EE.UU. incluiría a Venezuela en la lista de patrocinadores del terrorismo

La Casa Blanca estudia incluir a Venezuela en la lista de estados que promueven y financian el terrorismo, según dijo ayer a ABC un funcionario conocedor del proceso de deliberación en el Consejo de Seguridad Nacional y el departamento de Estado, bajo condición de anonimato. Se trata de una medida de presión sin precedentes sobre el régimen chavista para asfixiar económicamente a Nicolás Maduro y su círculo más cercano.

Hoy en día en esa lista figuran sólo Irán, Corea del Norte, Sudán y Siria. La Administración de Barack Obama retiró de ella a Cuba cuando restableció las relaciones diplomáticas con ese país. También estuvieron en ella en el pasado Irak, Libia y el extinto Yemen del Sur.

Ha sido el senador republicano Marco Rubio quien, tras las elecciones parciales del 6 de noviembre, ha intensificado sus contactos con el consejero de Seguridad Nacional, John Bolton, para obligar al departamento de Estado norteamericano a incluir de una vez por todas al régimen de Nicolás Maduro en esa lista.

Según ha podido saber ABC, Rubio envió antes una carta con tal fin al secretario de Estado, Mike Pompeo. En esta, fechada el 1 de octubre y a la que ha tenido acceso este diario, Rubio y otros compañeros de partido como los también senadores John Cornyn y Cory Gardner instaban a Pompeo a que incluya a Venezuela en la lista porque «no coopera plenamente con EE.UU. en sus esfuerzos contra el terrorismo».

Citan los senadores, como prueba, informes del propio departamento de Estado en que se detallan los lazos del régimen chavista con la banda terrorista ETA, la guerrilla colombiana de las FARC y el partido milicia libanés Hezbolá. Cuba estuvo en esa lista entre 1982 y 2015 también por lazos con, entre otros, ETA.

El figurar en esa lista conlleva una serie de estrictas sanciones sobre el país: no puede recibir ayudas norteamericanas, no puede comprar ni vender armamento en EE.UU., se le bloquean los créditos en el Banco Mundial y cualquier transacción comercial queda sujeta al control del Gobierno norteamericano. Estas restricciones se añaden a una inflación galopante y la carestía de alimentos y medicinas en Venezuela.

En un correo electrónico, un portavoz del departamento de Estado dijo anoche que «se revisa de forma continuada, de acuerdo con la información e inteligencia de las que se dispone, cuáles son las relaciones de diversos Gobiernos con el terrorismo, para evaluar si la información es creíble, verificable y se puede corroborar».

Desde su llegada a la Casa Blanca, Donald Trump ha aprobado una serie de sanciones sobre el régimen chavista, en las que ha incluido a la mujer de Maduro, Cilia Flores, y a su vicepresidenta, Delcy Rodríguez. El presidente también ha pedido al Consejo de Seguridad Nacional informes sobre una posible intervención militar para derrocar al régimen, que de momento han quedado entre paréntesis.

Estos días, un destacamento del ejército norteamericano, con seis cazas F-16, participa en unas maniobras conjuntas con Brasil cuya finalidad es preparar a los integrantes para una posible misión humanitaria en Sudamérica. El presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro, también ha dicho en el pasado que consideraría una intervención en el país vecino si la crisis humanitaria sigue incontrolada. De momento, tres millones de refugiados han abandonado un país que se encuentra al borde del colapso.

Esta inclusión en la lista de patrocinadores del terrorismo puede ser la antesala a la que podría ser la sanción más grave: embargo sobre la compra de crudo venezolano. El mes pasado, empresas norteamericanas compraron una media de 601.000 barriles de petróleo venezolano al día, el máximo en un año. Son sólo el 7% de las importaciones de EE.UU., cuyo principal mercado es Canadá, seguido de Arabia Saudí y México.

Esas compras, sin embargo, sirven para apuntalar al régimen ante un escenario económico incontrolado en el que la inflación puede llegar all 1.000.000% a final de año.

Fuente: ABC

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