Dos escenarios y seis horas de música, en su mayoría reggae, fueron las características de la inauguración de Ciudad del Rock, un predio especialmente diseñado por el gobierno porteño para albergar a bandas nacionales e internacionales que funciona desde el 28 de septiembre en lo que alguna vez fue el Parque de la Ciudad, ubicado en Villa Soldati.
A lo largo de sus seis horas inaugurales, 70 mil personas desfilaron por el reciclado espacio para disfrutar de grupos como Riddim, Los Pericos, Dancing Mood, Gondwana, The Original Wailers, Rico Rodríguez y Dread Mar I, lo que puso el sello de éxito a la iniciativa.
Un predio exclusivo para el desarrollo de conciertos musicales era una necesidad que la Ciudad siempre vio insatisfecha. Las quejas de los vecinos por el ruido, las vibraciones y el desfile de gente en las cercanías del Club Ciudad, el Monumental o la cancha de Ferro (usuales espacios utilizados para recitales), obligaron a varias bandas de gran convocatoria a trasladarse al más idóneo pero menos inaccesible Estadio Único de La Plata.
En tanto, el abandonado Parque de la Ciudad, que supo brillar hace treinta años como Parque Interama, con sus juegos, fuentes de agua danzantes y la Torre Espacial de 200 metros, dejaba que el olvido creciera sobre sus 120 hectáreas, tras el cierre que impuso en 2008 el por entonces flamante Jefe de Gobierno porteño Mauricio Macri.
Ante estas dos realidades, el macrismo finalmente procedió a matar dos pájaros de un tiro y aprovechar el espacio en desuso del parque de Soldati para realizar eventos musicales sin perturbar a nadie. Y, según lo que se vivió el 28 de septiembre, la movida resultó bien.
Sin embargo, sectores opositores ya alzaron sus voces en contra de esta iniciativa. La defensora adjunta del Pueblo porteño, Graciela Muñiz, presentó una acción de amparo que frustró la realización del famoso festival Rock in Rio en la Ciudad, por considerar que el predio es cedido ‘sin ningún tipo de contraprestación’.
Muñiz expresó que “se entrega el Parque de la Ciudad, recursos y apoyos sin ningún tipo de contraprestación a cambio, para realizar un festival de rock”. “La creación de Ciudad Rock es una abierta violación a la normativa vigente que establece audiencia pública y trámite de doble lectura en la Legislatura”, agregó.
Con el ambicioso proyecto de ser sede del Rock in Rio anulado definitivamente, el gobierno porteño no dio marcha atrás con su nuevo espacio y así, además del festival reggae de septiembre pasado, albergará en los tres primeros días de noviembre al Quilmes Rock, célebre espectáculo que solía realizarse en el estadio de River Plate.
Este acuerdo también encontró la resistencia de Muñiz, dado que Siberia S.A. , empresa organizadora del evento, se compromete por contrato a pagarle a la administración porteña una suma de 180 mil pesos a cambio de la explotación de los 160 mil metros cuadrados de Ciudad del Rock. “El precio es irrisorio porque en el convenio Siberia calcula que asistirán unas 15.000 personas por día. El festival dura tres días y las entradas van de 350 a 700 pesos. Si se toma como promedio 500 pesos por 45.000 asistentes, da como resultado 22.500.000 pesos”, detalló Roberto Yaben, colaborador de la defensora adjunta del Pueblo.
A pesar de estas trabas, el público que ya visitó el predio se mostró más que satisfecho. El Rock, un movimiento cultural importantísimo en la vida porteña, luego de tantos años de pedir permiso en lugares ajenos, finalmente tiene un espacio propio.
Fuente: Ciudad 1
