Con asfalto por adoquines, le bajan el ruido a la avenida más infernal de la Ciudad

Es Triunvirato. Le sacaron el empredrado entre Elcano y Monroe, y así redujeron hasta 5,5 decibeles la contaminación sonora por el tránsito.

Las avenidas General Paz, Lugones, 9 de Julio Sur y Triunvirato compartieron durante muchos años una característica distintiva: ser las más ruidosas de la Ciudad, hasta llegar a niveles insoportables para los vecinos y para las personas que trabajan en sus inmediaciones. Ahora Triunvirato -que era la más estruendosa- se desmarcó y, según las últimas mediciones sonoras, en algunos tramos llegó a bajar hasta 5,5 dB (decibeles, la unidad que se utiliza para medir la intensidad del sonido).

¿Cómo se logró? Básicamente, quitando los adoquines y asfaltando el tramo de esa avenida que va desde Elcano hasta Monroe. Son alrededor de 20 cuadras que atraviesan los barrios de Villa Urquiza, Villa Ortúzar y una parte también de Parque Chas. Si bien son barrios típicos de casas bajas, Triunvirato es un importante centro comercial a cielo abierto, con comercios, bares, restaurantes y empresas de servicios.

Y en los últimos tiempos, todo el adoquinado de la zona estaba en mal estado. Muchas partes se encontraban sin mantenimiento, con las piedras movidas y con salientes que además eran peligrosas para el tránsito. El rodamiento de los autos sobre el adoquín generaba un ruido molesto, ensordecedor y constante. La familia Campos vive desde hace 30 años en la esquina de Berna y Ginebra, a una cuadra de Triunvirato, en una típica casa de esta zona de la Ciudad, con planta baja, primer piso, terraza y ventanas al frente: “El sonido era como un zumbido que se metía en todos los ambientes. De día, la televisión estaba siempre alta. Al final te terminas mal acostumbrado”, le cuenta un integrante de la familia a Clarín.

Consultada por este medio, Silvia Cabeza -presidenta de la Asociación Civil Oír Mejor- destaca que la baja en los decibeles “es absolutamente significativa. Es necesario tener en cuenta lo siguiente: en materia de ruidos, 2 x 2 no es 4. Porque la multiplicación de la onda sonora es exponencial”, precisó. Además indicó que la percepción es subjetiva, lo que indica que hay personas que podrán sentir una mejora más importante que otras, pero mejora al fin.

Para la Organización Mundial de la Salud (OMS) las cifras aceptables de ruidos en las calles -para una gran urbe como es Buenos Aires- deberían ser de entre 65 y 70 dB. En algunas ciudades europeas, como París o Madrid, se realizan mediciones en tiempo real sobre el impacto del sonido y se implementaron controles estrictos sobre los vehículos, especialmente en los caños de escape y los motores. Además, desde hace más de diez años promueven el uso de motores eléctricos en los autos, que son absolutamente silenciosos.

Los estándares de Buenos Aires están muy lejos de estos ejemplos. Pero quizás se puedan llevar a cabo acciones que ayuden a bajar el impacto, como esto que ocurrió en Triunvirato. Otra es la reconversión del Área Central en Prioridad Peatonal. Calles tremendamente invasivas a nivel sonoro, como Tucumán entre Carlos Pellegrini y Alem, dejaron de ser insoportables de transitar gracias a este concepto de “caminabilidad”. Sucede también en barrios como Retiro. Pero por supuesto, esto no puede replicarse en todos lados.

Recientemente AUSA implementó la colocación de un asfalto poroso en algunas obras. Algo que los especialistas consideran interesante. No resuelve todo, pero ayuda. Los resultados pueden apreciarse, por ejemplo, en los tramos que fueron renovando de las autopistas 25 de Mayo y Perito Moreno. Allí, de acuerdo al Ministerio de Desarrollo Urbano porteño, el ruido bajó un promedio de 2 db. A partir de esa experiencia, en todas las obras nuevas utilizan este material.

Desde el Ministerio de Ambiente y Espacio Público de la Ciudad explicaron cómo hicieron para medir esta diferencia en el sonido. “Entre mediados y fines de 2018, y durante una semana, se instalaron estaciones de monitoreo en tres puntos determinados de la avenida: al 2875 (a la altura de Heredia), al 4285 (y Juramento) y al 4388 (en la esquina de Mendoza). Allí colocaron micrófonos a 4 metros de altura. Luego se realizó el trabajo de asfaltado y para fines de marzo se realizó el mismo monitoreo, en los mismos puntos”.

A la altura del 2875, se detectó en la previa 72,4 dB y 71 en una etapa posterior (-1,4 de diferencia); a la altura del 4285 pasó de 73,5 a 70,7 (-2,7 dB); y en Triunvirato 4388 se registró la mayor baja, que fue de -5,5 dB (de 75,9 en la previa a 70,4). Esto a nivel diurno. Así los valores quedaron cerca de los 70 decibeles que establece la Ley 1540 de contaminación sonora que, entre otras cosas, obliga a realizar un “mapa del ruido”.
En la franja horaria nocturna se detectaron bajas similares. La mayor fue la de Triunvirato 4388 que descendió de 72 dB a 66,6 (-5,4). Sin embargo esta cifra sí que aún está lejos de los valores indicados en la misma ley, que son de 60 dB.

La familia Campos sintetiza: “No es la panacea, pero mejoró mucho. Para nosotros, que estamos a una cuadra de la avenida, es muy evidente. Vamos a ver si logramos bajar un poco el volumen de la tele”.

Fente: Clarín

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