El Fondo Monetario Internacional reiteró su pronóstico de una caída de 0,3% en el producto bruto interno de la Argentina para el año en curso, recomendó devaluar el peso, menos intervenciones en los mercados y ajustes en la política macroeconómica en su informe Perspectivas económicas: Las Américas de abril 2015 dado a conocer hoy en Santiago de Chile por Alejandro Werner, Director del Departamento del Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional y Roberto Cardarelli, Jefe de Misión del FMI para Chile. La perspectiva no mejora mucho para 2016, ya que proyecta un crecimiento casi nulo, de 0,1%.
“Argentina mantiene desajustes económicos significativos, siguiendo un extendido período de expansión fiscal que ha recaído crecientemente en el financiamiento del Banco Central”, sostiene el organismo.
Agrega que las restricciones sobre el comercio y el mercado de cambios también han creado una significativa brecha entre el dólar oficial y el informal. Sin embargo, puntualiza que esta brecha desde fines del 2014 se ha estabilizado en torno del 40 al 50% y la inflación de dos dígitos ha cedido a un nivel más bajo.
De todas formas, evalúa que los adversos términos del intercambio – particularmente por la caída en las cotizaciones internacionales de la soja-, la débil actividad económica en Brasil y la revalorización del real han generado nuevos vientos desfavorables para el crecimiento de la economía argentina. Así, el Fondo proyecta una caída de la producción de 0,3% para el año en curso, prolongando la desaceleración del 2014.
Aunque considera que los trastornos económicos en la Argentinas no son tan extremos como los que sufre Venezuela, el Fondo afirma que la Argentina necesitará una mezcla de medidas similares al país bolivariano, con “políticas macroeconómicas más ajustadas, un tipo de cambio más débil (entiéndase devaluación) y menos distorsiones microeconómicas para sentar las bases para un retorno a la estabilidad y el crecimiento”.
En el informe se estima que la inflación fue del 23,9% el año pasado y proyecta una desaceleración en la suba de los precios al consumidor del 20,5% tanto para 2015 como para 2016. Asimismo, prevé un empeoramiento de la cuenta corriente del balance de pagos que tendría un desequilibrio equivalente a 1,7% del PIB en el año en curso y de 1,8% el próximo. El déficit fiscal primario (sin el pago de intereses de la deuda) es calculado en 1,6% del PIB para el año en curso y 1,4% para el próximo.
• Desafíos
América Latina y el Caribe se enfrentan a unas perspectivas particularmente desafiantes, según el Fondo. La actividad económica regional se expandió a un ritmo del 1,3 por ciento en 2014, la menor tasa de crecimiento desde 2002 (con la excepción de la breve recesión registrada en 2009). Para el presente año, se proyecta que el crecimiento siga reduciéndose, hasta un nivel ligeramente inferior al 1 por ciento. Esto supone una corrección a la baja de más de un punto porcentual respecto de las proyecciones de octubre de 2014.
Las revisiones a la baja se concentran en América del Sur, donde el debilitamiento de los mercados mundiales de materias primas está afectando a la inversión empresarial y a la actividad económica en general. Los factores específicos de cada país, como la debilidad de la confianza del sector privado en Brasil o la persistente crisis económica que se está desarrollando en Venezuela, ensombrecen aún más las perspectivas, de acuerdo con la evaluación del organismo.
Al mismo tiempo, los vínculos comerciales con los Estados Unidos son relativamente modestos, lo que limita los efectos de derrame positivos provenientes del importante crecimiento que se proyecta para la economía norteamericana.
Fuente: Ámbito Financiero