine Le Pen obtuvo un resultado histórico, aunque no ganó en ninguno de los tres departamentos que disputaba. Como en las elecciones del domingo pasado, el FN obtuvo el mejor caudal de su historia y la extrema derecha se perfiló como la segunda fuerza detrás de la UMP.

Nicolas Sarkozy, que ambiciona regresar al Eliseo, destacó la victoria de su partido, que atribuyó al rechazo popular a la gestión del actual mandatario socialista, François Hollande. “Esta noche, la derecha ganó claramente las elecciones departamentales. Nunca, en la Quinta República, la derecha había logrado un resultado de este tipo”, fueron las primeras palabras del ex presidente tras los resultados electorales.

Por su parte, el primer ministro socialista Manuel Valls, admitió el triunfo de la derecha: “La dividida izquierda sufrió un revés”, expresó. Según un pronóstico del instituto CSA para la cadena BFMTV, hasta 30 de los alrededor de 100 departamentos donde se votó dejarán de pertenecer a la izquierda y pasarán al UMP de Nicolas Sarkozy.

La semana pasada, en la primera vuelta, se consolidó el FN como componente político clave -con un cuarto de los electores- y ratificó la tripolaridad de fuerzas. Esos tres grandes partidos se proclamaron satisfechos con los resultados. Tanto la UMP como el FN tienen razón para presentarlos como una victoria. Sarkozy se declaró satisfecho con esos resultados que prefiguran, dijo, un desplazamiento “masivo de los electores a favor de la derecha y del centro”.

Fuente: La Nación