Renuncia por ética

El juez de la Corte Suprema de Justicia Eugenio Zaffaroni presentó su renuncia al cargo a partir del 31 de diciembre próximo con un duro mensaje a su par Carlos Fayt, el ministro más longevo del tribunal, que quedará con cuatro miembros.

Mediante una carta que le entregó personalmente a la Presidente Cristina de Kirchner en la residencia de Olivos, el juez le solicitó que “tenga a bien” aceptar la dimisión, ya que el 7 de enero próximo cumplirá 75 años, límite que fija la Constitución Nacional desde la reforma de 1994 para ejercer el cargo.

De esta forma, Zaffaroni marcó diferencias con el juez Fayt, quien a los 96 años sigue en su banca en el máximo tribunal gracias a que la propia Corte Suprema, en una acordada interna, dejó sin efecto para casos previos aquel inciso de la Carta Magna que dispone la remoción automática.

Pocas horas después de recibir la carta y mediante el decreto 2044 que también llevó la firma del ministro de Justicia, Julio Alak, la mandataria oficializó la aceptación de la renuncia del magistrado y le agradeció “los valiosos servicios prestados en el desempeño de su cargo”.

“Tengo el alto honor de dirigirle las presentes líneas para elevar a su fina consideración mi renuncia al cargo de ministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación para el que fui designado por el presidente Néstor Kirchner mediante decreto 932 de 2003, y que asumí hace hoy exactamente once años”, inició la carta Zaffaroni.

Argumentó que el motivo fundamental es el acatamiento a la normativa y citó el tercer párrafo del inciso cuarto del artículo 99 de la Constitución sobre las atribuciones del Poder Ejecutivo:

“Un nuevo nombramiento, precedido de igual acuerdo, será necesario para mantener en el cargo a cualquiera de esos magistrados, una vez que cumplan la edad de setenta y cinco años”, fija el mismo.

“Motivan esta dimisión ineludibles razones normativas y, más lejanamente, éticas y de convicción personal”, asegura el juez en su la carta que, con un tono afectuoso, le escribió a la primera mandataria para notificar su salida de la Corte.

En el texto, además, hay un párrafo que parece estar dedicado a Fayt, cuando señala que en su decisión “pesa la idea de que la vitalicia de los funcionarios de la Constitución, si bien excepcional, siempre es más adecuada a los sistemas monárquicos y, por ende, menos compatible con los principios republicanos”.

“He pasado más de tres largas décadas de mi vida desempeñando funciones jurisdiccionales, que comenzaron hace cuarenta y cinco años, con un sexenio en la provincia de San Luis, y continuaron luego en el Poder Judicial de la Nación. No puedo ocultarle que en los últimos meses experimento la sensación de que mi tarea en este Poder está agotada”, subrayó.

Al concretarse la renuncia, a partir de enero próximo serán cuatro los integrantes del máximo tribunal: el presidente Ricardo Lorenzetti, la vice Elena Highton, Carlos Fayt y Juan Maqueda, y aún se desconoce si el Gobierno postulará alguien en lo inmediato para el reemplazo, en medio de versiones sobre una posible nueva ampliación del número de integrantes del cuerpo.

Ocurre que en el último año fallecieron dos integrantes: Carmen Argibay, de 74 años, y Enrique Petracci, de 78, y en la Corte ya dejaron trascender que la actual composición, incluso con la salida de Zaffaroni, no implica un problema sino que, por el contrario, ayudará a “agilizar” el tratamiento de las causas.

En su carta a Cristina de Kirchner, el magistrado subrayó que “once años es un lapso prolongado” para ejercer el cargo, “siendo momento de volcar mayor empeño en la labor docente, en la tarea doctrinaria, y en la acción en las instituciones científicas internacionales”, ya que “es indispensable formar a muchos hombres y mujeres jóvenes”.

“Estamos asistiendo en nuestro país a una nueva reforma universitaria, que incluye a las clases trabajadoras y humildes, y el saber jurídico no debe permanecer ajeno a este movimiento de revolución pacífica y silenciosa”, agregó.

También se refirió a la “democratización” de la Justicia la que -según dijo- no es posible “sin un cambio cultural que ante todo debe provenir de sus propias fuentes de producción académica”.

“Por el bien de todos los habitantes de nuestra Patria, formulo fervientes votos por la exitosa culminación de su mandato constitucional, como también por su felicidad y ventura personal y la de todos los suyos”, concluyó Zaffaroni.

Una vez que se concrete el retiro, Zaffaroni podría pasar a desempeñarse en la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), con sede en San José de Costa Rica, con el impulso del Gobierno.

Integrada por siete magistrados, la Corte Interamericana tiene previsto renovar a tres de ellos: los elegidos pasarán a desempeñarse a partir de enero de 2016 y una de las vacantes podría ser para la Argentina, que hace varios años que no postula a un
representante.

Fuente: Ámbito Financiero

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