Fue la elección más caliente , escandalosa y sorprendente que se recuerde en el Consejo de la Magistratura. Después de seis horas y media de deliberación, el organismo encargado de nombrar y destituir magistrados designó a su nuevo presidente, el juez Alejandro Sánchez Freytes, que pertenece a la línea de los magistrados más críticos del Gobierno .
Sánchez Freytes fue votado por todos los consejeros, incluidos los kirchneristas, salvo por el presidente saliente, el juez Mario Fera, en quien tenía alguna esperanza de apoyo el kirchnerismo y que finalmente optó por retirarse del cónclave.
Ante la imposibilidad de nombrar un presidente propio, el kirchnerismo votó a Sánchez Freytes y a Ricardo Recondo -otro juez muy crítico-, que eran impulsados por magistrados, abogados y los radicales. A cambio, se quedó con dos comisiones clave: la de Selección y la de Disciplina y Acusación.
La primera estará presidida por Eduardo De Pedro, dirigente de La Cámpora, y la otra por la senadora Ada Itúrrez de Cappellini.
“Usted es un tránsfuga”, le dijo Fera a los gritos a Recondo. Fue ayer por la tarde, antes de que se votara, en una reunión a puertas cerradas y frente a un grupo de kirchneristas azorados. Fera, de pie, lo señalaba furioso y lo acusaba de haber incumplido un pacto.
Recondo, como Sánchez Freytes, pertenece a la lista Bordó en la interna de la Asociación de Magistrados, que este año renueva autoridades. Fera, a la Celeste. Por eso, si bien había accedido a votar a Sánchez Freytes, no estaba dispuesto a votar también a Recondo. “Vos, que siempre arreglaste con el kirchnerismo cuando te convenía, no me podés decir eso”, le contestó Recondo, que fue uno de los jueces más odiados por el oficialismo en los últimos años.
El resultado final fue una derrota para los kirchneristas, pero mucho más suave de lo que esperaban por la mañana, cuando llegaron al Consejo sabiendo que Fera no votaría con ellos para elegir presidente.
Sánchez Freytes, juez federal de Córdoba, asumió con un mensaje conciliador. “Quiero expresar mi deseo de trabajar todos juntos”, dijo. “Quiero recoger las palabras de De Pedro y Álvarez [los dos nuevos camporistas que integran el Consejo], que se expresaron a favor de buscar acuerdos. Voy a trabajar por la unión y la concordia para que el Consejo funcione.”
La reunión formal empezó a las 17.10 y duró menos de media hora. Las negociaciones habían empezado antes de las 11, un piso más abajo. Entonces, la idea original de la oposición, que contaba con el aval de Fera, era votar la fórmula Sánchez Freytes-Mario Cimadevilla (senador radical). Tenían siete votos y no necesitaban al kirchnerismo.
Pero los oficialistas convocaron a un diálogo; dijeron que estaban dispuestos a acompañar la candidatura de Sánchez Freytes y a promover, si había un acuerdo, futuros consensos para destrabar el Consejo. Los jueces aceptaron conversar. Según afirmaban los consejeros ayer, ésta era la idea que más agradaba a la Corte Suprema, que no quería un escenario de ruptura total con el oficialismo (un dato no menor es que la Justicia necesita fondos para pagar sueldos). Los radicales -el diputado Oscar Aguad y Cimadevilla- hubieran preferido votar sin el kirchnerismo. El oficialismo pedía dos comisiones, las que finalmente obtuvo. También, un cambio en el área de Administración, pero eso no lo consiguió.
De esos diálogos, que duraron más de tres horas, surgió un acuerdo para conformar las comisiones y definir sus autoridades: además de De Pedro e Itúrrez, Fera presidirá Administración, y el abogado Daniel Ostropolsky, Reglamentación.
Aguad y Cimadevilla se negaron a votar a los oficialistas. “Los jueces aceptaron arreglar con el kirchnerismo las comisiones. Nosotros no participamos de ese pacto”, dijo Cimadevilla. En la misma línea, el abogado Alejandro Fargosi, miembro de Acusación, se abstuvo de votar a Itúrrez.
Un rato antes, cuando se enteraron de la posición radical, los kirchneristas advirtieron que ellos no estaban dispuestos a votar a un legislador de la UCR para acompañar a Sánchez Freytes. Se les propuso entonces a Recondo. Contra todos los pronósticos, lo aceptaron.
Todo parecía cerrado. A las 14.45, Fera convocó al plenario para votar, pero se sentó y se levantó de inmediato y dejó la sala. Según explicó después, no había advertido hasta entonces que la fórmula era con Recondo como vice. Bajó al primer piso y mandó a llamar a los otros dos jueces. Los kirchneristas se sumaron y fue entonces cuando, a los gritos, acusó a Recondo de tránsfuga.
Otra vez se trabó la elección. Fueron dos horas más de incertidumbre: Recondo decía que no había pedido ser vicepresidente, pero que ahora no lo iban a bajar. Fera, que se negaba a votarlo. Los kirchneristas, increíblemente, apoyaban a Recondo. Ellos también decían haber sido traicionados: sostenían que el año pasado votaron presidente a Fera a cambio de que él apoyara este año al kirchnerismo.
Finalmente, a las 17.10, sin Fera, el resto de los consejeros celebró el primer plenario del año. Una hora más tarde, él seguía encerrado en el despacho de la presidencia con su mujer. “No fui porque no se estaban respetando los términos que habíamos acordado los jueces [que el vicepresidente fuera un legislador radical]. Hubo un acuerdo de la lista Bordó con La Cámpora a espaldas mías”, dijo anoche Fera a LA NACION Los acusados dijeron que eso era ridículo. La Asociación de Magistrados, conducida por la lista Bordó, sacaba a esa hora un comunicado para celebrar el resultado.
“Hoy existe una posibilidad más concreta que nunca, con esta votación, de llegar a acuerdos razonables entre todos”, dijo Sánchez Freytes a LA NACION.
Fuente: La Nación