Más de 700 personas perdieron la vida en los últimos días en el Mediterráneo, destacó hoy la agencia de la ONU para los refugiados (ACNUR), estimación que se basa en los testimonios de los sobrevivientes de los naufragios.
Entre el miércoles y hoy muchos inmigrantes fueron salvados y llevados a tierra. Pero al mismo tiempo centenares de personas desaparecieron en las aguas del Mediterráneo, frente a las costas de Libia, por lo que es muy difícil por el momento precisar el número, añadió la misma fuente. ACNUR estima que las víctimas son más de 700. Mientras, se multiplican los relatos de los sobrevivientes de entre los miles de refugiados que en estos días intentaron llegar a Italia a bordo de barcazas de todo tipo: “Había por lo menos 40 niños en el agua y ninguno se salvó. El capitán abandonó a centenares de personas y dejó que se ahogasen uno tras otro”, contó uno de los inmigrantes socorridos
Al destacar la tragedia de esos 40 niños muertos en un naufragio el pasado jueves, el vocero de UNICEF Italia, Andrea Iacomini, pidió “un minuto de silencio a Europa. Hay que decir basta a este genocidio de niños, que ahora alcanza al Mediterráneo tras el Mar Egeo”. Muchas de las declaraciones sobre el drama de estos meses en el Mediterráneo evidencian precisamente la incapacidad de Europa frente a la tragedia sin fin de los inmigrantes provenientes de Libia y otros países norteafricanos, o de otras áreas de Africa o del Medio Oriente.
En el fondo del Mediterráneo hay decenas de embarcaciones cargadas con los cadáveres de hombres, mujeres y niños que están uno encima del otro. Desde hace más de dos años a la isla de Lampedusa llegan por ejemplo numerosos líderes de la Unión Europea que prometen terminar de una u otra manera con este drama.
Por otra parte, Médicos sin Fronteras realizó un relevo que dio cifras incluso más altas: 900 muertos. Lo cierto es que los últimos días fueron muy intensos para la Guardia Costera de Italia, la encargada de coordinar el rescate de casi 13.000 personas en diversas operaciones desplegadas en el Mediterráneo, concretamente en el Canal de Sicilia, que separa la isla homónima de la costa norafricana de Túnez.
“A menudo llegan a tierra inmigrantes con cortes en el cuerpo de cuchillos u otras armas”, destacan los investigadores italianos que desde hace años intentan encontrar, para ser condenados, a los responsables del tráfico de seres humanos.
“También tienen marcas de quemaduras o de los golpes” a los que muchos de ellos son sometidos antes de la partida desde las costas libias.”En la mejor de las hipótesis llegan con hambre y sed”, agregan.
Ya en octubre de 2013, cuando murieron 366 refugiados y migrantes cerca de Lampedusa, a unos 100 kilómetros de Túnez, los líderes de la UE prometieron que nunca permitirían que volviese a producirse una tragedia similar.
Pero la gente se sigue ahogando antes de llegar a Italia, el principal destino de los refugiados y migrantes.
Ante este panorama, hoy, el primer ministro italiano, Matteo Renzi, abrió el paraguas y advirtió que el problema sólo puede afrontarse de raíz, con ayuda al desarrollo y a la seguridad que evite que los refugiados y migrantes salgan de sus países.
“Salvarlos en el mar sin una estrategia para África no es una solución. Necesitamos ayudarlos en casa, para empezar invirtiendo en ayuda internacional al desarrollo”, dijo Renzi en una entrevista publicada hoy por el diario católico Avvenire.
La “ley” de las barcazas es siempre la misma: quien paga más tiene más derechos, por ejemplo el de estar en cubierta y tener así más chances en el caso que la barcaza se de vuelta en alto mar.
Fuente: Clarín