Gobernadores de 18 provincias esperan llevarse hoy de la Casa Rosada un alivio al menos temporario para sus cuentas fiscales, que asoman complicadas en 2014. El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, los recibirá a las 11 para suscribir un acuerdo de “refinanciación de deudas”, que regirá por tres meses, con posibilidad de renovarse, a través de un sistema de compensación con Aportes del Tesoro Nacional, según anticipó el propio Capitanich el lunes pasado.
El tema de las deudas provinciales fue un eje común de las rondas de diálogo que inició Capitanich con los mandatarios, desde su asunción el 20 de noviembre. Es que muchas provincias tienen sus cuentas en rojo y pese a ello deberían empezar a pagarle sus deudas a la Nación desde enero, ya que el Presupuesto 2014 no prorrogó el período de gracia contemplado en el Programa Federal de Desendeudamiento que había lanzado Cristina Kirchner en mayo de 2010, y en cuyo marco se refinanciaron esas deudas hasta 2030 (por 20 años).
Capitanich había salido el lunes al cruce del gobernador de Corrientes, el radical Ricardo Colombi, quien amenazó con emitir una “cuasimoneda” para afrontar los gastos de 2014. Para el jefe de Gabinete, fue un “exabrupto y una exageración”.
Pero ayer otra voz de alerta se alzó desde un aliado del kircherismo, el misionero Maurice Closs: “Estamos confiados en que el Gobierno nacional entenderá nuestra situación, que es compleja en serio.
Se está buscando una ‘bicicleta’, porque las provincias no estamos en condiciones de pagar, y la Nación es justamente nuestra acreedora ”, se sinceró.
La situación fiscal de las provincias se agravó con las crisis policiales y las “paritarias de facto” logradas por los uniformados, con salarios promedio iniciales de $8.500. Hasta que estallaron esos conflictos, el Gobierno parecía descartar una nueva prórroga general o decisión común a todas las provincias. Muy poco antes, Capitanich le dijo a Clarín que la cuestión se iba a abordar de manera “bilateral” con cada uno de los 18 distritos endeudados. Pero parece haberse impuesto una solución general, si bien provisoria por el plazo de los tres meses, que podrán renovarse a partir de metas presupuestarias a cumplir por las provincias.
Así, estas deudas seguirán siendo un instrumento político que tiene el gobierno central para manejar la relación con los gobernadores, en un contexto en que Cristina Kirchner necesita su apoyo para transitar sus dos últimos años.
Todos los presupuestos 2014 de las provincias contemplaron recursos para afrontar sus obligaciones con la Nación, que esperaba “recuperar” unos $6.000 millones por este concepto.
La más endeudada es por lejos Buenos Aires, que en su Presupuesto prevé para 2014 un pago a la Nación de poco más de $ 4.600 millones. Corrientes destinó $356 millones a pagar servicios de deuda; Río Negro, $348 millones; San Juan $152 millones; Jujuy, $375 millones. Mendoza, con números complicados, por deudas antiguas y también de estos últimos años deberá afrontar pagos en 2014 un 400% superiores a este año, con más de $1.600 millones.
Las deudas provinciales vienen de mediados de los ‘90, producto de asistencias financieras, rescates de “cuasimonedas” y canjes de deuda. Cuando la Presidenta puso en marcha el Programa en 2010, el stock de deudas ascendía a $ 65.500 millones. Sólo cinco distritos no estaban endeudados: San Luis, Santa Cruz, La Pampa, Santa Fe y Santiago del Estero.
Se espera que hoy pasen por la Rosada los gobernadores de Buenos Aires, Chaco, Catamarca, Chubut, Córdoba, Corrientes, Entre Ríos, Jujuy, La Rioja, Mendoza, Misiones, Neuquén, Río Negro, Salta, San Juan, Santa Cruz, Tucumán y Tierra del Fuego.
Fuente: Clarín