Tener hábitos saludables suma 15 años de vida a las mujeres y 8,5 a los hombres
Los buenos hábitos tienen tanta influencia en la salud que pueden agregar mucho tiempo de vida. De hecho, las mujeres con rutinas adecuadas suman 15 años de vida mientras que los hombres logran 8,5 años más, concluyó una nueva investigación.
Los autores de la Universidad de Maastricht explicaron que la clave se encuentra en cuatro rutinas muy saludables: no fumar, hacer actividad física al menos media hora por día, alimentarse sanamente y mantener un buen peso corporal. “Este estudio sugiere que la adherencia a cuatro factores de vida saludables puede reducir sustancialmente la mortalidad prematura en los hombres y en las mujeres”, dijo Author Piet van den Brandt, uno de los autores. Sus conclusiones fueron publicadas en la revista científica “American Journal of Clinical Nutrition”.
HÁBITOS PARA LA VIDA.
Los autores trabajaron con 120.852 personas de 55 a 69 años de edad, evaluando la influencia de los cuatro estilos de vida en el riesgo de muerte. Van den Brandt notó, en primera instancia, una clara asociación entre las rutinas saludables y la mayor expectativa de vida tanto en los hombres como en las mujeres. De hecho, los cuatro pilares de la vida sana permitieron que las mujeres agregaran 15 años y los hombres 8,5 años a sus vidas.
Con respecto a la nutrición, la dieta mediterránea resultó particularmente beneficiosa para las mujeres. Esta alimentación se caracteriza por ser rica en pescado, frutas, vegetales, legumbres, frutos secos y granos integrales, y por incluir poco alcohol y carne roja.
Las damas con el estilo de vida menos adecuado mostraron un riesgo de muerte cuatro veces mayor que sus colegas más saludables. De hecho, las mujeres con los peores hábitos tuvieron un peligro de fallecer similar al de las damas 15,1 años más grandes.
En el caso de los hombres el riesgo de muerte fue 2,5 veces más alto en los menos disciplinados, de manera que estos caballeros poco saludables exhibieron un peligro de fallecer similar al de los varones 8,4 años mayores.
Van den Brandt también observó una relación entre la educación y la expectativa de vida, ya que las personas con un nivel bajo o medio de educación mostraron un riesgo más grande de morir prematuramente.