Bergoglio, el actor clave detrás de la reunión entre Slim y Alberto en México

El presidente electo argentino Alberto Fernández comentaba horas antes de volar hacia CDMX que cuando fue jefe de gabinete en los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Kirchner trató con Carlos Slim y que siempre se entendieron bien. La realidad es que la reunión a solas que tendrán este lunes ocurre por intervención directa de Jorge Bergoglio, que le pidió al magnate que reciba y “apoye” al futuro presidente ante la grave situación económica y social que vive la Argenitna tras la administración de Mauricio Macri.

Está poco documentada la cercanía que el dueño de Telmex tiene con el jefe de la cristiandad. No hay fotos ni anuncios de encuentros pero se encuentran en contacto permanente. Slim es “main sponsor” de la iniciativa del Papa “Scholas Occurrentes” y en privado abona la teoría de que Bergolgio está en la mira de una conspiración del capitalismo internacional que busca apartarlo del papado.

La relación entre ambos está atravesada además por figuras de todo tipo. Desde el nuncio en México Franco Coppola, habitué de conciliábulos en todo el arco político mexicano, hasta Gustavo Menendez, jerarca del peronismo en el municipio de Merlo, en las afueras de Buenos Aires.

Estas cercanía, y el pedido papal, permiten una reunión a solas que en principio llega antecedida por varios elementos disonantes para Slim. Fernández es muy cercano al Grupo Clarín, donde es socio el financiero regiomontano David Martínez que tiene malos antecedentes con el el hombre más rico del país a partir de la caída del aeropuerto de Texcoco.

Cuando Fernández dejó el gobierno de Cristina Kirchner a los pocos meses la ex presidente solía comentar fuera de los micrófonos que en frente de ella cuando Héctor Magnetto (CEO de Clarín) llamaba a Fernández (entonces jefe de gabinete), este se dirigía al empresario con el apelativo de “jefe”.

Además Slim es competidor de Clarín en Argentina con su marca Claro: de hecho, Slim sufre en el país sudamericano lo mismo que sus competidores reclaman en México: que al no haber una regulación fuerte es imposible competir de igual a igual contra el gigante comunicacional de Argentina.

Otro detalle un tanto menos visible: Slim compró bonos de YPF cuando Cristina Kirchner estatizó la empresa en 2012. La operación le implicó al magnate dolores de cabeza a causa de ciertas maniobras de Repsol en el momento en el cual Fernández era asesor de esa empresa española. Fricciones que este lunes, tras la reunión de Fernández con AMLO, quedará en evidencia hasta que punto han sido superadas.

Fuente: La Politica Online

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