En plena restauración, el Congreso recibirá al próximo presidente con andamios en su fachada

El 10 de diciembre, cuando Mauricio Macri y Alberto Fernández ingresen al Palacio del Congreso para realizar la ceremonia de traspaso de mando, sucederá una curiosidad vinculada al patrimonio porteño: este edificio magnífico, uno de los más grandes del mundo, les dará la bienvenida con su fachada renovada. Claro que el trabajo, que forma parte de la primera gran restauración integral del palacio, se podrá adivinar solo a través de los andamios, ya que quedará totalmente descubierta recién para el fin de este verano.

Junto a la Casa Rosada, el Congreso conforma el Eje Cívico de Avenida de Mayo. Y por estos días, no es el único edificio en obra. Hacia Callao, otro símbolo del patrimonio local es la Confitería Del Molino​ y se encuentra también en obra.

“La conservación forma parte de la vida de los monumentos. Y el Palacio del Congreso es uno de los más valiosos que tenemos en la Ciudad. Es verdad que en nuestro país no estamos acostumbrados a estos procesos y los vemos como algo molesto, como símbolo de deterioro o decadencia. Son procesos largos, que demandan sus tiempos. Sin embargo, estos andamios son un símbolo de preocupación por la conservación”, le dijo a Clarín el arquitecto Fabio Grementieri, de la Comisión Nacional de Monumentos, Lugares y Bienes Históricos. Tanto en el Palacio como en la Confitería del Molino, la Comisión hace un trabajo de seguimiento sobre el proceso de restauración. El Palacio legislativo es Monumento Histórico desde diciembre de 1993.

El Congreso -con sus dos cámaras- fue proyectado por el arquitecto italiano Vittorio Meano, que previamente trabajó en el Teatro Colón junto a su socio, Francisco Tamburini. Meano no llegó a verlo inaugurado, porque falleció en 1904, dos años antes de su inauguración. Los trabajos habían arrancado en 1897 y concluyeron, formalmente, en 1947. Las cuatro caras del edificio (Entre Ríos, Rivadavia, Combate de los Pozos e Hipólito Yrigoyen) tienen 600 metros lineales.

Para devolver el aspecto original al frente del Palacio, el equipo del PRIE -el Plan Rector de Intervenciones Edilicias- trabajó en los últimos meses limpiando, reparando y reponiendo los faltantes. El hollín, el guano de palomas y murciélagos, las filtraciones, la pintura y las plantas provocaron durante décadas un gran deterioro. También las lluvias y la contaminación hicieron su parte. La fachada se veía oscura y degradada.

“Logramos recuperar la piedra. La fachada luce como si estuviera iluminada”, confirmó a Clarín la arquitecta Catalina Liotti, directora de obra. Ya se realizaron pruebas para retirar la malla plástica de protección que lo recubre y en los próximos días comenzaran a sacarla para que el 10 de diciembre se pueda ver a través de los andamios. Para Liotti una parte importante del proceso de restauración es que los trabajos continúen, más allá de las gestiones.

De hecho, estas obras sobre la fachada de avenida Entre Ríos se enmarcan dentro de este plan rector (PRIE) que arrancó en 2012 y tiene una fecha de finalización estimada en 2035. El objetivo a lo largo de estos años es recuperar el valor histórico y arquitectónico de esta pieza monumental que aloja las cámaras senadores y diputados. Además de la restauración, se trabaja en la funcionalización del palacio, por ejemplo, modernizando las instalaciones y “escondiendo” las conexiones, como los cables, que colgaban por todas partes; se restauraron vitraux que se encontraban casi abandonados; se desinsectó la boiserie del Salón Eva Perón, que estaba llena de bichos que deterioraban la madera; se trabajó en la restauración interna de las cúpulas; además, se realizó un trabajo muy importante en la característica cúpula verde, que corona todo el conjunto.

Los salones por los que circularán los presidentes, sus comitivas e invitados, ya se encuentran sin andamios; son el Salón Azul, y su espectacular araña, y también el Atrio, el espacio que continúa inmediatamente a las puertas principales.

Cuenta Liotti que “se trata de la primera recuperación integral del edificio. Y para ambas cámaras se siguen los mismos parámetros y criterios”. Se realizaron 11 licitaciones públicas para llevar a cabo las obras. Algunos de estos trabajos se llevaron a cabo con personal del Congreso y otros, con especialistas contratados especialmente para ese tipo de trabajo. Todo debajo del paraguas del PRIE.

La piedra de la fachada, de diferentes tamaños y grosores, es caliza original de una cantera inactiva de la provincia de Córdoba. Los restauradores consiguieron los permisos necesarios y lograron retirar las cantidades acordes para realizar los arreglos. El granito que se encuentra en el basamento, de unos 6 metros de alto, es de Uruguay, y se halló una veta similar de la piedra en Colonia y otra en Tandil.

Sobre la historia de la fachada, cuenta Grementieri que “justamente la de Avenida Entre Ríos es la primera que se terminó… y a las apuradas. En las crónicas, los medios de la época contaron con detalle que las obras estaban lejos de haber concluido para el momento de la inauguración”. Ese día fue el 12 de mayo de 1906, cuando aún no había asientos en el recinto. Recién en 1946 se dio por finalizada la obra completa, cuando se colocó el revestimiento de mármol del exterior.

Fuente: Clarin

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