Con la firma de un convenio en secreto, la Ciudad decidió cederle al kirchnerismo el control de la ex ESMA y de todos los ex centros clandestinos de detención y tortura ubicados en la Capital Federal.
Así lo confirmó el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel en una columna publicada ayer en PERFIL, en la que mostró su preocupación por la decisión.
El acuerdo implica, para Mauricio Macri, ahorrarse unos $ 80 millones del Instituto Espacio para la Memoria (IEM), organismo autárquico que administra los ex centros clandestinos porteños ESMA, Virrey Cevallos, Atlético, Olimpo y Automotores Orletti, todos a cargo de organismos de derechos humanos no alineados con el kirchnerismo.
Para el gobierno nacional implica no tener obstáculos para ser los garantes de la política de DD.HH. y, en particular, poder avanzar con un moderno museo en el Casino de Oficiales (el edificio Cuatro Columnas), iniciativa resistida por los integrantes del IEM.
El convenio se celebró la semana pasada bajo la firma del jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, y la vicejefa porteña, María Eugenia Vidal. Supone el usufructo durante treinta años por parte de la Nación de todos los terrenos y el traspaso de todo el personal del IEM a la Secretaría de Derechos Humanos que ocupa Martín Fresneda, un hombre de La Cámpora. El IEM, así, desaparecería.
El convenio, que deberá ser ratificado por la Legislatura porteña donde el PRO, sumado al Frente para la Victoria, lograría la mayoría, surgió por un pedido de la Nación y forma parte de los acuerdos que viene sosteniendo Macri con Cristina Kirchner, como en el caso de la autopista Illia o las políticas de transporte.
Hoy la Nación tiene en sus manos gran parte del predio de la ex ESMA: un centro cultural, los estudios de Pakapaka y Encuentro, y también Nicolás Caputo, íntimo amigo de Macri, está construyendo un museo sobre Malvinas.
Para Facundo Di Filippo, ex legislador y ex miembro del IEM, “el PRO pretende ahorrarse dinero para despilfarrarlo en políticas mentirosas y el kirchnerismo quiere poner de rodillas a los organismos que no son obsecuentes con el modelo”. Enrique Fukman, integrante de la Asociación de Ex Detenidos-Desaparecidos de la ESMA, planteó: “No queremos que se cuente la historia oficial, con murgas y asados, y con este traspaso nos quedamos en manos de quienes plantean eso”. Por lo pronto, el martes habrá una reunión de los involucrados. Si bien no habría despidos, según Fukman ya se evalúa algún tipo de reclamo legal.
Fuente: Perfil