¿Dónde puse las llaves del auto? ¿Cuándo vencía la cuota de la tarjeta? ¿Qué tenía que hacer después de llevar a los chicos a la colonia? ¿A qué hora era el turno con el médico? Si sos de las que imprescindiblemente necesitan anotar y tener una check list de cada una de las tareas programadas para el día – porque de lo contrario dejás un tendal de compromisos incumplidos- seguramente la culpa sea de tu (falta de) memoria.
Sucede que “los olvidos benignos se deben a alteraciones en el proceso de fijación de los recuerdos”, explica el Dr. Alejandro Enrique Caride, jefe del Servicio de Neurología del Hospital Alemán. Y sigue: “Generalmente, esta situación se presenta en oportunidades en que la persona se halla bajo tensión psicológica, fatigada o realizando varias tareas al mismo tiempo”.
En el proceso de fijación de los recuerdos interviene la atención, otra importante función cognitiva. “Si la atención no valida el registro que se encuentra en el sistema de memoria de corta latencia, este recuerdo no se almacenará en los dispositivos neurales de larga latencia”. ¿Algo de todo esto te resulta conocido? Entonces, ¡Te damos algunos consejos útiles para que puedas revertirlo!
Memo tip N°1: Cambiá la rutina
La falta de memoria de corto plazo no se debe a la edad o a que las neuronas se mueran y no se regeneren, sino a la reducción del número de conexiones entre sí de las neuronas o dentritas (ramas de las neuronas). Esto sucede por una sencilla razón: falta de uso. Así como se atrofia un músculo sin uso, las dentritas también se atrofian si no se conectan con frecuencia y la habilidad del cerebro para meter nueva información se reduce. Las actividades rutinarias son generalmente inconscientes, hacen que el cerebro funcione en automático y requieren un mínimo de energía, entonces las experiencias pasan por las mismas carreteras neuronales ya formadas. Por eso, creá una nueva rutina que ejercite tus neuronas. Por ejemplo, usá la mano no dominante para comer, escribir, lavarte los dientes; tomá diferentes caminos para ir al trabajo, cambiá la ubicación de algunas cosas (al saber dónde está todo, el cerebro ya construyó un mapa). Podés chequerlo cambiando el tacho de basura de lugar; vas a ver la cantidad de veces que tirás los papeles en el viejo lugar.
Memo tip N°2: Decilo en voz alta
Cuando se trata de la memoria hay cuatro mandos del cerebro que entran en juego: la observación, la concentración, la visualización y la asociación. Y por ende, para recordar por ejemplo dónde dejaste tu iPod por enésima vez en el día necesitás aplicar estos cuatro en forma simultánea. En síntesis: vas a tardar menos en mirar el objeto con atención por unos segundos y decir en voz alta dónde los estás dejando, que en tener que buscarlo por toda la casa.
Memo tip N°3: Respirá
“El estrés aumenta la producción de la hidrocortisona, la cual, se ha probado que reduce las funciones de la memoria”, explica el Dr. Garry Small, autor de The Memoru Prescripction . Entonces, si vivís a mil, corriendo para llegar a hacer tooodo los pendientes de tu día, la solución es poder tomarte un minuto para vos y liberarte del estrés. ¿Cómo? Sentate y ponete cómoda, respirá profundo y dejá salir libremente el aire. Tratá de descansar los músculos de tu frente, así como los de tu cuello y hombros. Al concentrarte en la relajación músculo por músculo, tus pensamientos se enlazan, evitando que tu mente se disperse.
Memo tip N°4: Ponele imágenes
¿Te suele pasar que en el medio de una fiesta te viene a saludar alguien que no tenés ni la remota idea de dónde lo conocés? O tal vez, al dar un examen en la facultad o en la presentación de tu trabajo, ¿no lográs retener ciertos conceptos? Quizás necesites crear reglas mnemotécnicas que te ayuden a relacionarlos con imágenes o palabras que te faciliten acceder a los contenidos que buscás. Mirá este video y aprendé a poner en práctica reglas simples que te ayudan a recordar.
Memo tip N° 5: Una por vez
Seguramente mientras estás leyendo esta nota, también estás hablando por teléfono y en otra ventana estás respondiendo un mail y, como si fuera poco, chequeas si hay novedades en el muro de tu Facebook. ¡Agotador! Por más que en teoría hacer muchas cosas al mismo tiempo parezca eficiente, resulta en un trabajo mediocre y segmentado por donde lo mires y perjudica severamente a la memoria.
Si hacés cinco cosas a la vez usás el 20% de tu cerebro para cada tarea; diluyendo así su potencial y habilidad para concentrarte. Probalo la próxima vez que en la oficina alguien te pide algo mientras estás respondiendo mails. Alejate de la computadora y concentrate únicamente en el pedido de tu compañero. Vas a ver cómo tu memoria retiene la conversación y la tarea pedida no se pierde de vista tan fácilmente.
Fuente: Oh la la