La investigación de la prestigiosa universidad estadounidense se realizó en el transcurso de casi 80 años; reveló cuál es el origen de las mayores satisfacciones; se trata del estudio más prolongado de la historia sobre la felicidad
76 años de investigación demoró tener la respuesta a la pregunta, ¿qué es lo que nos hacer realmente felices? Para conocerla, la Universidad de Harvard encaró el “Estudio sobre Desarrollo Adulto” en 1938, e incluyó el seguimiento mental, físico y emocional de 700 hombres de distintas edades, nivel económico y social, desde miembros de una prestigiosa universidad hasta de barrios pobres de la ciudad de Boston.
Los participantes del estudio respondieron a lo largo de décadas cuestionarios sobre su familia, su trabajo, su vida en la comunidad, y fueron sometidos a exámenes de sangre y ADN para determinar múltiples indicadores de salud.
Se trata del estudio más prolongado sobre la felicidad de la historia y según el psiquiatra estadounidense Robert Waldinger -cuarto director del estudio desde su inicio- explicó en una charla TED que “hay muchas conclusiones de este estudio”, pero que lo fundamental para mantenerse felices y saludables a lo largo de la vida “es la calidad de nuestras relaciones”.
“Cuando comencé a trabajar en el estudio en 2003 grabamos videos de los participantes hablando con sus esposas sobre sus preocupaciones más profundas. Enviamos preguntas a los hijos sobre la relación con sus padres y algunos nos permitieron escanear su cerebro para que pudiéramos estudiarlo en conexión con todos los otros datos que ya teníamos sobre su vida”, dijo Waldinger.
Según Waldinger, las buenas relaciones se pueden dividir en tres fases:
1 – Calidad de los vínculos cercanos
Aquellos participantes que revelaron niveles más altos de salud y felicidad fueron aquellos que mostraron una relación cercana con su familia y mejores amigos. Además, fueron estos mismos participantes los que poseían una esperanza de vida más larga.
Al mismo timepo, quienes dijeron tener una vida solitaria expusieron niveles más bajos de felicidad y presentaron un mayor riesgo de problemas de salud mental. “Se trata de poner más atención en el otro, de conectar más con los otros, en lugar de dar por descontado que el otro siempre está allí”, aseguró Waldinger.
2 – Más vale poco y bueno, que mucho y regular
El estudio también descubrió que la calidad de las relaciones es más importante que tener una mayor cantidad de vínculos personales.
“Una relación de buena calidad significa una relación en la que te sientes seguro, en la que puedes ser tú mismo. Claro que ninguna relación es ideal, pero esas son cualidades que hacen que la gente florezca”, dijo el profesor.
3 – Estabilidad y apoyo mutuo
La interconexión social es beneficioso tanto para la salud física como para la mental. Tener empatía, entender y escuchar los problemas del otro puede conducir hacia una vida más sana y feliz. Según el estudio, quienes supieron mantener estable un matrimonio durante muchas décadas, revelaron altos índices de salud mental.
“A lo largo de estos casi 80 años de estudio, se ha demostrado que la gente con mayores signos de felicidad fueron aquellos que se esmeraron en construir buenas relaciones, estar cerca de la familia, de los amigos y de su comunidad”, explicó Waldinger.
¿Cuál fue el mensaje final de Waldinger?
Les diría que traten de ver si pueden tender un lazo hacia otras personas. Y es particularmente importante hacerlo hacia aquellas con quienes tienen algún conflicto”.
El estudio ha dejado en claro algo que vale la pena recordar, según el psiquiatra estadounidense. “Los conflictos realmente minan nuestra energía. Y quiebran nuestra salud”.
Habrá que resolverlos.
Fuente: Gira Bs. AS.