Según un estudio publicado en la revista Nicotine and Tobacco Research, tras una encuesta realizada a 1.000 fumadores estadounidenses de más de 25 años de edad durante un período superior al año, se concluyó que los fumadores que incoporan frutas y vegetales en las dietas diarias generaron menor dependencia de la nicotina. Es decir, más posibilidad de negarse al consumo de tabaco.
Es que la ingesta de frutas, verduras y hortalizas ricas en vitaminas C y A, zinc y selenio genera una considerable mejoría en la salud del fumador. ¿A qué se debe esto? Es que al contener gran cantidad de fibras, este grupo de alimentos sacian la ansiedad que empuja a consumir otro cigarrillo.
Los investigadores estadounidenses aseguraron que “estos alimentos no realzan el sabor del cigarrilo, como sí lo hacen la carne, la cafeína o el alcohol”. El efecto contrario que producen las frutas y vegetales ayuda a que no se realce el sabor del cigarrillo. A este grupo de “alimentos positivos” se le suman las hortalizas y los productos lácteos.
Por el contrario, consumir abundante carne, alcohol o café realza su sabor, haciendo más atractivo el hábito de fumar. Este estudio demuestra que el hábito de fumar parece estar reforzado por el consumo habitual de ciertos alimentos que potencian su sabor. Investigaciones previas señalan que los que fuman menos o no suelen fumar consumen más frutas y vegetales. Pero ahora, tras esta investigación, se explica por qué las frutas y hortalizas condicionan ese vínculo con el tabaquismo, y no a la inversa.
Para evitar tentaciones, es mejor deshacerse de todos los productos azucarados e hipercalóricos y sustituirlos por frutas y verduras.
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Los componentes antioxidantes de las frutas y verduras permiten que el organismo se libere de la nicotina que se acumuló durante todos los años de adicción al cigarrillo. De manera que tomar una mayor cantidad de frutas y verduras reduciría el deseo de fumar y, por tanto, la cantidad de cigarrillos que se consumen diariamente.
Alimentación adecuada
Llevar una alimentación saludable promueve la superación del estrés o la ansiedad que ocasiona dejar el tabaco y, a su vez, esta dieta equilibrada contribuye a reducir los kilos (entre 3 y 5) que se suelen adquirir al dejar de fumar. “Con pequeñas modificaciones en la dieta, consumiendo productos que empeoran el sabor del cigarrillo, como la leche o un vaso de agua fría, y evitando los que realzan su sabor, como la cerveza, los fumadores podrían dejar de fumar mucho más rápida y fácilmente”, afirma el Dr. Joseph McClernon, del Centro Médico de la Universidad de Duke, en Durham.
La clave para acertar está en la elección de la materia prima. A la hora de comprar, es favorable escoger alimentos de color naranja, rojizo o amarillo como pimientos, zanahoria, calabaza, tomate, naranjas, pomelos, higos, patatas, espinacas, entre otros.
Al dejar el tabaco mejoran mucho los sentidos del gusto y del olfato. Por eso es probable que el ex fumador adquiera la capacidad para notar que las comidas pasan a tener mejor sabor y aroma, lo cual despertará considerablemente el apetito. Es probable que te apetezcan otro tipo de alimentos más contundentes, con sabores fuertes y más calóricos; por eso tienes que aprender a elegir bien lo que metes en el carro de la compra, lo que cocinas y lo que pones en el plato.
Es importante que bebas más agua de lo habitual. Para hacerlo de manera natural, preparar sopas, purés e infusiones hechas con alimentos diuréticos o jugos naturales puede resultar beneficioso. La nicotina es soluble en agua por lo que es bueno beber abundante agua durante todo el día (al menos 6-8 vasos diarios).
Fuente: Infobae