El ministro de Economía, Martín Guzmán, afirmó que el Gobierno no convalidará una devaluación del peso contra el dólar que esté por encima del avance de la inflación. “No va a haber devaluación. Vamos a continuar con el ritmo de depreciación del peso contra el dólar que venimos manteniendo, yendo de la mano con la inflación. En un proceso en el cual se busca de forma persistente y gradual ir reduciendo la inflación, a la velocidad que se puede”, dijo.
En declaraciones radiales, el funcionario admitió que la brecha cambiaria entre la cotización oficial y el resto de los tipos de cambio paralelos “es muy elevada” . “Hoy tenemos una brecha cambiaria muy elevada. Pero también se da una circunstancia en la cual hay superávit comercial, no hay pagos de deuda externa, y a pesar de lo que se dice hay 41.000 millones de dólares de reservas. Y hay controles de capitales”, apuntó.
“Lo que está generando la brecha es una expectativa de devaluación que no condice con lo que enfrentamos en el frente externo y que nos permite continuar con la política de cambio oficial para que vaya de la mano de los precios”, agregó.
El ministro dijo que el mercado como el de contado con liquidación es “muy chico”, dado que opera unos 30 millones de dólares por día, y señaló que esto “no tiene impacto directo en la macroeconomía” pero provoca “preocupación porque genera una brecha muy grande que alimenta expectativas que generan ansiedad”.
“En el mercado de CCL venía pasando que en los 4 años que precedieron a este gobierno hubo un proceso de entrada de capitales especulativos, se metieron en pesos, y empezaron a salir entre 2018 y 1019, pero hubo una parte que quedó atrapada y busca salir, y eso ha ido goteando a través del CCL. Esos son capitales que nunca tuvieron interés en la economía argentina. Para ellos hacemos una subasta de bonos en dólares que se puede integrar con bonos en pesos. Pero la brecha tiene que ver con actores que quieren salir de su posición en pesos con poco volumen, no tiene que ver con la economía real”, amplió.
Al ser consultado sobre si esto impacta en los precios o en el abastecimiento de productos, el ministro dijo que “por supuesto que las expectativas de devaluación indirectamente afectan a la economía, por lo que la brecha preocupa”.
“Por eso, apuntamos primero a estabilizar la brecha y luego a ir reduciéndola. Pero en un contexto de expectativas desancladas, estabilizar no es algo que se pueda lograr de un día para el otro y se acabó. Pero en los últimos diez meses, la inflación no se ha movido con el contado con liquidación ni con el blue, sino con el tipo de cambio oficial”, dijo.
“Vamos a estar absolutamente firmes en lo que venimos haciendo”, afirmó, y pidió “que lo financiero no contagie a lo real”.
Guzmán reiteró que “a pesar de que hay una brecha que genera ansiedad importante y nos ocupa, tenemos condiciones e instrumentos para continuar con la política cambiaria que venimos llevando adelante, en un proceso en el que se busca, además, de forma persistente, gradual y a la velocidad que se puede, ir reduciendo la inflación”, concluyó.
El titular de la cartera de Economía admitió que “hay un problema fuerte de déficit fiscal”, pero “tiene que ver con una situación extraordinaria como la pandemia” y que en el futuro está planeada una reducción de ese gasto, “no como un ajuste, sino como necesidad de redefinir cómo se gasta, debemos gastar en lo que más incide en la recuperación y la productividad”.
Anunció además que, en el marco del programa sobre el que se trabaja con el FMI, el Gobierno elabora “un programa fiscal plurianual” que tendrá “como mínimo tres años” de duración y que será enviado para su tratamiento al Congreso.
Remarcó que esta iniciativa apunta a concebir “la sostenibilidad fiscal no como una política de gobierno sino como una política de Estado, que es lo que la Argentina necesita”.
Por otro lado, dijo en declaraciones a Radio con Vos que “a una sociedad fracturada le cuesta mucho tener una economía tranquila. Si queremos ir para el lado que la le hace bien a la Argentina hay que tener más calma en el proceso de construcción colectiva”, porque “la grieta tiene un costo económico.
Sobre ese punto aseguró que “si hay algo que Alberto Fernández no quiere es la grieta” y “hoy tenemos una coalición de gobierno con un objetivo concreto de administrar y conducir una situación sin precedentes como la pandemia”.
Por último, consideró que el sistema impositivo argentino “es regresivo, le falta simplicidad. Hacen falta medidas tributarias para mejorar esto. Estamos trabajando en eso, y se hará en el momento que se estime oportuno. Pero en nuestro período de gobierno habrá una ley para darle simplicidad al sistema impositivo”.
Fuente: Ambito