Puestos a duplicar la apuesta, el fondo NML Capital no se queda detrás del gobierno argentino. Tras avanzar contra Lázaro Báez e YPF en la justicia de Estados Unidos y apuntar contra Cristóbal López y hasta el Bank of China, ahora sus sabuesos van directo al corazón presidencial: buscan activos en el exterior de Florencia Kirchner.
La polémica decisión del fondo NML de avanzar contra la hija presidencial, que se suma así a la pesquisa ya abierta sobre su hermano Máximo Kirchner junto con Báez, replica así la investigación que años atrás desarrolló sobre el dictador del Congo, Denis Sassou-Nguesso. Lo forzó a pagar tras descubrir los fastuosos gastos de su hijo durante sus escapadas a Nueva York.
Ahora, la Gran Manzana también sirve de escenario para la nueva búsqueda, dado que Florencia Kirchner vivió en la isla durante un tiempo, mientras estudió en la New York Film Academy. Y los investigadores del fondo buitre quieren saber cómo solventó su estadía e, incluso, dónde vivió. ¿En los dorms de esa academia o en un departamento sobre Park Avenue?
La pesquisa sobre sus hijos aumentará aún más, si cabe, la tensión entre el fondo NML y la Presidenta, que ya lo acusó de tejer un “entramado mafioso” para perjudicar al país, al que pretende “verlo de rodillas”, afirmó. “Pues conmigo de presidenta, de rodillas nunca”, lanzó en una de sus últimas apariciones públicas.
Hasta ahora, los sabuesos de NML recolectaron información sobre un departamento en el 580 de Park Avenue que pertenece a un ex ejecutivo argentino del JP Morgan, Ramón Oliveira Cézar, que años atrás desmintió de manera tajante todo vínculo cuando en 2010 arreciaron por primera vez los rumores.
Desconfiados, los sabuesos decidieron hurgar igual. Al punto de obtener copias de los registros oficiales de ese departamento y la hipoteca que Oliveira sacó con el Citibank hace décadas, entre otros documentos públicos, así como copias de diversos juicios en los que figuró el ex ejecutivo del JP Morgan. (LA NACION procuró consultar a Oliveira, pero no obtuvo respuesta.)
La pesquisa se extendió a otros nombres vinculados al piso 15 de ese edificio. Así, otro ex ejecutivo de Wall Street quedó también en la mira: Alberto C. Mariaca, ex director de la desaparecida firma Bear Stearns. En su caso, con un crédito con el Safra National Bank of New York.
Pero la discutible cacería de datos también pasa por los gastos de la hija presidencial. ¿De dónde sacó el dinero para su viaje? ¿Qué tarjetas de crédito utilizó? ¿Vinculadas a qué cuentas bancarias? ¿El consulado en Nueva York tuvo algún rol? Los buitres se apoyan en un antecedente: el hijo de Sassou-Nguesso pagó muchos de sus lujos con una tarjeta de crédito vinculada a una cuenta negra en Hong Kong.
La escalada sobre Florencia Kirchner se suma a otros pasos que el fondo NML dio en la misma dirección en los últimos meses, cuando logró que una corte federal avanzara sobre 123 sociedades radicadas en Nevada que sus sabuesos vinculan a Báez y “posiblemente” a la Presidenta.
Consultados por LA NACION cuando trascendió la ofensiva, junto a Báez negaron todo vínculo con esas sociedades. “Nunca saltó una cuenta o sociedad vinculada a Lázaro en Nevada; no existe”, indicó un vocero. “Por él, que sigan buscando allá y ojalá que la consigan. Debe haber hasta cuentas de Magnetto [Héctor, CEO del Grupo Clarín], pero no de él”, ironizó.
Cristóbal López tampoco quedará exento. Según reveló el diario New York Post, NML puso la mira sobre los posibles bienes y cuentas bancarias que posea en Estados Unidos la firma Centenary International Corporation, en la que figura Carlos Fabián de Souza, socio de “el Zar del Juego”.
Al igual que el círculo de Báez, junto a López desdeñaron la novedad. “Son tiros al aire. Centenary está inoperativa y no esconde nada”, indicó un vocero de López a Clarín.
Pero como si fueran pocos, a esos esfuerzos se suman otros dos de Singer. El primero se desarrolla en San Francisco, donde la petrolera Chevron mantiene su casa matriz. NML reclamó una copia del acuerdo secreto que firmó con YPF para invertir y explorar en la Patagonia.
El segundo, apunta más lejos. Pidió que se aplique la norma del discovery para detectar bienes de la Argentina incluidos en operaciones del Bank of China. ¿Por qué? Quiere hurgar en los acuerdos del Gobierno con ese banco, por ejemplo, para invertir en el tren Belgrano Cargas.
Si hay una diferencia entre buscar dinero del Estado y su controvertida decisión de hurgar en la intimidad de una familia presidencial, Singer no la encuentra. Y mientras la Casa Rosada pregona “patria o buitres”, él rechaza que lo tilden de “usurero”. Sus abogados insisten en que sólo quiere cobrar lo que por ley le deben.
Fuente: La Nación