ROMA.- “Cuenten comigo, estoy a disposición”, le dijo el Papa, contó la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, emocionada y satisfecha, en una conferencia de prensa posterior a su breve encuentro con el papa Francisco al final de la audiencia de los miércoles, en el que le entregó una carta.
En una conferencia de prensa en la residencia del embajador argentino ante la Santa Sede, Juan Pablo Cafiero, Carlotto dio detalles de esos dos minutos con el Papa. “Estoy satisfecha y embargada por la emoción: las Abuelas estrechamos las manos de dos papas anteriores, pero nunca de un Papa argentino”, arrancó.
Enseguida recordó que si bien nunca le había estrechado las manos a Jorge Bergoglio en Buenos Aires “porque no se dio”, “hoy recuperamos el tiempo”. Así, dejó a un lado las primeras críticas al ex arzobispo de Buenos Aires que emitió cuando él fue electo jefe máximo de la Iglesia.
El Papa, que se acercó a la zona en la que ella se encontraba en primera fila, la saludó diciéndole: “Hola señora ¿se acuerda que nos vimos en un acto en homenaje a Chiara Lubich (fundadora del Movimiento de los Focolarinos) en la Catedral?”.
Acto seguido, Carlotto le regaló al Papa el pañuelo, símbolo de las Abuelas y le entregó una carta en la que le pidió que ayudara a encontrar a los 400 nietos que siguen faltando, a través de la apertura de los archivos de la Iglesia en la Argentina y del mismo en el Vaticano.
“Y él dijo «Cuenten conmigo, estoy a disposición» y eso fue suficiente porque lo que queremos es que nos ayude a encontrar a nuestros nietos. Él dijo que recemos por él y nosotros le pedimos que rezara por nuestros nietos”, contó Carlotto.
Tanto Carlotto como sus acompañantes en el viaje, la abuela Buscarita Roa y el legislador porteño, Juan Cabandié, hijo de desaparecidos, recibieron un afectuoso saludo del Papa en la Plaza San Pedro.
“A Buscarita le bendijo el pañuelo y le dijo también «cuenten conmigo». Fue como una transmisión de afecto, una transmisión de la Iglesia que queremos los católicos. Es un hombre sencillo, con mirada clara, que nos besó. Cuando le dijimos que Juan era un nieto recuperado, él sabía”, detalló Carlotto.
Cabandié le contó al Papa que estaba leyendo el libro realizado por la Celam (Conferencia Episcopal Latinoamericana) sobre la reunión de Aparecida que el Pontífice le regaló a Cristina Kirchner el 18 de marzo pasado, que para él resultó “una grata sorpresa”. “Juan también le manifestó su preocupación por la agresión física que sufren hoy muchos jóvenes en la Argentina por razones políticas y él [el Papa] asintió y dijo que era un problema”, contó Carlotto.
La presidenta de Abuelas destacó que en su breve encuentro “no hubo protocolo, sino simpatía y el diálogo con un cura de barrio”. “Nos costaba soltarle las manos”, confesó, emocionada. “Por la edad, puede ser nuestro hermano y él sabe.., Y si nos dijo que contáramos con él, nos vamos muy satisfechas”.
Ante preguntas sobre las críticas que le hizo en su momento al Papa, Carlotto no dio marcha atrás. “La historia no se borra, él nunca habló de nuestros nietos y había dolor en nosotras, las abuelas, simplemente porque no habló. Y llegó la oportunidad… La vida es eso, oportunidades y las abuelas tenemos paciencia”, dijo.
Carlotto, por otra parte, denunció a la cúpula de la Iglesia argentina que “fue cómplice de la dictadura” y a “otros que son responsables por omisión”. “Pero no pedimos que nos pidan perdón, sino que nos ayuden a encontrar nuestros nietos, que son 400. Las abuelas no queremos morirnos sin encontrarlos”, sostuvo. “Nosotros no pedimos nada imposible: que se abran los registros de la Iglesia en la Argentina, porque ahí debe haber información y que los curas que saben algo y no nos importan sus nombres, que hablen. Si es necesario, volveremos al Vaticano por si necesitan que colaboremos con nuestras estrategias”, indicó.
“Me voy de acá con más fuerza, más impulso y mucha esperanza”, concluyó, finalmente, la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, que subrayó que el Papa “comprometió su mediación”.
Fuente: Clarin