Ritondo y el futuro del peronismo

A los 49 años, ocupará el que para muchos es el cargo más importante de la gestión que María Eugenia Vidal iniciará el 10 de diciembre en la provincia de Buenos Aires. Después de haber pasado por el Ministerio del Interior con Eduardo Duhalde en 2002 y de haber sido durante los últimos ocho años una de las espadas de Mauricio Macri en la Legislatura porteña, Cristián Ritondo cruzará la General Paz. Sabe que le tocará lidiar con una fuerza que ya devoró a varios funcionarios. Pero afirma que el PRO asumirá la conducción política de 95 mil uniformados con una consigna que puede leerse de mil modos: “el que las hace las paga”. Miembro de una generación de peronistas que se reparten entre el macrismo, el oficialismo y el massismo, Ritondo también analiza los desafíos de un eventual gobierno de Macri y sus diferencias con la Alianza: “Nuestra fórmula es del mismo partido, venimos de gobernar la ciudad ocho años y de haber construido un partido nacional sin crisis. El radicalismo tenía un jefe que no era De la Rúa, sino Alfonsín, hubo fracturas internas, el vicepresidente renunció a los pocos meses. Es totalmente diferente.”

Dijo que el ministro Granados hizo un buen trabajo. ¿En qué se va a diferenciar la política de seguridad de Vidal de la que llevó adelante Granados?

En varias cosas. Granados es un ministro que tuvo una estrecha relación con los intendentes, dotó de gran cantidad de patrulleros y chalecos antibalas a la fuerza, creó las policías locales y escuelas de policías descentralizadas. Hay un trabajo que empezó a hacerse y hay que reconocerlo; es un comienzo. Pero la policía tiene que tener scanner para vigilar las rutas, tiene que tener control y delegaciones adentro de los puertos, hay que pensar en un trabajo para eliminar las cocinas en la provincia y tener control de las pistas.

¿A qué pistas se refiere?

Hay pistas que no están declaradas y son para fumigadores y hay pistas que no están declaradas y no sabemos para qué son. Si no se planta ni marihuana ni cocaína en la provincia de Buenos Aires, la droga viene de otro lado vía terrestre y vía aérea. Hay que controlar las pistas y las rutas con 3D, eso lo tiene el gobierno nacional, nosotros no tenemos una fuerza de radarización. También hay que controlar por dónde sale, por la Hidrovía y por el Atlántico. Y hay que recuperar la cantidad de prófugos peligrosos que tiene la Justicia, porque la gran mayoría sigue trabajando.

¿Cuál será la respuesta ante los llamados “soldaditos”, la cara visible de una economía que vive del narcotráfico?

A ese chico hay que darle la expectativa de que puede vivir mejor. La provincia debe tener centros de recuperación de adicciones, hoy tiene una carencia muy grande en ese aspecto. Después está el narco, el jefe de la banda criminal, el que se ocupa del lavado de capitales, el que arma las sociedades fantasmas.

Usted tiene experiencia y relación con las fuerzas federales pero La Bonaerense siempre fue otra cosa.

Vengo de una larga reunión con el ministro Guillermo Montenegro y con el jefe y el subjefe de la Policía Metropolitana y todos me dijeron que vienen trabajando muy bien con la Policía bonaerense. Lógicamente con los dos gobiernos –el de la ciudad, el de la provincia y yo aspiro el de la Nación también- va a ser muy distinto, mucho mejor. Hoy el delito no permite recelos entre las fuerzas: todas deben trabajar juntas porque si no el narcotráfico va a hacer estragos.

Es el principal problema para ustedes.

El paco pone a los chicos en un grado de violencia, de necesidad de cualquier robo para volver a abastecerse, aumenta la cantidad de soldaditos que hacen la venta delivery. Se maneja mucho dinero. Después tenés la lucha por la territorialidad, más territorio ofrece más posibilidades de venta. Esto pasa. Ahí es donde el Estado tiene que encarar una lucha frontal con las cuatro fuerzas de seguridad nacionales, Prefectura, Gendarmería, Policía Federal y la Policía de Seguridad Aeroportuaria. Hoy la Aduana descubre más cargamento de droga que las fuerzas de inteligencia y las fuerzas de seguridad.

¿Piensa que Estado fue impotente ante el avance del narcotráfico?

Que en 12 años no tengamos radarización muestra que no hubo respuesta. Ese sistema lo conseguiríamos a muy bajos valores o con créditos internacionales a muy largo plazo. No se entendió que la Gendarmería tiene que estar en las rutas y las fronteras antes que en cualquier otro lugar. Massa lo exageró en la campaña pero utilizar lo que la ley permite de las Fuerzas Armadas es necesario: los camiones, los operadores de radares, la logística, los helicópteros. Después no sé si está preparado ni creo que tenga que ir el Ejército a custodiar hoy la frontera.

Otros piensan que hubo más complicidad que impotencia en el Estado.

Con el dinero que maneja el narcotráfico, seguro que hubo complicidad: judicial, policial, política. Sería un ingenuo decir que no. Hay que hacer inteligencia para saber quiénes son y separarlos.

La herencia de la Maldita Policía

Aníbal Fernández dijo que, si llegaba a la gobernación, iba a terminar con “La maldita policía”.

Tratar a la fuerza de esa manera no ayuda. Yo creo que el 90 por ciento de los policías de la provincia tienen vocación y están formados en democracia. Hay que capacitarlos, darles un incentivo, decirles cuál es el objetivo político y cuál es la lucha que hay que dar. La política de seguridad no se hace en contra de la policía, sino que se hace en contra de los delincuentes.

¿No tiene que ver con la policía de los años noventa todavía?

Yo creo que no, han pasado muchos años, han cambiado generaciones, los que hoy están en el comando ayer no eran ni principales. Ahora, todos los que cobramos un sueldo del Estado tenemos que rendir explicaciones, somos funcionarios públicos, tenemos responsabilidades y tenemos que dar respuestas. Es la misma responsabilidad que tiene desde un policía que se recibe en la escuela local al jefe de la Policía, la gobernadora y el ministro de seguridad.

¿La policía regula el delito, como sostienen algunos especialistas?

Eso cuando puedas pedirle poco. La idea es aplacar y terminar con el delito, con la prevención y la represión. La política de seguridad es mucho más que la policía, aunque sin policía no se hace.

Su designación en el ministerio se conoció justo cuando un agente de la Metropolitana baleó de tres tiros a Lucas Cabello.

Cualquier policía que tenga un exceso y no cumpla con su función va a quedar separado del cargo y va a estar a disposición de la Justicia. Y si un policía en uso de su deber hace lo que tiene que hacer va a ser respaldado. Quiero policías comprometidos con la política de seguridad. Ese caso no lo conozco muy bien. Seguramente el ministro Montenegro y los jefes de la fuerza saben más que yo.

El macrismo considera que la Metropolitana es un activo de su gestión. Pero las estadísticas muestran que no se distingue de otras en cuanto a la violencia institucional.

Primero es un hecho aislado, esperemos que la Justicia determine, hicimos lo que hay que hacer, en una fuerza de 5 mil personas alguien se puede equivocar o puede ser que no cumpla con lo que esperamos. El jefe de Policía lo apartó, hay que esperar que se aclaren las cosas.

Macri y el peronismo

¿Cuál es el salto que dio el PRO para llegar a esta elección presidencial?

Haber encontrado mucha gente valiosa en todo el país, haber hecho un frente electoral con la UCR y la Coalición Cívica y haber logrado el tremendo desarrollo de María Eugenia Vidal en la provincia después de dos años de caminar Buenos Aires.

¿Qué capacidad de entenderse con el peronismo puede tener Macri si llega a la presidencia?

Mauricio va a ser un hombre que va a tener como primera alternativa a la Argentina, con lo cuál va a trabajar con los gobernadores y con los intendentes. El dialogo va a ser una cosa de todos los días.

Pero él creció en base a la crítica del PJ y de los que ya gobernaron…

No, él cuestionó a los mismos dirigentes que vienen gobernando hace años, que son los mismos que primero estatizan y después privatizan, que ayer integraron un gobierno que critican hoy desde otro. Ahora el que es gobernador o es intendente está legítimamente elegido, más allá de la opinión que podamos tener. Hay una renovación importante que se viene dando en la provincia: quedaron 4 intendentes de los que estaban en el 2003.

¿El peronismo dejó de ser una amenaza para la gobernabilidad?

Si gana Macri, entre quienes van a tomar el comando del peronismo se destacan dos dirigentes jóvenes con mucha fuerza como pueden ser Urtubey y Massa, acompañado por José Manuel De la Sota. También incluyo a Florencio Randazzo. Son peronistas modernos, racionales, democráticos y tienen un perfil más republicano. Vamos a tener un peronismo que ha sido crítico de estos años: van a acompañar decisiones y no van a ser un palo en la rueda. Y en la provincia no veo que Insaurralde o Ferraresi vayan a complicar a María Eugenia: van a tratar de desarrollar su municipio y quedar como figuras para la próxima etapa.

¿Piensa que Massa, Urtubey e incluso Randazzo tienen más en común con ustedes que con el kirchnerismo?

Sin duda. Hablo en base a lo que les escucho decir a ellos. No soy intérprete de ellos. Massa y Urtubey son muy críticos de las formas, de la cuestión económica, de la política de seguridad, de las economías regionales, del Impuesto a las Ganancias. Tenemos con ellos además una obligación de trabajo.

¿Qué diferencia a esa generación del peronismo de las anteriores?

Somos una generación –aunque ellos son más jóvenes que yo- que fue parte de las juventudes políticas de la Argentina, nacimos y nos criamos en democracia. Entendemos lo que es el consenso, en sentarnos para hablar de una ley, que a veces la mejor ley es la posible. Ahí ya hay un punto de encuentro para trabajar sobre políticas de Estado.

Con mayor o menor participación, todos atravesaron el menemismo y el duhaldismo.

Si, es cierto. Yo por ejemplo me opuse al Indulto siendo miembro de la conducción de la Juventud Peronista. Fijé mi posición en Casa de Gobierno, fuimos a decírselo a Menem y nos atendió Eduardo Bauzá. Somos una generación que viene con experiencia de gestión y que hicimos un aprendizaje. Yo detesto cuando los mismos políticos hablan de la “clase política”. Nosotros somos dirigentes y creo que el 2001 fue una experiencia que dio enseñanzas para todos. Por suerte, el sistema democrático logró darle una salida institucional a la crisis. Hace 12 años que estoy en Compromiso para el Cambio junto a Macri y aprendí muchísimas cosas.

La gobernabilidad

¿Qué rol se imagina para Moyano en un eventual gobierno de Macri?

Yo quiero que saque campeón a Independiente muchas veces, jaja. No, hablando en serio, creo que va a tener un rol central por su grado de representatividad de los trabajadores. Tiene un gremio de una importancia vital en una Argentina sin ferrocarriles de carga. Todo se transporta en camión. Es uno de los que mayor poder tiene.

¿Macri lo necesita para fortalecer la idea de una gobernabilidad posible si gana?

La gobernabilidad te la da la gente primero y después te la dan los dirigentes. Los que entienden que no se puede ir en contra de la gente te ayudan con la gobernabilidad.

¿Qué piensa cuando escucha que, desde el oficialismo, definen al Frente Cambiemos como la nueva Alianza?

Es una chicana y es volver para atrás. El Frente para la Victoria tiene más gente de la Alianza que nosotros, tuvieron hasta un jefe de Gabinete que fue parte de la Alianza. Hay que mirar para adelante. Ya hay generaciones que votan que no saben lo que fue la Alianza. Hoy votan los que nacieron después de Menem.

¿Cómo va abordar el macrismo la conflictividad social?

Al conflicto social, hay que tratar de no judicializarlo y hay que tener salidas negociadas. Si hay una necesidad seguramente hay un derecho, mientras no sea desproporcionado y esté dentro de la lógica. En la ciudad, siempre hemos tenido una actitud de diálogo para salir de la mejor manera que se pueda y vamos a hacer lo mismo. Si son derechos legítimos, y no simplemente palos en la rueda, va a haber siempre acuerdo. Vos fijáte que lo de Kosteki y Santillán fue algo horrible e inconcebible pero después hubo un diciembre de 2013 donde hubo casi 20 muertos y prácticamente no hubo reclamos ni consecuencias políticas. A veces las sociedades reaccionan distinto.

Pero usted sabe que garantizar la gobernabilidad con el peronismo afuera nunca fue fácil. ¿Por qué este frente es distinto al de 1999?

Porque su candidato no tiene nada que ver, porque la fórmula es del mismo partido, porque venimos de gobernar la ciudad ocho años y de haber construido un partido nacional sin crisis. El radicalismo tenía un jefe que no era De la Rúa, sino Alfonsín, hubo fracturas internas, el vicepresidente renunció a los pocos meses. Es totalmente diferente.

Fuente: LPO

*

*

Top