La más conocida… y la menos querida?

Según Tiempo Argentino, la diputada de la Coalición Cívica Elisa Carrió tuvo una parábola singular en las últimas dos elecciones. En 2011, cuando se presentó a la presidencia, sacó el 2% de los votos a nivel nacional. Dos años después, en las parlamentarias 2013, Lilita resurgió como el Ave Fénix, en el distrito en el que conserva su principal caudal electoral, la Ciudad de Buenos Aires. Se alzó con el 32% de los sufragios en la categoría de diputados, quedando a sólo dos puntos del PRO, que ganó en el distrito.

Esta recuperación pareciera quedar circunscripta al particular electorado capitalino y no trasladarse a la imagen de la diputada. Su hábito de eterna ruptura, que en las últimas semanas volvió con su renuncia a la coalición política que ella misma había ayudado a fundar meses atrás, el Frente Amplio UNEN (FAU), parece tener sus costos. Cabe recordar que Lilita reiteró con el FAU el modus operandi que había tenido con el Acuerdo Cívico y Social, en 2009, y antes, con la Coalición Cívica-ARI. Trabajó para hilvanar un frente con varias fuerzas y poco después de las elecciones lo dinamitó.

En el caso de Lilita, el “no sabe, no contesta” que suele incluir, entre otras cuestiones, el nivel de desconocimiento del votante sobre el candidato, suma sólo un 10,7%.
Toda esta introducción es para ir al punto: en la última encuesta de la consultora Ricardo Rouvier y Asociados, en la que entre otras cosas se midió imagen de varios dirigentes políticos a nivel nacional, Carrió logró un primer puesto que no es para envidiar. Obtuvo el mayor nivel de imagen negativa entre los dirigentes que aparecieron en la encuesta. Tiene 52,2% de percepción adversa contra un 37 a favor y un 10 que no se pronunció. A modo de comparación, Daniel Scioli obtuvo 64,7 de imagen positiva contra un 23,8 de negativa; Mauricio Macri un 56,1 a favor y un 35 en contra; y el diputado radical Ricardo Alfonsín, uno de los ex aliados de Carrió, 54,1 de percepción favorable y 34,7 en contra. Nada es gratis.

LA CONOCEN TODOS. El dato clave que le juega en contra a la diputada de la Coalición Cívica, que esta semana se fotografió divertida con Gabriela Michetti y Mauricio Macri alimentando la idea de un acuerdo con el PRO, es la relación entre su imagen negativa y el alto nivel de conocimiento que logra en el electorado. Entre los encuestadores circula una máxima según la cual aquel dirigente que es conocido por casi todos los votantes y reúne una percepción negativa por encima del 50% está en las peores condiciones para disputar una elección, sobre todo si se trata de una presidencial. En el caso de Lilita, el “no sabe, no contesta” que suele incluir, entre otras cuestiones, el nivel de desconocimiento del votante sobre el candidato, suma sólo un 10,7%.

La propia Carrió parece tener claro que, de presentar una candidatura presidencial, su performance podría volver al histórico 2% que logró en 2011. Acaso por eso, sus últimos movimientos la muestran más cerca del rol de armadora política (o desarmadora, según el punto de vista desde el que se evalúe) que trajinando calles en una campaña con final cantado.

Fuente: Tiempo Argenino

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