Las autoridades bursátiles chinas se han visto este lunes obligadas a cerrar de forma prematura la jornada de la bolsa ante unas caídas que sobrepasaban el 7% en diversos índices. Se trata de la primera vez en la historia que ocurre un cierre anticipado, promovido por la entrada en vigor de una nueva normativa que insta a dar por finalizada la sesión ante caídas del 7%.
Así, las bolsas chinas, cerraron este lunes una hora y media antes la sesión después de que el ínidce selectivo CSI300, que agrupa las mayores compañías cotizadas en las bolsas de Shanghai y Shenzen, cedía un 7,02%, situándose en 3.470,41 puntos.
Por su parte, el índice de la Bolsa de Shanghai registraba entonces una caída del 6,87%, hasta cotizar en los 3.296,26 puntos básicos, mientras que el índice de referencia de la Bolsa de Shenzen perdía un 8,22%, hasta situarse en 11.626,04 puntos.
Las bolsas chinas cerraron por primera vez en su historia de manera prematura, ante pérdidas superiores al 7 %. / EFE
Antes del cierre por anticipado de los mercados, la negociación se había suspendido por quince minutos cuando el índice CSI300 llegó a perder un 5%. Según las nuevas normas, que rigen a partir de hoy, las bolsas de Shanghai y Shenzhen congelarán automáticamente la cotización de un valor durante un cuarto de hora si llega a ganar o a perder un 5% dentro del mismo día.
Si, después de esa pausa, la variación llega a ser de un 7% tanto en sentido negativo como en positivo, tal y como ha ocurrido hoy, se suspenderán las transacciones de ese valor para lo que quede del día, un paso que hasta ahora se había dado sólo si la variación diaria llegaba a ser de un 10%, con la normativa previa.
La mala jornada en la Bolsa china se ha visto marcada por unos datos del sector manufacturero que implican cinco meses consecutivos de contracción en la actividad, mientras que el indicador de la actividad fabril marcó otro mes negativo, el décimo seguido.
Fruto de la inestabilidad y volatilidad, el yuan se ha depreciado con respecto al dólar hasta alcanzar su nivel más bajo desde mayo de 2011. La depreciación supone que las exportaciones chinas sean más baratas para el mercado estadounidense, a la vez que encarece la importación de productos de origen norteamericano.
La situación en las bolsas chinas terminaron por contagiar a los demás índices asiáticos, con caídas generalizadas, y su influencia se extiende hasta las aperturas en Europa, con descensos en los índices de Frankfurt, Londres, Madrid y Milán, entre otros.
Las nuevas normas que se han estrenado hoy tratan de frenar la especulación a la que se entrega diariamente gran parte de estos inversores, mientras Beijing está tratando de fomentar un mercado más estable y con inversiones más a largo plazo.
Fuente: La Vanguardia