Tucumán: Quema de urnas, denuncias de fraude y cacerolazo reprimido

Lo que iba a ser una pacífica manifestación en la histórica plaza Independencia de la capital tucumana en contra del presunto fraude electoral denunciado por la oposición en el escrutinio de las elecciones para gobernador realizadas el domingo, terminó anoche en una brutal represión policial con cerca de 40 heridos por balas de goma y la carga de la caballería, además de personas que fueron detenidas dentro de la propia Casa de Gobierno.

El cacerolazo había sido convocado a través de la redes sociales para las 20 en la plaza ubicada en el centro de la ciudad frente a la Gobernación. La marcha transcurría de manera tranquila, incluso con la participación de familias con sus hijos pequeños, con velas y pancartas que denunciaban “fraude electoral”. Pero, pocos minutos pasadas las 22, la gente empezó a subir las escalinatas de la Casa de Gobierno y ahí la policía comenzó a tirar gases lacrimógenos, primero, chorros de agua a presión luego, y a disparar balas de goma contra la gente.

Los cientos de asistentes pedían al gobierno tucumano que esclarezca la quema de urnas y lo que entienden se trató de “fraude electoral” en los comicios de la provincia que daban una victoria parcial al candidato del Frente para la Victoria, Juan Manzur. Además de la quema de urnas, la oposición denunció que hubo otras irregularidades.

Ante la represión, los manifestantes comenzaron a tirarle a la policía lo que tenían a mano: piedras, palos y hasta naranjas de los árboles de la ciudad.

Al tiempo que la caballería policial cargaba contra los manifestantes repartiendo palazos para todos, se supo que el gobernador kirchnerista José Alperovich salía de la Gobernación por una puerta lateral. Al mismo tiempo, varios policías de civil armados detuvieron a cerca de una decena de personas que fueron introducidas a la Casa de Gobierno.

Mientras la gente gritaba “el pueblo no se va”, la senadora radical Silvia Elías trató de calmar los ánimos y logró liberar a los detenidos. Al cierre de este edición, la gente seguía en la plaza mientras que otros habían idos a protestar a la casa de Manzur.

Fuente: La Razón

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