El cierre de Macri en Córdoba

Los candidatos de Juntos por el Cambio cerraron con un acto multitudinario en Córdoba, igual que en 2015, su gira del “Sí se puede” con vistas a las elecciones del domingo. Emocionado por el marco, el presidente Mauricio Macri celebró lo que denomina “un octubre histórico”, consideró que “estamos cambiando la historia”, se esperanzó en que se concrete “la elección con mayor asistencia desde 1983” y aseguró que “esto no termina acá, tenemos una parada más” y nombró dos: la elección del domingo y la fecha del ballotage soñado. “Vamos que se puede, con Dios (sic) se puede más”, lanzó antes de que cantaran el himno.

Macri eligió una vez más para el cierre de campaña a la ciudad de Córdoba, que junto con la de Buenos Aires fueron las dos excepciones a la derrota de Cambiemos en las PASO. La diferencia más significativa con 2015 no fue el cambio de escenario (el estado Orfeo entonces, un espacio público frente a un shopping ahora) sino las ausencias de los dos principales organizadores de entonces: Emilio Monzó y Nicolás Massot. El peronista, presidente de la Cámara de Diputados, fue marginado desde el comienzo de la gestión por el núcleo duro macrista que se referencia en Marcos Peña. Massot, jefe del bloque de diputados macrista hasta días antes de las PASO, decidió auto-eyectarse de Cambiemos y desapareció voluntariamente del país para radicarse en los Estados Unidos, en teoría para hacer un curso de relaciones internacionales en la Universidad de Yale.

Tampoco lo acompañaron referentes de la alianza como la libertadora Elisa Carrió ni los principales candidatos, que eligieron cerrar sus campañas lejos de Macri: Horacio Rodríguez Larreta en la selecta barriada de Belgrano y María Eugenia Vidal en la cancha de Platense, en Vicente López. Sólo estuvieron la primera dama Juliana Awada, el candidato a vicepresidente Miguel Pichetto, que celebró tal vez su último cumpleaños como senador, y el radical Mario Negri, que ofició de anfitrión.

“Acá está la fuerza de este país, la locura por el futuro. Acá empezó, acá se tomó el impulso del cambio, no me voy a olvidar nunca ese 2015. Claro que se puede, acá arrancó el Sí se puede, que inundó el país entero, el país los escuchó”, fueron las primera palabras de Macri, visiblemente excitado.

Agradeció a los cordobeses porque “fueron los que me dijeron ‘no estás solo’ y yo estoy acá para decirles ‘ustedes no están solos’”, grito un par de veces. “Esta marcha maravillosa que nos ha energizado, nos ha llenado de esperanza, no termina acá, tenemos una parada más, que es el 27 y el 24 de noviembre, donde tenemos que consolidar esta esperanza, esta convicción, con el voto que cambiará la historia de la Argentina para siempre”, gritó.

Luego apuntó al enemigo que se esmera en construir. “No nos vamos a quedar callados, en silencio, viendo cómo nos roban el futuro. Quieren que nos callemos los que estamos acá y pensamos distinto, pero ya demasiadas veces nos aguantamos el dedito, el atril, la prepotencia y la soberbia. Vasta de esa forma de gobernar”, arengó. “Somos una mayoría que pensamos así, que queremos convivir de otra manera, pero también tenemos que asumir que somos una enorme mayoría que durante muchos años estuvimos en silencio, hasta con miedo, mirando la política desde lejos, como diciendo ‘no me voy a meter porque las cosas no tienen arreglo’, y eso fue un enorme error, porque dejamos sin querer un espacio vacío y lo ocuparon aquellos que se ocuparon de creerse dueños del Estado y de lo público, y hasta se animaron a decir ‘vamos por todo’ y quisieron ir por todo, y nuestra libertad es innegociable”.

Después hizo la habitual broma (para el imaginario cambiemita) de los colectivos. “¿Dónde están los colectivos? ¿Cómo vinieron hasta acá? ¿Sí, solitos? ¿Nadie les dio nada? ¿Nadie les pidió nada?”, preguntó para deleite de los suyos. “Claro que no, claro que no”, y siguió con la rutina de preguntas obvias para que una y otra vez le respondieran gritando “Si”.

–¿Queremos votar por la honestidad?

–Sí

–¿Queremos votar por la educación y el trabajo?

–Sí

Y así con “el gobierno que esté al servicio de los ciudadanos”, “para enfrentar las mafias y el narcotráfico”, “por una justicia independiente” y “para decirle basta a la impunidad”. “Claro que sí, por todo eso que nos une vamos a votar el domingo”.

El reiterado libreto de la gira de despedida siguió con el acting de autocrítica y pedido de perdón. “Costó más de lo que pensábamos. Los problemas que tenemos que enfrentar son más profundos de lo que imaginamos y, como saben, porque nadie les regaló nada, lleva tiempo resolverlos”.

“No caigamos en espejismos, en promesas de los que nos defraudaron tantas veces, tantos años. Ahí lo que hay son abusos, privilegios que defienden con mentiras y patotas. No caigamos otra vez en escuchar (sic) a aquellos que destruyeron la Argentina con el dedito levantado decir que son los que saben. ¿Que saben qué? Por favor”, dijo ofuscado.

“No dejemos que las dificultades nos hagan dudar de lo que hemos logrado, de qué país queremos, y muchos menos que nos hagan abandonar los sueños maravillosos que tenemos y que son posibles”, planteó, y pidió vivir “sin miedo, basta de miedo”. “Siempre voy a estar con ustedes para cuidarlos y decirles que se puede, y que nunca más nos digan que tenemos que resignarnos a que no se puede, porque sí se puede”, gritó desaforado.

Después de unas palabras de Juliana Awada, el acto se cerró con reiteradas confesiones de amor por Córdoba (“los amo con locura”), con pedidos para corear “Argentina, Argentina”, muecas de besos y abrazos, y un llamativo “vamos que se puede, con Dios se puede más”.

Fuente: Pagina 12

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