Los problemas en el suministro eléctrico y la ola de calor no quedaron afuera de la última conferencia de prensa del año del jefe de Gabinete, Jorge Capitanich.
El funcionario aprovechó el espacio de comunicación con periodistas acreditados a Casa de Gobierno para anunciar el pago de deuda por 901 millones de dólares, volver a responsabilizar a las empresas distribuidoras de energía por las interrupciones -que se suceden desde hace 15 días en distintos barrios de la Ciudad y del Gran Buenos Aires- y remarcar que la calidad del servicio no depende la tarifa que se aplique.
“La responsabilidad primaria y principal es de las empresas”, enfatizó Capitanich, al tiempo que minimizó la incidencia de los cortes de luz. Para el jefe de Gabinete sólo afectan al “uno o tres por ciento de los lugares” y se focalizan “en algunos edificios o en algunas cuadras”.
El mandatario ubicó la generación de los inconvenientes dentro de un escenario de “emergencia climática” y subrayó que el ejecutivo nacional comenzó a trabajar en un plan de asistencia sanitaria desde el primer día, “a diferencia de la Ciudad, que conformó, recién el sábado, un comité de crisis”. Sin abandonar la ironía, celebró que el gobierno porteño se sumara a una mesa de trabajo conjunta para la atención de los vecinos damnificados.
Durante la conferencia, el jefe de Gabinete también fue consultado sobre la existencia de un enfrentamiento con el ministerio de Planificación. “No tengo ningún tipo de controversia, disputa o peleas con (Julio) De Vido. Siempre se trata de inventar algún tipo de confrontación”, respondió y, a continuación, hizo una defensa de las gestiones del ministro y del secretario de Energía, Daniel Cameron, quien, el sábado, fue fotografiado jugando al golf mientras miles de vecinos seguían sin luz.
“El ministro y todo su equipo estuvieron trabajando en forma ardua para solucionar los problemas, desde la disposición de los centros de atención y la inversión”, indicó y aseguró que el volumen de inversión energética durante la gestión kirchnerista es “más de un tercio de lo que se hizo en la historia argentina”.
Fuente: Clarín