Pobreza, inflación y desocupación: los temas que eligió Alberto Fernández para criticar la gestión de Macri

La primera imagen de Alberto Fernández en la transmisión fue una sonrisa. Sin embargo, por momentos pasó de mostrarse calmo a verse molesto y a perder el hilo luego de las acusaciones que le llegaron tanto del lado de Mauricio Macri como de José Luis Espert. Pasó del ataque a la defensa.

En el arranque, el candidato a presidente del Frente de Todos intentó mostrar su perfil de profesor de Derecho y Abogado, frente a un Presidente que proviene del sector empresarial. En sus 45 segundos libres del inicio apuntó: “Aquí se enseña que un presidente no debe involucrarse en la Justicia y que no se puede firmar decretos que favorezcan a sus hermanos”.

El tono fue firme y con un dejo de enojo en la voz similar al de la semana pasada. Después golpeó con su dedo el atril y planteó que en lugar de hablar de esos temas durante los últimos días “se dedicaron a mi índice”, en referencia a las muchas críticas por un gesto que repitió el domingo 13. “Vuelve el dedito, el atril, el autoritarismo”, había advertido la semana pasada Mauricio Macri. Fernández le respondió hoy, en su presentación: “Mi índice solo marca errores y señala inconductas. Sería bueno que nos dediquemos a otros índices, el índice de desocupación, de pobreza, el índice inflación. Ocupémonos de lo importante”.

En su entorno habían prometido que seguiría usándolo, pero el gesto se vio mucho menos porque recibió ataques de Macri y de Espert a los que no evadió sino que respondió.

En sus dos minutos sobre Seguridad, el candidato del Frente de Todos no polarizó con Mauricio Macri ni con el resto de los candidatos. Cambió el tono, habló más lentamente, pareció contenedor e hizo una propuesta. Como abogado y profesor de Derecho Penal, dijo, “no esperen que les dé soluciones fáciles”. Y agregó que el mayor problema es “la desigualdad”.

“Las sociedades más igualitarias son las que menos crimen tienen”, agregó. Al tiempo que indicó que “Argentina ha generado gran desigualdad” y “el entramado social se ha quebrado”. Planteó la pérdida de empleo, la falta de alimentos en las familias y la ruptura de la contención en las familias, clubes y otras organizaciones. Por eso aseguró que “vamos a reconstruir el control social”. Pero, subrayó que “al que delinque hay que castigarlo” y anunció que si gana la elección creará un Consejo de Seguridad donde estarían todos los sectores vinculados con el tema “para que de una vez haya una política criminal que le ponga límite al delito”.

En los 30 segundos libres se hizo cargo de la crítica de Macri, que aseguró que creció el narcotráfico cuando Fernández fue jefe de Gabinete. Entonces, el candidato del Frente de Todos recuperó el tono combativo de la semana pasada y habló mirando de reojo al jefe de Estado: “Presidente Macri, no nos parecemos en nada, gracias a Dios no nos parecemos en nada. Lo que sí me preocupa como a usted es el narcotráfico porque llegó para instalarse”. Y continuó: “Por mucho de lo que usted dice, el consumo de droga ha aumentado, eso quiere decir que el negocio crece”. Le pidió hablar con seriedad, menos marketing y más seriedad. Hasta ahí, se pareció a la apuesta de la semana pasada.

La segunda ronda de 30 segundos libres le tocó antes que a Macri, por lo que se adelantó y ofreció estadísticas. “El Presupuesto de Seguridad cayó un 38%, respecto al 2015 no aumentó. Me preocupa”, volvió a hablar con la mirada dura y un tono más calmo en la voz que siete días atrás. Macri había marcado como diferencia: “Nosotros nos preocupamos por las víctimas”. “El último año hubo 3662 personas asesinadas, no creo que se hayan sentido muy protegidas por usted” concluyó y volvió a pedirle que hable con “la verdad” en sintonía con su insistencia del episodio anterior cuando repetía “Macri miente”. Ese había sido también el eje en las redes sociales y en su exposición durante el debate de Santa Fe.

Fernández eligió a sus acompañantes por proximidad y según los temas que se tratarían. Lo acompañó Marcela Losardo, su amiga, socia y ex viceministra de Justicia. También el candidato a diputado nacional Sergio Massa, que tanto cuando fue intendente de Tigre como en sus distintas campañas electorales se focalizó en el estudio y las propuestas de Seguridad.

Por federalismo, que es un eje de su campaña, llevó a gobernadores e intendentes: Juan Manzur y Sergio Uñac, de Tucumán y San Juan y Martín Insaurralde y Mariano Cascallares, de Lomas de Zamora y Almirante Brown.

También invitó a figuras del PJ porteño, su distrito, como Matías Lammens y Mariano Recalde, las caras más visibles como candidato a jefe de gobierno y a senador respectivamente. E incluso llevó a Mayra Mendoza tal vez como espaldarazo para ayudarla en su pelea contra Martiniano Molina en Quilmes.

La diferencia entre el tono de hoy de Fernández y el de la semana pasada fue sutil. En el contenido, estuvo casi siempre a la defensiva y sus exposiciones, en general, fueron respuestas a dichos de Macri o de Espert. Hubo momentos en los que habló más al espectador del debate que al candidato. Interpelado por Macri, hubo más idas y vueltas que la semana pasada.

También en el segundo bloque hizo propuestas. Primero, claro, partió del balance negativo sobre la gestión macrista a la que le atribuyó la tasa de desempleo más alta de los últimos 13 años, “lo que es coherente porque tenemos un presidente que cree que el trabajo es un costo”.

“Al Presidente no le preocupa mucho el trabajo, ha cerrado el ministerio, ha dejado que el desempleo ocurra”, comenzó y describió un escenario en el que “el presidente cree que trabajo es un monotributista que se sube a la bicicleta” y agregó que “el Presidente uberizó la economía argentina, el empleador se quita obligaciones y el que trabaja pierde derechos. El trabajo en blanco es la mejor garantía de paz social”.

Usó más cifras sobre la gestión de Cambiemos: “Se cerraron 43 pymes por día” y “la actividad económica no paró de caer”. Propuso entonces “poner en marcha las pymes” y desdolarizar las tarifas que “benefició a los amigos del Presidente”. Denunció, señalando a los gobernadores presentes (Juan Manzur de Tucumán y Sergio Uñac de San Juan “que no me dejan mentir”) “porque el Presidente ha llevado las obras a sus distritos amigos, nada llegó al interior del país”.

En los 30 segundos adicionales de la segunda ronda en materia energética, se defendió de las denuncias de corrupción en la gestión kirchnerista con un fuerte ataque. “Presidente en materia energética lo que hizo fue llenar los bolsillos de sus amigos, subió las tarifas de una manera tan cruel que nos quedamos sin energía”, expuso y no esquivó el ataque macrista: “Usted me dice a mí que no vi la corrupción cuando era jefe de Gabinete ¿y usted en el clan Macri no vio la corrupción? Cuando murió su padre nos enteramos que dijo que fue el responsable. ¿No vio lo que pasaba en su familia? Hablemos en serio, a mí no me va a correr”.

José Luis Espert usó su tiempo para preguntarle al candidato del Frente de Todos sobre los casos de corrupción que investiga la Justicia: “¿Usted no vio nada o fue cómplice de eso?”

Fernández se defendió con cierto malestar: “Cuando tuve diferencias me fui a mi casa y desde que renuncié nunca ningún juez me citó a declarar. No es la misma suerte la que tendrá Macri que el día que deje el gobierno lo esperan más de 100 causas. No tengo nada que ver con la corrupción. Puedo darle clases de decencia”.

Al hablar de federalismo, Fernández recuperó la calma y la fluidez en el habla. Es uno de los temas sobre los que más se ha explayado durante toda su campaña. Hilvanó sus habituales discursos sobre su voluntad de gobernar los 24 mandatarios provinciales. Pero trastabilló y no encontró la palabra adecuada cuando al referirse a la calidad institucional y el rol del Estado hizo alusión a corrupción macrista.

“Un presidente que prometió calidad institucional y lo primero que hizo fue nombrar dos jueces de la Corte por decreto y luego entró por la ventana y usurpó un cargo en el Consejo de la Magistratura desde donde nombró jueces y vació la Cámara Federal”.

Prometió resolver la corrupción con control del Estado. “Han llamado a la corrupción conflictos de… de… éticos y económicos”, salió del paso cuando evidentemente deseaba decir “conflictos de intereses”. “Hay que terminar con los empresarios que llegan al gobierno y que desde allí hacen negocios para sus empresas. Eso es lo que el Estado debe hacer, prevenir la corrupción”, retrucó en la presentación del tema.

Sólo Nicolás del Caño ayudó un poco a Fernández que después del turno de Macri hizo referencia al decreto con el que se perdonó parte de la deuda al Correo como empresa de la familia del Presidente y, entre otros temas, el nombramiento de Juan José Aranguren como ministro de Energía tras su paso por Shell.

Los 30 segundos para opinar libremente los usó para hacerse cargo de la pregunta de Macri respecto a una posible “Conadep del periodismo” como dijo alguna vez Dady Brieva. “La prensa corre peligro con Macri, no conmigo”, aseveró tras contar que durante toda la campaña dio entrevistas a todos los que se la pedían, incluso sus opositores.

En el siguiente medio minuto preguntó a Macri sobre denuncias de corrupción que se investigan: “¿Qué pasó con los parques eólilcos, cómo fue que su hermano terminó blanqueando dinero cuando la ley se lo impedía hacer, qué va a hacer con el Correo que no pagaba los cánones cuando su hermano tenía dinero en el exterior”. Los argentinos tenemos dudas, y hablan de su conducta Presidente”.

Por primera vez abrió una ronda cuando el debate ya llevaba casi una hora y media. Fue evidente en su gestualidad,que recuperaba la cal ma al hablarle a la cámara sin mirar a su principal oponente, con propuestas además. Primero, como en los demás temas, hizo una diagnóstico. “Definitivamente no nos parecemos en nada Presidente”, tomó lo último que había dicho Macri sobre a las diferencias entre ambos. “Cuando usted termine su mandato la Argentina va a tener un 40% de pobres, uno de cada dos chicos de 14 años fue atrapado por la pobreza, tres millones y medio de argentinos que cayeron en la indigencia”, enumeró las cifras sobre pobreza sin dudar. Le recordó también que hizo campaña cuatro años atrás con la promesa de “pobreza cero”. “Mintió, una y otra vez”, retrucó y entonces avanzó sobre el plan Argentina contra el hambre que presentó dos semanas atrás en la Facultad de Veterinaria y Agronomía. “Multiplicó el hambre”, concluyó antes de prometer ocuparse del ambiente.

En el tiempo libre Fernández volvió al eje de lo que es su campaña, apuntar a la pobreza y el hambre para responsabilizar al Presidente. “Está haciendo pasar hambre a la gente” se molestó y pometió que se ocupará del tema. “El presidente no lo hace”, cerró.

Sobre viviendas, retrucó que “Macri se acordó del problema de la vivienda en estos últimos 5 minutos, el presupuesto se redujo sensiblemente, los créditos Procrear se redujeron 81%, los créditos UVA iban a ser una solución y hoy son un drama para miles de familias”.

En el último minuto Alberto Fernández hizo un resumen de uno de los discursos que repitió en su campaña. Recitó un fragmento de La cigarra, la canción de María Elena Walsh. E hizo un llamado a toda la sociedad, que es lo que quería hacer más allá de la confrontación con Macri. El mensaje fue lo que intentó mostrar el equipo de comunicación y de redes del Frente de Todos en la previa: esperanza sin grieta. Así, tras resumir parte de la historia del país desde la Dictadura a la Aliana, aseguró que “llegamos con Néstor y Cristina y pusimos a la Argentina de pie. Y entonces llegó Macri y acá estamos empezando otra vez. Que en la grieta se queden ellos, vamos a abrazarnos todos, nos merecemos la Argentina que todos soñamos”.

Fuente: Infobae

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