La muerte de Berlusconi abre interrogantes sobre el futuro de su Imperio

Si bien se sabía que Silvio Berlusconi, de 86 años, estaba transitando la última etapa de su vida después de que se hizo pública su enfermedad en la larga internación en el Hospital San Raffaele de Milán en el mes de abril a causa de una leucemia crónica avanzada, la noticia de su muerte fue un shock para el pueblo italiano.

El político y magnate que delineó los últimos 30 años de la política de Italia, fue cuatro veces Primer ministro, ideólogo del partido de centro-derecha “Forza Italia”, empresario de la construcción, propietario del mega grupo Fininvest, presidente del club Milán y luego del Monza, y fundador del imperio televisivo Mediaset que moldeó el imaginario nacional italiano durante las últimas décadas.

Su herencia Y ahora ¿qué pasará? Es la pregunta que circula en la opinión pública y en los ámbitos “de poder”, no sólo italianos sino europeos. Ya sin Berlusconi, entró en juego la herencia financiera y política. Mientras los títulos bursátiles del imperio subieron rápidamente cuando se conoció la noticia de su muerte al hipnotizar una posible venta y reorganización de las empresas y propiedades e hicieron volar su valor en la Bolsa de Milán, la pregunta que por estas horas se escucha es… ¿cuánto es la herencia económica de Silvio Berlusconi?. Sin considerar las inversiones financieras personales, alrededor de 2.000 millones de euros entre el patrimonio neto de las sociedades (editoriales, inmobiliarias, financieras) controladas directamente por él y bienes inmuebles que posee personalmente o a través de sus sociedades, como Villa San Martino en Arcore (su residencia principal y donde está siendo velado en estas horas por su familia hasta que mañana será trasladado al Duomo de Milán para el funeral de estado), la villa de Macherio en la cual vivió durante mucho tiempo su ex mujer Veronica Lario y la famosa Villa Certosa en Cerdeña, destino predilecto de Berlusconi durante los meses de verano y donde recibió a líderes políticos de todo el mundo, entre los muchos momentos compartidos con su polémico amigo Vladimir Putin.

Las cuotas accionarias de los hijos

El paso más delicado será la repartición del capital de Fininvest que está en el centro de un entramado empresarial que incluye participaciones significativas en tres empresas que cotizan en bolsa, el 53% de la editorial Mondadori, el 48% de Mfe televisión y el 30% de Banca Mediolanum. En total, su valor supera los 2.900 millones de euros. Sociedad que Berlusconi ya había dividido desde hace algunos años el 42,29% entre sus cinco hijos, empezando por los mayores Marina y Pier Silvio, pero también entre Eleonora, Barbara y Luigi.

De acuerdo a la ley italiana de legitimidad hereditaria, la cuota del padre se deberá dividir en partes iguales entre los cinco hijos. Y todo correría sobre ruedas si los cinco se siguen llevando bien como parece serlo hasta hoy. Pero con la división en partes iguales, los tres hijos del segundo matrimonio tendrían la mayoría de las acciones de Fininvest, empresa que desde hace años la dirigen sus dos primogénitos, Marina y Pier Silvio. Un problema para no subestimar si no se ha contemplado en el testamento que habría dejado Berlusconi y que podría crear una fisura familiar.

Mientras tanto, la junta de accionistas de Fininvest está convocada para los últimos días de junio, como todos los años, en donde se decidirá cómo se redistribuye el 61,2% del capital que conserva y las cuotas de los cinco hijos.

Si las acciones se repartieran equitativamente entre los cinco herederos, los últimos tres con Verónica Lario se encontrarían con la mayoría absoluta del capital (58%), dejando a los dos hermanos mayores en minoría. Un resultado que estaría en contradicción con el hecho de que Berlusconi designó a Marina (la mayor) al frente de la mega sociedad Fininvest y Mondadori, así como a Pier Silvio (el segundo hijo) al frente del Grupo Mediaset, que desde su traslado a Ámsterdam ha pasado a llamarse Mfe-MediaForEurope, con el objetivo de convertirlo en un Grupo más europeo.

Forza Italia: primer día de una nueva era

Es innegable que la muerte de Berlusconi deja un vacío de poder en “Forza Italia”, el partido político que él mismo fundó en 2013 y que ahora abre una vía de redefinición en todo el centro-derecha que gobierna actualmente Italia. El partido del Senador –el cargo político que tenía Berlusconi cuando murió- es el más moderado de los tres partidos que integran la coalición de gobierno, junto con “Hermanos de Italia” de Giorgia Meloni y la “Lega” de Matteo Salvini, y que a 24 horas de la desaparición de su líder transita por una nueva era en la escena política. Por estas horas, reina la preocupación en la sede del partido “Forza Italia” que se somete a una dura prueba de supervivencia con todo un futuro para reescribir: se hipnotiza que Meloni podría cerrar un acuerdo con los parlamentarios del “Cavaliere” y así llevárselos para sus filas, probabilidad que haría desintegrar el partido ideado por Berlusconi.

Otra posible opción, menos probable sería seguir con su formación actual y ampliar su participación a otras corrientes del centro que están reacomodándose y redefiniendo su identidad después de la derrota que sufrieron en las últimas elecciones. Tanto si “Forza Italia” resiste en su configuración actual, tal vez con un equipo de dirigentes ampliado a otras corrientes, como si se desintegra, se rumorea la hipótesis de un partido único que reúna las “derechas extremas” de Meloni y Salvini y precisamente lo que quedaría de Forza Italia, con un simple éxodo de los parlamentarios berlusconianos hacia “Hermanos de Italia” en solitario. Pero también hay quienes vislumbran escenarios de un “rassemblement” de centro-derecha, que miraría también a los moderados del centro como por ejemplo el ex Primer Ministro Matteo Renzi, que en las últimas horas ha twitteado palabras de elogio al líder fallecido.

Todos los movimientos tienen las miradas puestas en las próximas elecciones europeas que se celebrarán en 2024, en donde ya comenzó la caza de votos de los indecisos por parte de las coaliciones que se formen. Por estas horas existen muchos interrogantes. Sólo el tiempo dirá lo que pasará en las filas berlusconianas, en las finanzas de la poderosa dinastía y en la política italiana. Pero no podrá pasar demasiado tiempo, porque la economía empuja para encontrar soluciones dentro y fuera de la familia Berlusconi y la política no perdona el vacío de poder.

Fuente: Ambito

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