El gobierno porteño busca nuevas fuentes de ingresos. Ahora, intentará consensuar con la oposición un atajo legislativo para, finalmente, poder comenzar a cobrar impuestos a la actividad del juego. En la mira están, principalmente, los dos casinos flotantes y las tragamonedas que funcionan en el Hipódromo de Palermo; hasta ahora, las entidades han obtenido recursos de amparo favorables que impiden a la Ciudad recaudar por este rubro.
Con este objetivo, el jefe de gobierno, Mauricio Macri, convocó a los jefes de los bloques parlamentarios a una reunión para mañana, de la que participarán también el jefe de gabinete, Horacio Rodríguez Larreta, y el ministro de Hacienda, Néstor Grindetti.
A fines de 2008, la Legislatura incorporó en la ley tarifaria para 2009 una alícuota del 8% en concepto de Ingresos Brutos que se aplicaría sobre la facturación total de todas las casas de juegos de azar. La propuesta había sido impulsada por el legislador Aníbal Ibarra (Frente Progresista y Popular).
Pero, según recordaron tanto Ibarra como miembros del Poder Ejecutivo, los empresarios del juego cuestionaron ante la Justicia en lo Contencioso Administrativo Federal la potestad de la ciudad autónoma para gravar la actividad.
Adujeron que las concesiones fueron otorgadas por Lotería Nacional SE, quien los regula. Además, sostuvieron que el gobierno porteño ya recibe ingresos provenientes del juego por el acuerdo firmado con Lotería Nacional.
Ese convenio establece un “régimen de distribución de utilidades que produzcan los juegos que explota y comercializa Lotería Nacional en la ciudad”, mientras que Lotería mantiene la fiscalización del juego. Asimismo, fija que el 65% de las ganancias tiene como destino el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación y el otro 35% va para el Instituto del Juego porteño.
Actualmente, la Ciudad recibe 320 millones de pesos anuales por ese convenio. Los fondos se reparten entre el Instituto de Vivienda de la Ciudad (IVC) y políticas sociales.
Según fuentes de Bolívar 1, la dificultad para recaudar la alícuota del 8% reside en que la ley establece que se debe aplicar sobre la facturación, y no sobre las ganancias. Una modificación en ese sentido podría hacer viable el cobro. Otra posibilidad, dijeron, sería crear un gravamen al juego específico, por fuera de los Ingresos Brutos. Las alternativas comenzarán a ser analizadas mañana.
“Espero que esta vez se logre que [las casas de juego] paguen impuestos. Aunque sospecho que puede haber algún acuerdo previo del gobierno porteño con los empresarios”, sostuvo Ibarra.
Fuente: La Nacion