La reunión de la mesa chica del macrismo ya había quedado atrás y uno de los funcionarios que se había quedado afuera le mandó un mensaje de texto a su jefe:
– Supongamos que el no de Michetti es inamovible, como todo indica, ¿igual vamos a insistir con una fórmula propia para 2015?.
– Sí.
No es el estilo de Mauricio Macri dar respuestas largas. Quienes lo conocen a fondo suelen decodificar su lenguaje lacónico, que se profundiza cuando entiende que alguna pieza se movió para un lugar impensado que podría complicar sus planes. Esa pieza la movió Michetti esta semana: ya le hizo saber, tal como publicó Clarín, que no aceptará la propuesta de ser su candidata a vicepresidenta. La senadora quiere competir por la jefatura de Gobierno, un codiciado trofeo que Macri le reserva a Horacio Rodríguez Larreta, pese a que marcha atrás de su enemiga interna en las encuestas. El momento que eligió Michetti para transmitir el mensaje coincidió con la decisión de los actores más importantes del PRO –léase: el asesor ecuatoriano Jaime Durán Barba; el empresario Nicolás Caputo y el secretario general de la Ciudad, Marcos Peña– de apostar a un binomio “bien amarillo” –así lo llaman–, para pelear la sucesión de Cristina Kirchner.
“Lo de la fórmula propia para la presidencial es una decisión tomada. Pensamos en una construcción grande pero sosteniendo la identidad electoral. No queremos un rejunte anti-K”, contó uno de los macristas que más información maneja. ¿Y qué harán con Michetti si se resiste a la nueva estrategia? “Todavía correrá mucha agua debajo del puente”, dijo la fuente.
Esto significa que aún conservan esperanzas de que, en esa charla a solas que Macri y Michetti vienen postergando, el jefe del espacio logre convencer a su amiga de que lo mejor para el proyecto Macri Presidente es reeditar la fórmula que en 2007 los depositó en Bolívar 1. La gran pregunta es qué ocurrirá si la ex vicejefa mantiene su postura de apostar a la Ciudad.
“Esta vez Mauricio no se la hará tan fácil”, aseveran quienes hablan con el jefe de Gobierno y traen a colación el no de Michetti a ser candidata a diputada por la provincia de Buenos Aires, el año pasado, cuando su negativa obligó al PRO a ir a los pies de Sergio Massa, como socio minoritario.
La mesa chica del macrismo entiende que Michetti no está priorizando “el plan A, que es que Macri sea presidente”. Y le reprochan que tome la vicepresidencia “como si fuera una concejalía en un pueblo del interior”. La otra carta que guarda Macri para el día de la cumbre con la senadora es decirle que si no es ella buscará dentro del mismo espacio una opción para la vicepresidencia.
Los nombres no abundan y aunque todo es muy prematuro, Macri tiene predilección por las mujeres. Algunos ya deslizan el nombre de María Eugenia Vidal, la actual vicejefa y aspirante a la gobernación bonaerense. Como sea, Macri decidió que no va a ser un hombre de la UCR. Si prospera el acuerdo con los radicales, cada fuerza irá con fórmula propia a las PASO y las negociaciones será en los puestos de abajo y distrito por distrito.
Fuente: Clarín