La expectativa que se abrió respecto de si se debe o no devaluar, y en qué medida se debería hacer, comenzó a generar inconvenientes en algunos sectores industriales.
Una recorrida que realizó El Cronista por diferentes segmentos permitió observar que algunos proveedores comenzaron a entregar con menor asiduidad parte de los insumos que comercializan, a la espera de contar con una idea más clara respecto de cuál será el valor que alcanzará el dólar.
“Durante el último mes la tendencia se fue haciendo más fuerte. Nadie se quiere deshacer de stock para así evitar tener que comprar luego a un precio más alto, hasta tanto no saber en qué decantará la cuestión cambiaria; muchos especulan y conseguir los productos a veces se complica”, precisó a El Cronista una fuente relacionada con el mercado de la medicina.
Desde el sector de los jugueteros la tendencia es similar. “A algunos hay que insistirles más de lo normal. La expectativa sobre qué ocurrirá con el dólar es grande y esto a muchos los paraliza”, admitieron las fuentes consultadas.
Más allá de que los empresarios reconocen este inconveniente, también advierten que este escenario no está generando una situación de desabastecimiento. “En primer lugar porque, al menos hasta ahora, no es algo que se esté dando de forma masiva, pero además porque en buena parte ya armamos nuestro nivel de stock previendo que pudiera ocurrir una situación como esta”, resaltaron las fuentes.
Desde el sector del calzado, incluso, comentaron que “el tema es aleatorio; a veces le ocurre a algunas empresas y luego es el turno de otras”. Esta nueva realidad tiene mayor peso entre quienes trabajan con insumos que tienen alguna conexión con la importación.
En el grado de incidencia en que esta situación se presente en cada segmento tiene relación directa con la presencia de materia prima importada con la que trabaje cada proveedor. En el caso de los jugueteros o los fabricantes de zapatos otros de los que destacaron la presencia de este nuevo escenario los productos importados no tienen una incidencia importante, aunque de todos modos las complicaciones existen.
El claro objetivo de los sectores productivos que ponen en marcha este tipo de estrategias, pasa por no achicar su stock en forma desmesurada, algo que podría tener un costo muy alto en caso de que su reposición se vea encarecida por el tipo de cambio que fijará el nuevo Gobierno, situación que se pone más de manifiesto con aquellos que operan con insumos importados.
Al no saber a qué dólar se va a reponer, entonces las empresas tratan de mantener los stocks por las restricciones sobre los importados y las variaciones en sus precios. Algunos ya dan por descontada una devaluación del peso, y las decisiones de precios se toman como si el cepo fuera a desaparecer usando como referencia un valor del dólar muy similar al del blue.
Fuente: El Cronista