El precio de los alimentos subió 11% en julio y acumula un incremento de 58% en lo que va del 2022, según el último relevamiento sobre la inflación récord del Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana (ISEPCI).
Según el estudio al que accedió Ámbito, una familia de dos personas adultas y dos hijos pequeños que en junio precisó $45.404,21 para comprar sus alimentos indispensables, un mes más tarde requirió $50.411,85, o sea un 11,03% más, para adquirir los mismos productos y evitar caer por debajo de la línea de indigencia.
Por otro lado, la misma familia necesitó $112.922,54 (11% más que en junio) para cubrir su Canasta Básica Total (CBT), que contempla un universo más amplio de productos indispensables. La CBT además de los alimentos, incluye transporte, salud, educación, mantenimiento del hogar, tarifas, combustibles, vestimentas, etc., cuya posibilidad de acceso marca el límite para evitar caer por debajo de la línea de pobreza.
El ISEPCI mide 57 productos de la Canasta Básica de Alimentos (CBA) a través de su Índice Barrial de Precios en 900 comercios de cercanía, ubicados en 20 distritos del conurbano bonaerense.
Inflación en alimentos: ¿Qué fue lo que más aumentó en julio?
Las frutas y verduras mantuvieron el “liderazgo” de las subas: 17,47% en julio y 74,57% desde principios de año. En tanto, los productos de almacén aumentaron 14,53% y 64,53% en los mismos períodos. Por último, las carnes se incrementaron 3,81% el mes pasado, y 43,81% desde enero.
Según el reporte, en esta parte del año los precios de los alimentos básicos subieron sistemáticamente. “Hubo meses como marzo que solo aumentaron 3,9%, otros como abril 8,8% y febrero 9,8%, pasando por mayo y junio en los que la proporción del 4,2% se repitió, llegando en julio al triste récord del 11%”, señaló.
Para director nacional del Isepci, Isaac Rudnik, es hora de “detener” el impulso inflacionario, que según estimó, es motivado por múltiples causas difíciles de abordar simultáneamente. “No puede buscarse ese objetivo frenando la actividad económica y achicando el déficit fiscal mediante la reducción del gasto del Estado. Por el contrario, el déficit en las cuentas públicas hay que reducirlo mediante el incremento de la recaudación imponiendo más contribuciones tributarias a los sectores económicos, que vienen incrementando sus ya enormes ganancias”, afirmó.
Fuente: Ambito