Argentina es el cuarto país con mayor inflación del mundo

La inflación argentina alcanza un 31% de acumulado en los últimos doce meses, sólo superada por Venezuela, Sudán del Sur y Sudán, en términos inflacionarios. De esta manera es el cuarto país con mayor inflación del mundo, según revela el informe semanal del Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV).

“El alza sostenida de precios que se verifica en Argentina, lejos está de ser la norma: en un mundo de baja nominalidad, son pocos los países que transitan problemas de inflación sostenidos a lo largo del tiempo; menos aún cuando subsume el resto de la política económica a su mitigación”, analiza el estudio ligado a la Carrera de Economía de la UNDAV, que dirige Santiago Fraschina.

En el contexto latinoamericano, la inflación argentina sólo es superada por el caso venezolano y casi triplica al siguiente en el ranking, para lo que va de 2018.

De esta manera, la política oficial de desinflación sigue sin lograr resultados consistentes y, cada vez más cerca de la consolidación del tercer año desde el cambio de régimen económico, la dispersión de precios se posiciona en niveles superiores a los del año 2015.

En el análisis pormenorizado de precios, si se evalúan los aumentos en productos de la canasta familiar durante los primeros siete meses de 2018, se encontrarán considerables incrementos en productos como polvo para flan (+46,2%), pan francés (+40,7%) y fideos secos (+37,9%).

“El único precio que sube a menor ritmo es el salario, deteriorándose el poder adquisitivo en general con el consecuente impacto en el mercado interno, principal componente de la demanda agregada”, subraya el informe de la UNDAV.

Si se examina la variación del salario mínimo desde diciembre de 2015, el deterioro real de ingresos como producto de la inflación llega a casi 8 puntos porcentuales.

En la coyuntura más próxima inciden en esto las subas en tarifas de transporte, luz y prepagas, además del futuro incremento de gas, de fin del año sobre el IPC, determina un piso alto de inflación mensual.

Por fuera de los bienes y servicios regulados por el Estado, la variación de precios interna tampoco se modera a la velocidad suficiente: el componente “núcleo” del índice de precios nacional lleva nueve meses de aceleración y crece cerca del 29% interanual.

Es decir que, lejos de ralentizarse, aspectos del proceso hacen pensar en una profundización de la inflación para los próximos meses.

Ocurre que, producto de la devaluación del 8,3% de la primera mitad de agosto (58% en lo que va del año), se verificó un aumento significativo en el precio de insumos difundidos para el entramado productivo.

En este sentido, en todos los meses del último año se produjo una aceleración en el índice de precios mayorista, que ya alcanza el 47%.

Así, la inflación mayorista presentó un alza del 4,7% en julio, mientras que el componente importado verificó una suba del 5,7% en igual período (a pesar de que no se trató de un mes devaluatorio, por lo que este fenómeno anticipa el traslado que se generará del segmento mayorista al minorista en la última parte del año.

Los indicadores oficiales marcan que el proceso de desinflación no se encarrila: de hecho, de los siete meses con información publicada, sólo en uno el índice 2018 fue menor al de 2017.

En base a las métricas oficiales, los analistas calculan que para todo este año la suba de precios se ubicará entre el 32 y 35%, más que el doble de la vieja meta del gobierno del 15%.

La pauta de una fuerte presión inflacionaria de cara al futuro la brinda también el Índice de Costos de Construcción (ICC), determinante a la hora de conocer el avance de precios para el sector productivo, ya que la construcción en Argentina es la inversión más relevante y una reserva de valor para el sector privado.

En este marco se puede vislumbrar que el costo de la construcción en el último trienio se posicionó, en promedio, 7,4 puntos por sobre los doce años previos, es decir que la inflación en la construcción en los últimos tres años fue mayor al del período 2003-2015.

De este modo, en los 32 meses transcurridos desde el cambio de régimen gubernamental se registró una inflación acumulada del 120,9%, que se contrasta con la de los 32 meses previos a diciembre de 2015, ya que estos últimos habían verificado una suba levemente superior al 103%.

Fuente: www.diariopulse.com

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