En diálogo con los periodistas que lo acompañaron en el vuelo de regreso de la Jornada Mundial de la Juventud, el papa Francisco sostuvo que “si una persona es gay, y busca a Dios y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarla?”. Sin embargo, condenó el supuesto tráfico de influencias dentro de la jerarquía eclesiástica por casos de curas homosexuales. Hace 3 años, en su rol de arzobispo porteño, Bergoglio había convocado a una “guerra de Dios” contra el Matrimonio Igualitario.
Francisco respondió a las consultas sobre el caso del monseñor Battista Mario Salvatore Ricca y sus presuntas relaciones homosexuales difundidas por la prensa italiana, sobre quien especificó: “Con respecto a monseñor Ricca, he hecho lo que el derecho canónico manda hacer, que es la investigación previa. Y esta investigación no dice nada de lo que se ha publicado. No hemos encontrado nada”.
Y agregó: “Muchas veces en la Iglesia se va a buscar los pecados de juventud y se publican. Y hablo de pecados, no delitos como los abusos de menores. Pero si una persona -laica, cura, o monja- comete un pecado y luego se arrepiente, el Señor la perdona. Y cuando el Señor perdona, olvida. Lo importante es hacer una teología del pecado”.
“Si una persona es gay, busca a Dios y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarlo?”, dijo el papa durante la conferencia de prensa concedida a los cerca de 70 periodistas que lo acompañaban en el vuelo de regreso a Italia tras la visita de una semana a Brasil. “El problema no es tener esa tendencia, sino constituir un lobby. Ese es el asunto más grave para mí”, declaró.
Por otra parte, Jorge Bergoglio aseguró que no se asustó cuando vio el informe Vatileaks, aunque lo consideró “un problema grande”. “Cuando fui a ver al papa Benedicto, después de rezar en la capilla nos reunimos en el estudio y había una caja grande y un sobre. Benedicto me dijo: ‘En esta caja grande están todas las declaraciones que han prestado los testigos. Y el resumen y las conclusiones finales están en este sobre’. ¡Lo tenía todo en la cabeza! Pero no, no me asusté”.
Además, el pontífice justificó no haber mencionado el aborto o el matrimonio igualitario durante sus discursos porque “la Iglesia ya expresó su posición sobre esos temas”.
Fuente: Pagina 12