Chile, en vilo por nuevos sismos

Lentamente vuelve la calma al norte de Chile, a pesar de la seguidilla de réplicas que persisten tras los terremotos de 8,2 y 7,6 grados Richter registrados el martes y miércoles pasado. En este escenario, la presidenta Michelle Bachelet decidió mantener el estado de catástrofe en las regiones de Arica, Parinacota y Tarapacá “por el tiempo que sea necesario”. La idea es acelerar el restablecimiento de los servicios básicos y recuperar la conectividad y normalidad de las ciudades afectadas por el sismo. Bachelet estuvo un par de días en terreno, verificando las acciones. Anoche, un nuevo temblor de 5,8 grados (Richter) provocó más desazón: esta vez afectó la zona central del país. El epicentro se ubicó a 90 kilómetros al noroeste de Santiago y se sintió en Valparaíso, Metropolitana y O’Higgins. Varias zonas de Santiago y Viña del Mar quedaron sin luz.

Entre las dificultades más urgentes están el daño a cientos de viviendas, en especial en las localidades del interior, el panorama vivido por los pescadores artesanales que perdieron sus embarcaciones y la tragedia de los agricultores, que ya no cuentan con canales de riego en una zona altamente desértica.

El gobierno ahora seguirá evaluando cómo comenzar cuanto antes las labores de reconstrucción. “La presidenta ha solicitado un diagnóstico de los daños permanentes que ha originado el terremoto, para poder adoptar acciones para iniciar una nueva etapa, que es la etapa de la reconstrucción propiamente tal”, precisó el vocero de gobierno, Alvaro Elizalde.

“Hay tres etapas cuando se producen este tipo de catástrofes: la primera es la de emergencia, en donde la ciudadanía ha actuado de muy buena manera, evacuó de manera ordenada las zonas afectadas. Además, funcionó la institucionalidad en materia de emergencias, con la debida coordinación a nivel nacional y regional. La segunda etapa es la de la normalización respecto de los suministros de los servicios básicos y la tercera es la etapa de la reconstrucción. Para avanzar en esa etapa se requiere un catastro y la presidenta ha instruido plazos para entregar el catastro y el diagnóstico respectivo”, añadió.

Sin embargo, la ministra de Salud, Helia Molina, puso otra preocupación en el tapete al declarar que una vez que disminuye la actividad sísmica aumentan las preocupaciones y afloran las enfermedades mentales.

En este sentido, la enfermera y experta en salud mental de la Universidad Iberoamericana de Ciencias y Tecnología Elizabeth Contreras asegura que, en el caso de las personas afectadas por el terremoto que se registró el martes en el norte grande, basta con que sientan o perciban una leve sensación de movimiento para que este pequeño estímulo les haga revivir la experiencia traumática por la que atravesaron y generen con ello una crisis de angustia.

“Estas crisis pueden tenerlas personas con antecedentes previos y aquellas que nunca lo han sufrido, pues simplemente lo puede incentivar el temor que le despierte una actividad sísmica de alta intensidad”, dijo.

Ante esta situación, la ministra destacó que por su paso por el norte la acompaña un psiquiatra y que se hizo una planificación para la convocatoria de profesionales de otras regiones. “Sabemos que esto es un tremendo problema. Chile ya es uno de los países con más problemas mentales de Sudamérica”. También se harán intervenciones “lúdico-deportivas” para poder distraer a la población afectada.

La noticia más trágica de la jornada la protagonizó una lactante de sólo seis días, quien falleció luego de pasar varias noches a la intemperie, debido a que su casa en Alto Hospicio se vino abajo. La víctima fue identificada con las iniciales LMCA, cuya madre se percató de su mala condición de salud a eso de las 7 de ayer. El mayor de Carabineros Juan Carlos Huilcamán confirmó que “la menor y su madre estaban en situación de calle producto del terremoto y se encontraban en la vía pública. Una vez en el recinto asistencial, se constató su fallecimiento por un paro cardiorrespiratorio”.

Con este panorama de fondo, la ministra de Salud firmó el decreto de alerta sanitaria para las regiones de Arica y Parinacota, un día después de declarar la medida en la de Tarapacá. “Esto permitirá, entre otros aspectos, contar con una acción muchísimo más rápida y eficiente para poder reaccionar ante las necesidades que se pueden ir dando en el transcurso de los próximos días”. Entre otras atribuciones, el decreto otorga facultades extraordinarias a las autoridades del sector, a fin de agilizar acciones de salud pública (y otras complementarias).

Asimismo, la secretaria de Estado evaluó positivamente la manera en la que respondió la red asistencial a la emergencia. “Me ha dado gusto y satisfacción ver cómo la ciudad ha respondido, cómo el municipio y el intendente han hecho esfuerzos, junto a las fuerzas militares y el personal de salud, para generar mejores condiciones para las familias y especialmente para los niños, niñas y adultos mayores, que son tan vulnerables en esta situación”, concluyó.

Fuente: Página 12

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