Festejo en Plaza de Mayo por los 38 años de la democracia argentina con la presencia de Lula Da Silva y Pepe Mujica

Fue una celebración de la democracia con todas las letras: plaza llena, música y alegría. En el mensaje central, seguido con atención por la multitud, Cristina Kirchner y Alberto Fernández se refirieron a la renegociación de la deuda con el FMI. Cristina pidió que el Fondo ayude al país a recuperar los dólares que se fugaron y están escondidos en paraísos fiscales. “Presidente comprométase a que cada dólar que encuentre en el exterior se lo vamos a dar primero al Fondo, de los que se la llevaron sin pagar impuestos”, propuso, además de que convoque a todos los partidos para que le digan al organismo que no se aprobará ningún plan que comprometa la recuperación económica. “Tranquila Cristina, no vamos a negociar nada que signifique poner en compromiso el crecimiento, el desarrollo social en la Argentina”, respondió luego el Presidente. Y cerró, con Lula y Pepe Mujica como testigos privilegiados: “no tengas miedo, que si el Fondo Monetario me suelta la mano voy a estar agarrado de la mano de cada uno de ustedes, de cada argentino”.

El Presidente fue el principal impulsor del encuentro y quedó muy contento con el resultado, según describía un integrante de su entorno. “En la plaza hubo buen clima, el discurso de Alberto tuvo fuerza y la foto de todos juntos quedó muy potente”, era la evaluación que hacían en la Casa Rosada. Resultó una jornada redonda, con clímax en los discursos que iniciaron cuando caía la tarde y concluyeron ya de noche. Pepe Mujica había adelantado que no hablaría, pero al final dijo algunas palabras. “La democracia no es perfecta, no puede ser perfecta porque los humanos no somos perfectos, pero hasta ahora no hemos encontrado un sistema mejor”, saludó el ex presidente en nombre del pueblo uruguayo.

Un rato antes habían compartido la entrega de los premios Azucena Villaflor en el Museo del Bicentenario. Ya entonces Lula había percibido el cariño argentino como respuesta a la cárcel injusta y tanto tiempo sin tenerlo de visita. En la Plaza, el cariño se multiplicó por cien mil. Emocionado, el ex presidente de Brasil recordó la época que le tocó gobernar en coincidencia con muchos gobiernos progresistas en la región, entre los que mencionó a Néstor y Cristina. Se detuvo en el lawfare. “La misma persecución que me llevó a la cárcel, es la misma persecución de la que es víctima Cristina aquí en Argentina”, subrayó.

Lula y sus acompañantes quedaron impactados por la masividad en la Plaza. Su fotógrafo, Ricardo Stuckert, realizó unas panorámicas maravillosas y el jefe de los diputados del PT, Paulo Pimenta, no se cansaba de filmar a la multitud. Lula debió imaginar un acto diferente porque tenía escrito un discurso que avisó dejaría de lado para hablar de las bondades de la democracia igualitaria y culminar con un reconocimiento especial a Alberto Fernández por aquel gesto de ir a visitarlo a su lugar de detención en Curitiba apenas días después de ser designado candidato a presidente. “Compañero Alberto, puede tener la certeza que, en cualquier situación, este señor que está hablando, con 76 años pero con la energía de un joven de 20, estará a su lado para que pueda hacer lo necesario para mejorar la vida del pueblo argentino”, avisó.

Teléfono para el Fondo

A Cristina se la vio súper energética, sin cansarse de saludar a la gente a un lado y al otro del escenario. Desde abajo, la energía le volvía recargada, con ese magnetismo que sabe generar desde el micrófono. Hizo una reivindicación de los 12 años y medio de kirchnerismo. “Aunque no les guste, los peronistas generamos mas clase media en la Argentina que nadie, que no me vengan con pavadas. Después vino otra vez la noche”, rememoró. Hubo silbidos y algún cantito recordando a Mauricio Macri. La vicepresidenta paró los insultos aunque hizo un repaso de sus desventuras judiciales, en paralelo a las de Lula. “Acá estamos otra vez”, remarcó. Por las pantallas gigantes mostraron a Estela Carlotto, Taty Almeida y Lita Boitano aplaudiendo en el living improvisado sobre el escenario desde donde seguían los discursos.

En el Museo del Bicentenario, todos los que hablaron coincidieron en pedir que Lula gane las elecciones de Brasil del año que viene. El contraste que genera con Jair Bolsonaro es total. Cristina repitió el deseo desde el escenario. “Va a volver, Lula va a volver”, respondió de inmediato la gente. “Mire compañero, no es que pronostique nada, pero cada vez que cantaron eso no se equivocaron”, dijo la vice. Lula se rió junto a Alberto. Cristina ingresó en el problema de la deuda. “El Fondo Monetario Internacional ha vivido condicionando a la democracia argentina”, afirmó. En esa línea, llamó a los radicales a “despabilarse”. “Los dos presidentes radicales que tuvieron los tumbó el Fondo Monetario Internacional”, les advirtió.

El ministro de Economía, Martín Guzmán, seguía sus palabras atentamente desde un costado del escenario. Junto a él había otros ministros como Daniel Filmus, Juan Cabandié y Eli Gómez Alcorta y legisladores como Eduardo Valdés y Victoria Tolosa Paz. “Ante las grandes adversidades, grandes acciones”, propuso entonces Cristina. Allí fue cuando advirtió que a Argentina no le falta dólares, sino que a los dólares se los llevaron afuera. “Necesitamos que el Fondo nos ayude a recuperar, de los paraísos fiscales a donde se han ido miles de millones de dólares en evasión para que les paguemos”, remarcó.

Mucho más que dos

Había quienes le habían transmitido al Presidente alguna duda por hacer una movilización tan pronto luego de la multitud reunida para el día de la Militancia. Pero Fernández siguió con su idea y el acto de ayer le dio la razón. “¡Feliz día de la democracia!”, arrancó, para hacer un racconto sobre la larga lucha por los derechos humanos en el país, que ahora pretenden poner en tensión desde posiciones de extrema derecha. Pero no esquivó las definiciones sobre el acuerdo con el FMI. “Tranquila Cristina, no vamos a negociar nada que signifique poner en compromiso el crecimiento y el desarrollo social en la Argentina”, afirmó. La vicepresidenta asintió y aplaudió. 


Adelantó que cumpliría con las obligaciones tomadas por el país como en su momento habían hecho Néstor y Cristina, pero que no serían a costa de la salud ni la educación pública, ni del salario ni de las jubilaciones. “¡La Argentina del ajuste es historia!”, concluyó. El cierre fue con abrazos y con Cristina a puro baile con los hits cumbieros que se escuchaban de fondo. Ni las abuelas se resistieron a tirar algunos pasitos. “Se los vio bien a los dos”, aseguraban cerca del Presidente. En la mitad de mandato de gobierno, el Frente de Todos pudo exhibir una postal de unidad arriba y debajo del escenario, un punto de partida para impulsar lo que queda por delante.

Fuente: El Destape

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