Hace tiempo que la mayoría de los empresarios de la Argentina admiten que Guillermo Moreno es el funcionario más influyente del gobierno de Cristina. La novedad en el poder es que, desde hace tiempo, esa misma sensación se ha ido trasladando a los dirigentes políticos. Y el supersecretario de Comercio Interior y Exterior viene haciendo mucho para fortalecer esa idea. Porque ya no sólo dedica su tiempo a monitorear el comportamiento de las empresas; a presionar a los agentes de cambio para que equilibren el dólar blue o a poner en marcha experimentos cuasifinancieros como la super card con la que intenta encontrarle un freno a la inflación real. El Moreno de hoy también le cede parte de su agenda a mantener encuentros con los grupos políticos del kirchnerismo que preparan sus planes, sus argumentos y sus candidatos para las decisivas elecciones legislativas de agosto y de octubre.
¿Esto quiere decir que Moreno podría ser candidato a diputado o a senador este año? El secretario de Estado que ascendió con Néstor Kirchner y se consolidó con Cristina se niega a dar una respuesta concreta cada vez que alguien se lo pregunta.
Pero los dirigentes que se reúnen habitualmente con él para hablar del presente y el futuro político del país creen que el cambio de actitud del funcionario obedece al objetivo de asumir protagonismo político. Algunos no descartan que termine intentando ser candidato a legislador en octubre y otros lo imaginan pugnando por la presidencia del PJ porteño, un sello que tiene que ver más con el marketing que con el poder real ya que el peronismo no gobierna la ciudad de Buenos Aires desde que es electoralmente autónoma.
Hasta el año pasado, Moreno reducía su actuación política a reuniones de micro militancia en la unidad básica que desde siempre regentea en el coqueto barrio de Las Cañitas. Pero ya lleva un tiempo asistiendo puntualmente a los encuentros del kirchnerismo porteño que coordina La Cámpora (a través del diputado Andrés Larroque) y lideran el senador Daniel Filmus, el ministro Carlos Tomada, los legisladores Juan Cabandie, Juan Carlos Dante Gullo y el sindicalista Víctor Santa María, entre otros dirigentes del distrito. Moreno los ha invitado incluso a las oficinas de la Secretaría de Comercio donde les ha explicado el porqué de algunas de sus medidas económicas o, más recientemente, el sentido del avance sobre la Justicia que la Presidenta denomina “democratización” para la tribuna.
Un kirchnerista porteño lo explica así. “Ahora que el modelo se desinfla un poco, algunas de las cosas que hace Moreno nos mantienen vivo el entusiasmo”. Y de eso se trata. El hombre que se puso guantes de box en una asamblea de Papel Prensa acicatea con su estilo arrebatador a un oficialismo que vive su hora de confusión. Algo parecido sucede entre los referentes del equipo económico de Cristina. En medio de las dudas de los otros y de las internas silenciosas, Moreno logra que su ímpetu lo haga parecer un ministro de economía que no es ni aspira a ser. Candidato, dirigente partidario, fantasma en el celular de tantos empresarios, la incursión en la política tal vez le alcance a Moreno para sobrevivir a un kirchnerismo que empieza a mirar el futuro con clima de final de época.
Fuente: El Cronista