El ausentismo laboral es una de las grandes causas que afectan la productividad de las empresas y que además generan altos costos para los empleadores. Los especialistas coinciden en que las consecuencias directas e indirectas del estrés laboral -burnout- provocan siete de cada 10 inasistencias al puesto de trabajo y alcanzan al 80% de la masa laboral en el mundo. Otro tema a tomar en cuentan son los accidentes. Recomiendan enfocarse en la prevención.
El estrés es considerado como la primera causa de ausentismo laboral y disminución de la productividad por la Organización Mundial de la Salud (OMS), según un informe aportado a Ámbito Biz por IRT Medicina para Empresas.
La licenciada Alejandra Barreiro, de Wise Management, destaca que la situación de estrés es diferente según las distintas edades de los trabajadores, y también entre distintas áreas de una misma empresa. Y pone el burnout en números: afecta al 80% de la masa laboral en el mundo; la Argentina es el cuarto país con mayor índice de ansiedad; y tiende a producirse a partir de los 25 años. Hay empresas que se preocupan mucho por el clima laboral e intentan mejorarlo, explica. Es por eso que muchas apelan a convenios o instalación de gimnasios y otros espacios de dispersión. Barreiro afirma que siete de cada 10 causas de ausentismo tienen que ver directa o indirectamente con el estrés laboral y que cuando una persona está enferma falta o trabaja menos.
Las principales causas del burnout son sobrecarga de trabajo, exigencia y competencias desmedidas, presión sobre el cumplimiento de plazos, clima y acoso laboral, jornadas extensas, entre otras. Y el cuerpo pasa factura, por lo que quienes lo sufren manifiestan diversas patologías físicas que afectan no sólo la salud del empleado, sino la productividad de las empresas. Las personas se desmotivan y las organizaciones de debilitan, sostiene Barreiro.
Por su parte, el doctor Cristian Olazar, que encabeza el plantel de Sistema Médico Empresarial, resalta que se está viendo mucha prevalencia de las enfermedades de índole psicológica, que están aumentando día a día, producto tanto de cuestiones laborales como extralaborales. Cuando se aduce esto, hay que dirimir primero la situación concreta y luego la causa, porque muchas veces dicen que la causa es de índole laboral, dice. Los problemas de estrés no son considerados en la lista de enfermedades profesionales.
Para Olazar la prevención es fundamental, pero a la vez una gran deuda de las empresas, y revela que en el país no son más del 20% las que cuentan con servicio de asistencia médica en el lugar. Para reducir el ausentismo se deben suministrar los recursos y que haya protocolos para la prevención, agrega.
Si faltan cinco empleados sobre un total de 100, no incide tanto como en aquellas en que hay no más de 10 o 12, donde esa misma cantidad implica un porcentaje de ausentismo muy importante. Se acepta como un estándar normal entre un 3% y un 4% de ausentismo. Más de eso ya va a afectar en cantidad y calidad la producción, insiste.
ACCIDENTES, TRAUMAS Y CONFLICTIVIDAD
Informes de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo señalan que en 2014 se registraron 660.954 casos de accidentabilidad laboral (una reducción del 2,1% con respecto al año anterior). De éstos, 24.576 fueron producto de enfermedades profesionales, mientras que 443.213, de accidentes de trabajo y 137.898 in itinere.
La enfermedad profesional es aquella que se adquiere como consecuencia del riesgo que tiene el puesto de trabajo; es lo que las ART controlan periódicamente con exámenes para detectar que una persona que está expuesta a una determinada situación no sufra un trauma o empeore, explica Darío Pozzo, director médico laboral de IRT. El profesional señala que hay rubros complejos donde a pesar de las tareas de prevención son más propensos a las enfermedades profesionales y los accidentes, pero que las empresas son las más interesadas en que se reduzcan porque si tenés una alta tasa de accidentología los costos son más altos, tanto por lesiones como ante futuras acciones legales. Aclara que lo más importante es la salud del empleado y que además cada ausencia genera problemas en el puesto de trabajo, porque no es fácil capacitar a una persona, y muchas veces la persona que la reemplaza corre más riesgo de un accidente por no estar bien capacitada todavía en ese puesto.
En tanto, las enfermedades inculpables afectan operativa y económicamente a las empresas, que mucho no pueden hacer porque no están relacionadas con el trabajo, pero sí tienen que hacerse cargo del costo. Esto es lo que genera mayores conflictos porque los empleados muchas veces se manejan con certificados de médicos personales o de las obras sociales y es allí donde chocan los criterios con los de los profesionales laborales, que en ocasiones terminan en demandas. Otra cuestión que suele ponerse bajo la lupa es la posibilidad de que algún empleado presente un certificado apócrifo para justificar una inasistencia. Incluso el documento puede ser veraz, pero no así la dolencia. Y también se han detectado casos de profesionales que hicieron de la distribución de constancias un negocio personal. Por esto muchas empresas optan por hacer una especie de peritaje sobre la situación. Además, últimamente han aumentado aquellas que piden a las ART que realicen los exámenes periódicos a los empleados para evitar que alguna dolencia se profundice y evitar futuras acciones legales.
Como conclusión, Pozzo destaca que ha cambiado mucho la visión de los empresarios hacia sus empleados y que conviene prevenir, por costos y porque muchas veces es difícil conseguir personal para el reemplazo. A nadie le interesa tener accidentados y menos una demanda.
Fuente: Ámbito Financiero