Por primera vez, científicos demostraron que es posible crear células primordiales (las que dan origen a un óvulo y un espermatozoide humano) a partir de células de la piel de adultos. Por ahora es algo que sólo ocurre dentro del laboratorio, pero así han comenzado montones de investigaciones que luego revolucionaron la existencia. Esta vez, el estudio favorecería a millones de personas que se han sometido a tratamientos de quimioterapia o que por algún motivo perdieron su función reproductiva, y también para las parejas de homosexuales que quieren tener hijos con sus propios genes.
Este avance en el mundo de la biología celular tiene como líderes a Jacob Hanna, del Instituto Weizmann de Israel, y a Azim Surani, de la Universidad de Cambridge, quienes destacaron que el estudio “está en las primeras fases, pero es una hazaña”. Según explicó el propio Hanna, ya otros investigadores “han estado tratando de crear células humanas primordiales germinales durante años, esencialmente desde 2006, cuando se descubrió que las células adultas podrían ser reprogramadas en células madre embrionarias”. La investigación fue de un equipo de japoneses, que logró “retrasar el reloj” en células pertenecientes a ratones, por lo que la apuesta siguió en lograr lo mismo en células humanas.
La técnica permitiría que dos adultos del mismo sexo, ya sean hombres o mujeres, generen tanto el óvulo como el espermatozoide con el material genético de ambos. “Tuvimos éxito en el primer y más importante paso de todo el proceso, que es obtener la célula primordial”, explicó Hanna. En el caso de los hombres homosexuales, es obvio que de todas maneras seguirán necesitando un vientre alquilado para la gestación. Pero tienen cierta “ventaja” sobre las mujeres porque ellos podrían producir tanto óvulos como espermatozoides, ya que llevan cromosomas XY, mientras que las mujeres sólo podrían producir óvulos porque no tienen cromosomas Y. “Introducir un cromosoma Y en líneas celulares femeninas es muy difícil y no existe la tecnología para ello”, aclaró Hanna.
“El objetivo final a muy largo plazo es crear gametas a partir de células del cuerpo. La idea es primero producir células no diferenciadas y luego crear gametas, esto significa que se puede tener un hijo sin tener los testículos o los ovarios”, explica a Clarín Daniel Salamone, especialista en clonación y biotecnología e investigador de CONICET.
“La clonación reproductiva humana es complicada —admite Sergio Pasqualini, director de Halitus–. Una posibilidad es tomar células madre de un embrión, que se pueden diferenciar hacia células cardíacas, musculares, óseas, y otras. Dentro de ellas están las gametas, que son los óvulos y los espermatozoides, se juntan y se hace un nuevo embrión”. También da una explicación más simple: “A la célula de la piel se le toma el núcleo y se lo fusiona con el óvulo de una donante al que se le sacó el núcleo. Entonces, genéticamente, será igual al de la célula de la piel”.
Para Sergio Papier, director del Cegyr, la investigación parte de centros de prestigio, y se basa en teorías muy serias. Explica el mismo proceso sobre cómo se introducen genes a una célula somática de la piel. “Se generan células pluripotenciales que luego se pueden diferenciar en células germinales primordiales, que son las células que pueden generar gametas, es decir, óvulos o espermatozoides”.
“La investigación es viable y a futuro podría resolver la ausencia de óvulos y espermatozoides por efectos de la quimioterapia o la edad, pero todavía falta mucho para que sea realidad en humanos. Tampoco se sabe si generaría alteraciones en los bebés”, aclara Papier.
Claro que quedan montones de pasos que dar. Hanna confía en la investigación y en que el potencial para el futuro de la reproducción y la fertilidad es insondable.
Fuente: Clarín