Con la intención de despejar los rumores que generaban cada vez mayores problemas internos en la CGT oficialista, Cristina Kirchner envió ayer un mensaje a los sindicalistas que integran la conducción de esa central sindical. “La Presidenta me pidió que les transmita que el sistema de salud no se toca”, los tranquilizó la Superintendenta de Servicios de Salud, la ultra kirchnerista Liliana Korenfeld. Y para terminar de serenar a los sindicalistas, agregó: “Ayúdenme a mantener este sistema de excelencia que son las obras sociales”.
Fue ayer a la tarde, durante una reunión entre la funcionaria y 10 dirigentes de la CGT que encabeza Antonio Caló. Entre todos los temas que llevaron en su agenda los sindicalistas, uno de los que más los preocupaba era la posibilidad de que el Gobierno avance con un proyecto de estatización de la millonaria caja de las obras sociales sindicales y la creación de un sistema integrado de salud en el que las obras sociales pasen a ser simples proveedoras. Ese plan es atribuido al titular del PAMI, Luciano Di Césare.
Korenfeld les trasmitió ayer justamente lo contrario a los dirigentes de la CGT alineada con la Casa Rosada. Les dijo que desconocía esa iniciativa y que Di Césare directamente no tiene ingerencia en el área de las obras sociales. Se dice, desde hace tiempo, que hay una fuerte interna entre el titular del PAMI y la jefa de la Superintendencia de Servicios de Salud.
En la reunión, Korenfeld les aseguró a los sindicalistas que el dinero que el Estado le retiene desde hace años a las obras sociales -el sindicalista José Luis Lingeri estimó ayer la cifra en $ 16.000 millones- se encuentra depositado en una cuenta del Banco Nación. “Ese dinero es intocable”, les aseguró.
Hasta ahora muchos sindicalistas dudaban de que los fondos realmente existieran y que no fueran más que un asiento contable.
La funcionaria les propuso ayer a los gremialistas: “¿Por qué no me traen propuestas para poder volcar ese dinero a la salud?”. Las fuentes consultadas detallaron que en ese momento el líder de la UOCRA, Gerardo Martínez, contó que su obra social estaba construyendo dos clínicas y que le faltaban recursos para terminarlas.
En la CGT ahora empezarán a discutir qué otras propuestas se le llevarán a la funcionaria para que el Gobierno les empiece a devolver esos millonarios fondos. “No me sonó a una cama ni que nos quieran entretener durante algunos meses con esto; la verdad es que la mina me pareció sincera”, confió anoche un sindicalista. Además de Caló, Martínez y Lingeri, integraron la delegación sindical Oscar Lescano, Armando Cavalieri y Carlos West Ocampo, entre otros.
Al principio del encuentro hubo mucho enojo. “Nos piden apoyo y nos mandan los recursos con cuentagotas”, se quejó un sindicalista.
Korenfeld exhibió una presentación en power point de la realidad económica de las obras sociales de los presentes y los fondos que cada una recibió desde 2009.
Fuente: Clarin